MuyLinux J.Pomeyrol  

Para una instalación mínima de verdad, ¿cuál es la mejor versión de Ubuntu?

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Hablando de la nueva “instalación mínima” de Ubuntu, comenté que se podía haber hecho mejor, pero que sin duda es una opción bienvenida a la que se acogerán muchos de los usuarios veteranos que prefieren elegir sus aplicaciones. Sin embargo, a la hora de personalizar la instalación de Ubuntu, hay alternativas aún más austeras que interesarán a quienes no tienen miedo de meterle mano al sistema desde el principio.

De todas, ¿cuál es la mejor? Dependerá del uso que se le vaya a dar, pero en la gran mayoría de los casos la instalación de la edición para escritorio será más que suficiente, se realice de la manera habitual o tirando de la nueva instalación mínima. La descarga ocupa en torno a 1,5 GB y en circunstancias en las que no se cuenta con conexión a Internet, es imprescindible.

Con una buena conexión y el objetivo montar un escritorio, pero también un servidor, Ubuntu Server es una alternativa a considerar, ya que te permite toda la libertad para lo primero y viene con los paquetes precisos para lo segundo. La descarga es de unos 850 MB. La pega es que requiere de ciertos conocimientos para hacerlo todo rápido y bien, por lo que los usuarios que no las tengan todas consigo harían bien en instalar la edición de PC -incluso alguno de los sabores oficiales de Ubuntu, si es que se prefiere un escritorio que no sea GNOME- y sobre el escritorio, montar el servidor. Así les resultará mucho más fácil.

Y ya en en lo mínimo de lo mínimo nos encontramos con la imagen base de Ubuntu, Ubuntu Mini, que según recogían ayer en OMG! Ubuntu! adelgaza por tercera versión consecutiva hasta ponerse en los 28 MB; aunque habrá que sumarle algún mega más cuando esté disponible como ISO. Aun así, la pérdida de peso es considerable si nos fijamos en las últimas versiones, que ocupan unos 60 MB.

La ventaja de Ubuntu Mini, no obstante, es que permite una instalación mínima al extremo, por línea de comandos o con una interfaz Ncurses con prácticamente las mismas opciones que el instalador de sistema y alguna más, pero mucho más ligera. También un poco más engorrosa, cabe advertir (nada de ratón). Y, claro, quitando esos 40-50 MB, todo lo demás se tiene que descargar sobre la marcha. A cambio facilita la instalación de cualquier tipo de servidor o escritorio soportado por Ubuntu, incluyendo versiones recortadas de los mismos.

Ubuntu Mini puede ser una alternativa muy interesante, por ejemplo, para quienes quieran saltar a Ubuntu 18.04 LTS con Unity, a excepción de que la comunidad provea un método más cómodo (y ya están en ello). Por lo tanto, es posible que con el lanzamiento de la nueva LTS de Ubuntu no solo renovemos los tutoriales de instalación y configuración, sino que añadamos uno específicamente dedicado a Ubuntu Mini.

Sea como fuere, el peso de las diferentes imágenes de Ubuntu no debería suponer una ventaja o un impedimento, porque a día de hoy cualquiera tiene un USB de un par de gigas por ahí; por el contrario, cada una tiene su utilidad y está bien conocerlo.

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