Ubuntu 19.04 Disco Dingo. Un lanzamiento que no aportará nada
El próximo 18 de abril se lanzará la primera versión del año 2019 de Ubuntu. Voy a decirlo antes de que salga. Ubuntu 19.04 no aporta nada.
Es cierto, hay un nuevo (y horrible) fondo de escritorio, un nuevo juego de iconos, y versiones más actuales del núcleo Linux y del software preinstalado. Pero eso no la diferencia del resto de los lanzamientos de este año. Y lo que hacía diferente a Ubuntu era precisamente traer algo innovador en cada versión.
Pero a Canonical ya no le interesan los usuarios domésticos.
Un poco de historia
Ubuntu fue una de las primeras distribuciones importantes en apostar al live cd. Su popularidad creció porque en los tiempos en que muy pocos tenían conexiones de Internet mandaban los cd de instalación a todo el mundo. Era fácil instalar los codecs multimedia y los drivers privativos. Incluso podías instalar Ubuntu sin salir de Windows con un programa que traía el cd.
Canonical soñaba con ser la Apple del mundo Linux. Fedora y OpenSUSE eran los bancos de prueba de Red Hat y Novell. Distros comunitarias como Debian o Archlinux estaban en otra cosa. Ubuntu era la opción para los usuarios domésticos.
Este es el momento en que alguno de ustedes deja de leer y va al formulario de comentarios para recordarme que Mandrake fue la primera distribución enfocada al usuario doméstico. Es cierto, pero yo estoy hablando de algo más allá de asistentes gráficos de instalación. Hablo de una experiencia de uso distintiva.
La utopía de la convergencia
Cada lanzamiento de Ubuntu provocaba una batalla campal entre los fanáticos de Ubuntu por un lado, con los defensores de la pureza del software libre, y por el otro con los que decían que en realidad ya había otra distribución que había hecho lo mismo. Hace años que no pasa.
Soy de los que piensan que el gran error de Linux fue no desarrollar su propio hardware. Los usuarios dependimos durante años de la ingeniería inversa y de la buena voluntad de los fabricantes. Hoy, distribuciones como Manjaro y KDE Neon tienen convenios con fabricantes de notebooks y Dell manufactura equipos con Ubuntu. Pero cuando Canonical decidió apostar a la fabricación de su propio dispositivo híbrido era algo novedoso.
Edge era un smartphone/pc. Por si mismo era un teléfono móvil como cualquier otro de los modernos. Al conectarlo con un monitor y un teclado se transformaba en una computadora de escritorio. La interfaz de usuario se adaptaba a las circunstancias. Aunque el financiamiento colectivo fue un éxito los primeros días, no llegó a recaudar lo necesario.
La vuelta a GNOME
Unity, el escritorio creado para reemplazar GNOME 2, dividió las aguas. Algunos lo amamos a primera vista, otros se cambiaron de distribución. Ni siquiera GNOME 3 generó tanta polémica.
La versión original permitía ver las redes sociales, escuchar música y buscar tanto en el equipo como en línea sin necesidad de abrir aplicaciones. Un renovado centro de software permitía a desarrolladores de software y autores de publicaciones vender sus productos.
Sin embargo, Unity fue perdiendo funcionalidades. Un problema de seguridad nos quitó la posibilidad de ver las redes sociales en el tablero. La documentación para crear aplicaciones era confusa y el entorno de desarrollo creado por Canonical (Basado en QT Creator) fallaba seguido. Si buscabas soporte en AskUbuntu (que era lo que recomendaba la documentación) lo más seguro era que te dieran de baja la pregunta por no cumplir alguna norma.
La respuesta de Canonical era que esperáramos a Unity 8. Pero Unity 8 nunca estuvo listo. Un día nos encontramos con la noticia de que Ubuntu volvía a GNOME y abandonaba los teléfonos. Ya había abandonado su proyecto de televisor inteligente.
Casi por casualidad la empresa de Shuttleworth había conseguido ser rentable. El interés corporativo por la nube, un campo en el que la compañía había sido pionera, le trajo grandes clientes. Por otro lado la manía de los fabricantes por conectar a Internet cualquier aparato impulsó su versión para la Internet de las Cosas.
En previsión de su lanzamiento a bolsa fue necesario echar lastre. Es decir, mi afirmación del principio del artículo. No más innovaciones para los usuarios domésticos. Salvo que puedan usarse también en la nube y la Internet de las cosas.
Qué trae Ubuntu 19.04 Disco Dingo
Vamos a repasar entonces las ¿novedades? de esta nueva versión
Nuevo tema
Yaru, el tema por defecto introducido en Ubuntu 18.10 no soportaba iconos para varias aplicaciones de terceros. Los iconos regulares de estas aplicaciones no armonizaban demasiado bien con los de las instaladas. Ese problema estético fue corregido. También se modificaron los iconos del centro de software, la papelera y el panel de configuración. El fondo de escritorio, como sucede a cada nueva versión, corresponde a la mascota. O eso supongo. Si alguien le ve algún parecido a un dingo que avise.
Hay quién dice que el escritorio se parece cada vez más al GNOME original que a Unity, por mi parte no puedo asegurarlo.
GNOME 3.22
Ubuntu no adopta todas las características completas de la versión 3.22 de GNOME. En algunos casos esto es bueno para el usuario. Podemos seguir teniendo iconos en el escritorio y el panel lateral está presente en forma permanente. Por el contrario, no se incluyeron las (muy necesarias) mejoras en el centro de software ni los controles para activar fractional scalling en HiDPl.
Núcleo Linux 5.0
La gran novedad de esta versión, es el soporte para las tarjetas gráficas AMD de gama alta, mejoras en el rendimiento de la CPU y soporte para más hardware.
Livepatch
Livepatch es una característica que permite instalar mejoras de seguridad en el núcleo sin necesidad de tener que reiniciar el sistema. Solamente funciona con las versiones de soporte extendido. En Ubuntu 18.04 había una pestaña en la aplicación de actualizaciones que permitía activarlo. Al no ser de soporte extendido, la versión 18.10 no la incluía. Por algún motivo la volvieron a poner en la 19.04 aunque con un aviso de que la función no está disponible.
Si quieren saber mi opinión, por lo interesante esta versión más que Disco Dingo debería llamarse Dromedario Dormido.
Aunque, no todo es culpa de Canonical. El mercado de computadoras de escritorio ya no tiene demasiado para ofrecer. Hasta los nuevos modelos de smartphone solo agregan cámaras o la posibilidad de plegarse.
Si queremos emoción habrá que buscarla en Arduino, Raspberry Pi o Nvidia Jetson.
El artículo Ubuntu 19.04 Disco Dingo. Un lanzamiento que no aportará nada ha sido originalmente publicado en Linux Adictos.