30 años con Linux. Cómo cambiaron las cosas
Hace unos días comentábamos el cambio de modelo en la industria del software que llevó a que Microsoft modificara su visión del código abierto. Resulta interesante repasar como cambiaron las cosas desde el punto de vista de los usuarios de Linux.
Linux lleva dando vuelta entre nosotros 30 años. En una persona es tiempo suficiente para formarse en una profesión, casarse y tener hijos. En términos tecnológicos vale decir que es de la época en que el fax era la base de la comunicación empresaria, los cedes la gran revolución de la industria musical y las PC (un mercado todavía dominado por IBM) comenzaban a desplazar a las home computer como equipo base de la informática moderna.
Tal vez la mejor forma de darse cuenta del cambio es ver las dos películas de la saga Wargames. La original, responsable de inocular el virus de la informática en varios de los que después harían historia en la industria, y su innecesaria pero soportable secuela.
En la primera el protagonista usa un voluminoso (para nuestros estándares) equipo que se conecta a la red apoyando el auricular de un teléfono de línea en el modem. Los programas que necesita los instala desde un enorme disquete de 8 pulgadas (20,32 cm). Por supuesto, estamos hablando del 83 por lo que no había interfaz gráfica
El protagonista de la segunda (2008) ya se movía con su notebook y aprovechaba la WiFi de los cafés para conectarse. Si hubiera (Y que la ira de los dioses borre a Hollywood de la faz de la tierra si eso pasa) una tercera, seguramente estaríamos hablando de tabletas que se conectan vía 5G.
La primera forma de instalación
Las primeras distribuciones Linux se instalaban insertando sucesivamente una serie de disquetes en la unidad lectora. Este medio de almacenamiento había sido inventado por IBM en la década del 70, pero para los 90 habían reducido considerablemente su tamaño (8,9 x 9,3 cm). Un diskette de 3 ½ pulgadas podía almacenar un mínimo de 1,44 MB.
En el centro de cada disquete había un aro construido con un material magnético. Dentro de cada aro la información se registraba en pistas circulares que a su vez se dividían en sectores en forma de cuña. Para que el hardware accediera a un sector específico del medio de almacenamiento era necesario marcarlos previamente en forma magnética. Esto se hacía mediante el proceso de formateo.
Instalar una distribución Linux plenamente funcional podía requerir al menos media docena de disquetes y llevaba varias horas además de una lectura atenta de la documentación. Este medio de almacenamiento era barato pero frágil por lo que bastaba un error de grabación o lectura para que el procedimiento se frustrara.
Y, por supuesto, aunque la instalación funcionara bien, es posible que el hardware no fuera completamente compatible. En ese momento la instalación de Linux, al menos en el mercado doméstico, era para aficionados entusiastas
Linux hace 30 años. Las primeras distribuciones en disquete
La primera distribución Linux que registra la historia fue creada por un programador llamado HJ Lu en 1992. Se distribuía en dos disquetes de 5,25 pulgadas.
- El primer disquete llamado LINUX 0.12 BOOT DISK se usaba para arrancar el sistema.
- El segundo recibía el nombre de LINUX 0.12 ROOT DISK daba acceso a un intérprete de comandos que permitía acceder al sistema de archivos de LInux.
El usuario tenía que insertar el primer disco y, cuando el sistema lo pidiera el segundo. Por supuesto, esto no era instantáneo. Si querías tener Linux en tu disco duro debías editar el gestor de arranque usando un editor hexadecimal.
Sin embargo, no hubo que esperar mucho para una alternativa bastante más amigable. Para esa misma época, Owen Le Blanc, del Centro de Computación de Manchester (Reino Unido) liberó MCC Interim Linux.
MCC Interim Linux tenía un instalador basado en un menú e incluía diversas herramientas tanto utilitarias como de programación. Su instalación en el disco duro era muy parecida a la que usamos actualmente y no requería modificar el gestor de arranque maestro utilizando un editor hexadecimal. Por supuesto que esta distribución, pese a lo avanzado, todavía no tenía entorno gráfico.
Aunque se distribuía principalmente en una serie de disquetes, también era posible descargar vía red usando un servidor ftp.
En el próximo artículo hablaremos de la forma en que un nuevo medio de instalación vino a cambiar las cosas.