Intel Xe DG2: ¿Una esperanza para los usuarios de Linux o un fiasco antes de su lanzamiento?
Hace un año comentamos que las gráficas dedicadas de Intel podrían suponer una esperanza para los usuarios de Linux, sobre todo por el posible soporte a través de Mesa y drivers de código abierto, lo que garantizaría el respeto a los estándares establecidos. Sin embargo, el gigante del chip ha ido retrasando el lanzamiento de dichos productos, hasta el extremo que la Intel Xe DG2 será lanzada en 2021.
Las informaciones sobre la potencia de las gráficas dedicadas de Intel resultan un tanto confusas, incluso contradictorias si tenemos en cuenta lo que ha aparecido en torno a la Intel Xe DG1. Por otro lado, parece que hay esperanzas con la Intel Xe DG2, que podría dar alcance a la RTX 3070 de NVIDIA, lo que supondría un arranque lo suficientemente bueno como para estar a la altura de NVIDIA y AMD Radeon en pocos años.
Las dudas que generan las gráficas dedicas de Intel tienen sentido si tenemos en cuenta que se basarán en la duodécima generación (Gen12) de la tecnología de gráficos de la compañía (incluida en los procesadores Tiger Lake), la cual ha supuesto un salto enorme a nivel de rendimiento, pero veremos si lo suficientemente bueno como para ponerse a la par de sus rivales.
Es probable que a muchos de nuestros lectores les esté sorprendiendo esta entrada, ya que MuyLinux no es un portal dedicado al hardware. Sin embargo, los que conozcan la trayectoria de los fabricantes de gráficas en GNU/Linux a buen seguro sabrán a qué estamos apuntando, y es al hecho de poder consolidar el stack gráfico estándar del sistema frente a NVIDIA, que ha monopolizado el sector hasta la llegada de AMDGPU en 2016.
El monopolio que ostentaba NVIDIA le ha permitido crear un driver que funciona de manera diferente a como lo hacen los drivers incluidos por defecto y de manera oficial en Linux, los cuales se apoyan en Mesa para el soporte de las API. Con unas gráficas de Intel que por entonces solo daban para lo más básico y una AMD calamitosa con Catalyst, NVIDIA ha podido definir de manera paralela con su driver cómo tiene que funcionar el stack gráfico del sistema Open Source, lo que repercute en muchos problemas, sobre todo cuando uno se aleja de GNOME, o más bien las pocas distribuciones que el gigante verde soporta correctamente.
El asunto se vuelve incluso más grave si miramos a Wayland, el “futuro” servidor gráfico que lleva más de una década intentando destronar a Xorg. Si nos remitimos a una entrada que publicamos el pasado verano, el soporte de XWayland para NVIDIA sería suministrado a través de Mesa, por lo que los usuarios de dicha marca de gráficas no solo tendrían que estar pendientes de las actualizaciones del driver, sino también de Mesa, una situación que terminaría agregando una complejidad extra a la instalación y al mantenimiento.
En otras palabras, los usuarios de Windows probablemente tengan un punto de equilibrio con el duopolio de NVIDIA y AMD Radeon, pero en GNU/Linux necesitamos que haya más presión en el mercado, una presión que tiene que girar contra NVIDIA. AMD ha hecho bien los deberes en los últimos años, pero NVIDIA todavía sigue teniendo una fuerte presencia en Linux no solo por la potencia bruta de las gráficas, sino también por áreas como la multimedia (soporte de codificación por hardware) y la inteligencia artificial. Aquí es donde posiblemente entre Intel, porque los servicios de videojuegos vía streaming prometen restar protagonismo a la compra de hardware, así que el objetivo principal serían los sectores profesionales y la inteligencia artificial.
Todavía es pronto para evaluar nada, y en el caso de GNU/Linux no solo hay que tener en cuenta el producto en sí, ya que la forma en que se suministra el soporte es otro punto igual de importante o más. Aquí veremos cómo se las gasta Intel, pero viendo el éxito que ha tenido AMD con su soporte bicéfalo abierto y privativo (con AMDGPU-PRO), lo suyo sería que optara al menos por un enfoque similar si no se atreve a hacerlo todo con drivers de código abierto, o sea, ofrecer un soporte completo para escritorio y juegos con los drivers libres y dejar los privativos para tareas profesionales.
Continuando con los drivers, la calidad de estos es otro apartado a tener muy en cuenta y que preocupa, sobre todo en lo que respecta al de Vulkan incluido en Mesa: ANV. ANV ofrece por ahora un rendimiento bastante pobre, tan pobre que los menús de Doom 2016, antes de iniciar la partida, funcionan a menos de 10 fps sobre un procesador Intel Core i7-10510U. Cierto que el procesador (de bajo consumo) y su gráfica integrada no están hechos para jugar, pero Doom 2016 es un juego muy bien optimizado que puede ser jugable hasta en un hardware modesto, con el único requisito de disponer de una gráfica relativamente reciente, así que en teoría se tendría que poder jugar a dicho título con el procesador mencionado, aunque fuera a 720p y con todo al mínimo.
Está claro que Intel tiene muchísimo trabajo por delante para estar a la altura de NVIDIA y AMD Radeon, porque no solo tiene que lanzar al mercado un hardware a la altura, sino también unos drivers competentes que, al menos en Linux, todavía tienen que mejorar mucho si tiene la intención de ofrecer un buen soporte a través de kernel y Mesa. Si la Intel Xe DG2 consigue cumplir las expectativas, estaríamos ante un nuevo rival que tiene la oportunidad de abrir el mercado hacia la dirección que nos interesa a los usuarios de GNU/Linux, la de los estándares consolidados a través del kernel, Mesa y otros componentes Open Source.