Hosting: para qué es y cómo elegir el adecuado
Con un hosting se abren multitud de oportunidades, tanto de ocio como laborales. Con él podrás tener un espacio en un servidor para alojar una página web a la que podrán acceder todos, ya sea para tener el sitio de tu negocio, tus cursos, promociones, tu tienda online, tu blog personal desde el que difundir, crear tu propia nube de almacenamiento, galería, y un largo etc.
Actualmente, con toda la transformación que está sufriendo el mundo por las nuevas tecnologías, y la aceleración que ha supuesto la pandemia, digitalizar tu negocio y comenzar a operar desde Internet puede significar la diferencia entre un negocio ruinoso o el éxito. Por eso, deberías tener muy en cuenta la posibilidad de tener tu web para llegar más allá de los usuarios o clientes locales.
¿Dónde comprar un hosting?
Para comprar un hosting tienes multitud de opciones disponibles en la red. Existe una enorme cantidad de proveedores de este tipo de servicios. Además, la inmensa mayoría de los proveedores ofrecen servicios extra adicionales al hosting por precios bastante competitivos, como registros de dominios, correo electrónico, etc.
Existen multitud de servicios muy conocidos por los que deberías decantarte frente a otros menos conocidos que pueden tener precios escandalosamente atractivos, e incluso gratuitos en algunos casos, pero que carecen de seguridad, no aportan soporte o garantía alguna, y los servidores tiene una nefasta velocidad y disponibilidad, por lo que tu web estará casi siempre caída o irá muy lenta, algo que hará huir despavoridos a tus visitantes.
Un buen ejemplo es Raiolanetworks.es, una empresa española con servidores en territorio europeo, algo especialmente importante si quieres cerciorarte de que cumplen con las leyes de protección de datos de Europa.
¿Qué tipos de hosting existen en el mercado?
Actualmente existen varios tipos de hosting en el mercado, cada uno con sus ventajas y desventajas, y con precios variados. Por tanto, es importante conocer cada tipo para saber cuál es el que más te interesa según el objetivo que busques o tus necesidades. Entre los más importantes están:
- Compartido o shared: haciendo un símil es como cuando vives en un piso compartido, por lo que compartirás los recursos y el espacio con otros. En el caso del hosting ocurre igual, todos los usuarios que usen ese servicio estarán alojados en el mismo servidor, lo que no es lo ideal de cara a conseguir las mejores prestaciones y gestionar el sitio a tu antojo, pero que resulta la opción más barata. Puede ser suficiente para los que buscan alojar un blog pequeño o una web con poco tráfico, ya que más allá de eso podrían notar falta de espacio o de velocidad.
- Elástico o elastic: cada vez es más popular, y tiene la particularidad de poder escalar según tus necesidades, sin limites. Por ejemplo, podrías comenzar con una web pequeña y con poco tráfico, y a medida que tu negocio prospera o tu web va captando más vistas, podrás mejorar los recursos que tienes a tu alcance ampliando tu pago. Además, deberías saber que la ampliación es automática, por lo que en cuando rebases el límite actual se activará el nuevo plan de mayor capacidad.
- Dedicado: es lo contrario al compartido, como cuando alquilas o compras un piso solo para ti. En este tipo de servidores contarás con todo el hardware y recursos para ti, sin compartirlos con otros. En cambio, esto implicará un coste mayor, pero te aportará el máximo rendimiento y flexibilidad para su gestión. Por eso puede ser una magnífica alternativa para las webs de empresas de gran tamaño o profesionales. Eso sí, necesitará de conocimientos para su gestión, o la contratación de expertos para ello…
- VPS (Virtual Private Server): un servidor privado virtual, como su propio nombre indica, es una partición virtual del servidor físico. Es decir, el servidor se dividirá en varias máquinas virtuales con sus propios recursos particulares (red, CPU, RAM, almacenamiento) que funcionan como un servidor independiente. Es decir, podrías tener un precio bastante ajustado y un servicio que estaría entre medias del compartido y el dedicado. Como otro punto positivo, en algunos casos ofrece servicio de mantenimiento, por lo que no te tendrás que encargar tú de la instalación y configuración del sistema operativo, software, seguridad, mantenimiento, etc.
- Nube o cloud hosting: es similar en algunos sentidos a los hosting o alojamientos tradicionales, pero empleará múltiples servidores de forma simultánea. Eso permitirá mejores prestaciones, balanceando la carga, y permitiendo que si un servidor fallase, el/los otro/s seguirían dando soporte y el sitio o servicio no se vendría abajo. La desventaja en este caso es que para particulares, autónomos, o una PyME, es un servicio costoso.
Contratar un dominio y hosting juntos ¿es la mejor opción?
Algunas personas confunden hosting con dominio. Pero no es lo mismo, a pesar de que muchos servicios de alojamiento ofrecen ambas posibilidades sin necesidad de acudir a otra tercera empresa para el registro del dominio. Actualmente, estos proveedores te facilitan mucho el proceso, eligiendo desde su web el plan de hosting que necesitas y elegir el nombre de dominio y TLD que necesitas para su registro y atribución.
El hosting, o alojamiento, es precisamente eso, el espacio o infraestructura necesaria para alojar el sitio web o blog, lo que incluye bases de datos, software CMS, apps, archivos, y todo lo que necesitas subir. Y eso no solo incluye espacio de almacenamiento, también recursos de procesamiento, RAM, ancho de banda, etc.
Por otro lado, el dominio es el nombre que tendrá tu web. El servidor que has contratado tiene asignada una IP, pero eso no es algo intuitivo para los usuarios que navegan. Por ejemplo, google.es usa un servidor con IP 142.250.217.67. Pero cuando navegas, te resulta mucho más fácil recordar google.es que ese número, ¿verdad? Por tanto, registrar un dominio hará que tu hosting cuente con un nombre más representativo y fácil de recordar (ejemplo.com, miempresa.es, nombresitio.org, etc.). De esa forma, cuando los usuarios busquen tu nombre registrado les aparecerá en el buscador.
Los servicios que ofrecen registro de nombre te permitirán elegir el adecuado, detectando si ya se ha registrado o está en uso, o si está libre para ti…Como ves, el nombre de dominio va acompañado de un TLD (Top Level Domain), que es ese .es, .com, .net., .org, etc. Esta extensión puede indicar el tipo de web que es, siendo .com para compañías, .es para sitios españoles, .org para organizaciones, etc. Esto también lo podrás elegir en el momento de registrar tu nombre de dominio.
En definitiva, una magnífica idea es contratar el hosting junto con el nombre de dominio y TLD para tu sitio. Así tendrás desde el comienzo todo lo que necesitas. La única razón de no contratar ambos servicios sería que ya cuentes con un nombre registrado y simplemente quieras portarlo de un servicio de hosting anterior a tu nuevo hosting…
¿Cuál elegir?
Según el presupuesto del que dispongas y los tipos de hosting analizados anteriormente, deberás elegir el más adecuado para tu caso. Además, para ayudarte a seleccionar un buen servicio, deberías fijarte en los siguientes parámetros:
- Servidor: me estoy refiriendo a dónde está alojado dicho servidor, más que a las tecnologías, marca, etc. Aunque no parezca importante, cada vez lo es más. Es preferible que elijas servicios con centros de datos en España o cualquier otro país de Europa para asegurarte que trabajan bajo la ley de protección de datos europea, que es la más estricta. Evita servicios chinos o norteamericanos que harán una gestión de tus datos muy diferente.
- Tipo de hosting: (véase apartado anterior para saber cuál es el tipo de plan que más te conviene: nube, compartido, VPS, dedicado,…).
- Hardware o recursos: en este sentido es importante la cantidad de CPUs de las que dispongas, la memoria RAM, el espacio de almacenamiento disponible (mejor si es SSD frente a HDD), o el ancho de banda de la red. Mientras mayores sean los recursos, mejor rendimiento y posibilidades te ofrecerá el servicio. En caso de ser un VPS, estos valores se referirán a unidades virtuales (vRAM, vCPU,…), pero a efectos prácticos será lo mismo.
- Limitaciones: vigila especialmente los límites que algunos servicios imponen. Según el plan, puede que tengas restricciones en la cantidad de datos transferidos por mes o por día, e incluso en el ancho de banda consumido. Datos muy importantes y que tendrás que evaluar si cumplen con el tráfico aproximado que tendrás en tu sitio o no. Además, existen algunos servicios que ofrecen recursos ilimitados en este sentido, lo que es muy positivo para no tener que preocuparte por ello.
- Servicios adicionales: como extra puedes buscar otros servicios o ventajas que te ofrezca un proveedor de hosting, como la posibilidad de registrar dominios, elegir entre diferentes sistemas operativos, mantenimiento, funciones de seguridad, copias de seguridad (backup), certificados SSL/TLS para HTTPS, servicios de correo electrónico con dominio propio, instalación automática de CMS (Worpress, Blogger, MediaWiki, Moodle, Magento, PrestaShop, osCommerce, ownCloud, NextCloud, Drupal,…), etc. Otro punto muy positivo para algunos usuarios es los métodos de pago aceptados. Algunos prefieren hacerlo mediante tarjeta de crédito, pero también los hay que prefieren usar otros servicios de pago, como PayPal, etc.
- Soporte técnico: por supuesto, si te surge alguna duda, o por algo deja de funcionar el servicio, es importante que tu proveedor ofrezca un soporte técnico en español para que puedas comunicarte con los asistentes sin problemas. Por otro lado, si el servicio es 24/7 podrás contar con ellos en cualquier momento que surjan los problemas. Y, como un plus, también puede ser interesante que cuenten con diversos medios de contacto (teléfono, chat, email).
Precios VS Calidad
Por último, y no menos importante, en los tiempos que corren también es importante optar al servicio de hosting y registro de dominio con mejor relación calidad/precio posible.
Ten cuidado, puesto que algunos servicios gratuitos, o excesivamente baratos, tienen una nefasta calidad de servicio, y tu web estará más tiempo fuera de línea que operativa, lo que no dará buena sensación y hará perder clientes y visitas que podrían ser potenciales ganancias.
Entre los otros servicios con planes más o menos asequibles, analiza bien lo que te ofrece cada uno. Algunos pueden parecer muy baratos en la tarifa base, pero en cuanto vas agregando algunos extras no incluidos la factura irá engordando. Elige siempre los proveedores que sean lo más claros posibles, y que no escondan recargos que no muestren en los precios de los planes iniciales.
Algunos TLDs para nombres de dominio son más caros que otros. Por ejemplo, un .com o un .org pueden tener un coste superior a un .es, o un .eu.Además, es posible que aquellos servicios que permiten pagar por las horas de uso, o recursos empleados, parezcan muy baratos inicialmente, pero las tarifas planas garantizan que siempre pagarás lo mismo sea cual sea el uso. Mientras que estos podrían comenzar a engordar y terminar pagando más que una tarifa plana media.