Slackware 15, nueva versión del decano de las distribuciones Linux
La versión estable y final de Slackware 15 ya está aquí. Ha costado, pero así es como funciona la distribución creada y mantenida -con ayuda, por supuesto- por Patrick J. Volkerding, todo un referente del GNU/Linux comunitario más ‘unixero’ y venerable.
De hecho, es muy probable que conozcas a Slackware aunque sea por el nombre, no en vano se trata de la distribución Linux más longeva todavía en activo. Sin ir más lejos, el año que viene celebrará su treinta aniversario desde el lanzamiento de su versión 1.0. Slackware es todo un icono del Linux de escritorio y, al mismo tiempo, una de las distribuciones más exclusivas que existen, cabe advertir.
Cabe hacerlo, porque si bien Slackware se distingue por ser un sistema enfocado sobre todo en la estabilidad y el soporte a largo plazo en torno a la filosofía KISS (keep it simple, stupid), también lo hace por su faceta de distribución para usuarios avanzados o, cuando menos, experimentados con su forma de hacer las cosas. Lo de la estabilidad y el soporte a largo plazo es, a su vez, un arma de doble filo.
Para que os hagáis una idea, Slackware 14 se lanzó en octubre de 2012, hace casi una década, y aunque desde entonces la distribución ha recibido actualizaciones (la última fue Slackware 14.2 en 2016) y su mantenimiento ha sido constante… Digamos que no es un sistema de escritorio para las masas, como por ejemplo atestigua su instalación por línea de comandos. Ni Debian llega a tanto.
Slackware 15, novedades
Sea como fuere, tras un año de versiones en desarrollo ya está aquí Slackware 15, una nueva versión del decano de las distribuciones Linux cuya intención, eso sí, no es quedarse anclado en el pasado. «El desafío esta vez fue adoptar todas las cosas buenas que pudiéramos sin cambiar el carácter del sistema operativo. Mantenerlo familiar, pero modernizarlo. Y vaya si tuvimos trabajo», apunta Volkerding en el anuncio de lanzamiento.
Entre todas esas «cosas buenas» se cuentan por ejemplo adopción de nuevas tecnologías como el mecanismo de autenticación de aplicaciones PAM (Pluggable Authentication Modules); el reemplazo de ConsoleKit2 por elogind, facilitando así el uso de inits alternativos a systemd pero sin renunciar a usar entornos de escritorio como los de KDE o GNOME, o soporte de PipeWire como alternativa a PulseAudio en sesiones con Wayland; el abandono de Qt4 en favor de Qt5; Rust y Python 3…
Y multitud de actualizaciones más en todos los componentes de Slackware 15, por supuesto, con especial mención al kernel Linux 5.15, que además de conjugar a la perfección con el número de versión de la distro, se trata a su vez de una versión LTS… Y por poco se ha quedado fuera la próxima KDE Plasma 5.24, que también será LTS; a cambio, Slackware 15 lleva como entorno de escritorio predeterminado, que no único, KDE Plasma 5.23, la versión del 25 aniversario, que tampoco está mal.
Slackware ha sido siempre una distribución enfocada en el escritorio y software de KDE, pero de unos años a esta parte también está la posibilidad de instalar un entorno más espartano, pero igualmente potente, como es Xfce y para Slackware 15, una versión bien actualizada de Xfce 4.16 ha sido la elegida para completar la oferta.
Sobra decir que los cambios acumulados que recibe Slackware 15 tras más de un lustro son multitud, pero lo principal es lo expuesto. Hay que recordar que por más veterano que sea, este es un proyecto pequeño.
¿Te interesa probar Slackware 15? Aquí tienes las notas de lanzamiento y en la página oficial todo el material necesario para empezar. Necesitarás consultar la documentación si eres nuevo. En la página de descargas encontrarás lo propio, con soporte para 32 y 64 bits. Y si no te basta con realizar una instalación normal, Slackware 15 incluye por primera vez «un script «make_world.sh» que permite reconstruir automáticamente todo el sistema operativo desde el código fuente», en el caso de que no te guste que te lo den todo hecho.