Fuchsia no es Linux
Si estáis al tanto de las últimas informaciones tecnológicas, seguro que entre ayer y hoy habréis leído acerca de Fuchsia OS, el nuevo sistema operativo de Google. La novedad es la publicación de The Book, un documento donde se detallan las características técnicas del mismo. El apartado en el que más se están fijando los medios de toda índole, sin embargo, es el encabezado relativo a la estructura del sistema, donde Google deja muy claro que Fuchsia no es Linux.
Y no, Fuchsia no es Linux. Los aficionados encontrarán en The Book muchos detalles interesantes sobre cómo se está creando el sistema operativo, con todos sus componentes base escritos de cero bajo licencias de código abierto. Esto es importante, porque si algo nos ha enseñado el desarrollo del software en las últimas décadas, es que anticiparse a los cambios es difícil, por lo que una nueva plataforma diseñada para las necesidades actuales por un gigante como Google, es una iniciativa digna de atención.
Google da muchos datos técnicos, pero sigue sin entrar en el objetivo real de Fuchsia OS, que de momento se mantiene en fase experimental. En este sentido sabemos tan poco como a principios de año, cuando la compañía comenzó sus pruebas en dispositivos físicos. En todo caso, The Book es igualmente un trabajo en desarrollo enfocado en recoger el aspecto técnico del sistema, nada más.
Las cábalas en torno a qué lugar ocupará Fuchsia OS una vez esté listo para producción, no obstante, apuntan todas hacia un solo sitio: un sistema OEM que reemplazará Linux en lo que ahora conocemos como Android y Chrome OS. La cuestión es por qué. ¿Se debe únicamente a razones técnicas, a la posibilidad de ofrecer un sistema novedoso que aproveche las ventajas tecnológicas actuales como Linux no puede hacer? ¿O lo que quiere Google es el control absoluto del proyecto?
Las intenciones de Google se pueden suponer, pero no afirmar. Lo que sí es cierto, es que Fuchsia no es Linux y nunca lo será. El gigante de Internet ya ha tenido roces importantes con sus socios en Android por las condiciones que impone, y alguno de los cuales también desarrolla alternativas que de momento no han llegado a nada. Y si eso pasa con Linux de fondo, qué no pasará con un sistema totalmente bajo su control. Por muy software libre que sea, no se parece en nada a Linux, o más bien, a cómo GNU/Linux ha alcanzado el éxito en diferentes sectores.
Sin embargo, achacar Fuchsia OS exclusivamente al interés de Google por deshacerse de la dependencia de Linux, es arriesgado de aventurar. No solo por lo que se acaba de comentar, sino porque la compañía hace negocio en muchas áreas, no solo el software y servicios de usuario final. Google Cloud es uno de sus activos emergentes y ahí va a hacer falta mucho esfuerzo para que algún otro sistema ocupe el sitio de Linux.
Por no mencionar que en Google siguen usando Linux internamente, más allá de Android y Chrome OS: Debian, para ser más exactos. Al menos, mientras Fuchsia OS no sea una alternativa de verdad.