«Es normal y funciona». Uno de los principales responsables del proyecto nos cuenta por qué le encanta KDE
En cuanto a cantidad y variedad de escritorios para Linux, tenemos dónde elegir. Mucho, de hecho, y cada vez aparecen más opciones, como Cutefish o el Deepin (DDE) que ya lleva más tiempo entre nosotros y tiene contentos a algunos usuarios. Pero gran parte de la cuota se la quedan los escritorios clásicos o los que usan por defecto las distribuciones más populares. El más usado es GNOME, pero de cerca le sigue un KDE que hace tiempo que no es el desastre que nos espantaba en el pasado.
En los últimos meses, KDE está siendo noticia por diversos motivos. Por ejemplo, es el escritorio que ha elegido Valve para su Steam Deck. En Plasma 5.24 han tomado prestada la vista general de GNOME, y sus aplicaciones ofrecen cada vez más funciones. Pero si KDE gusta es por lo que Nate Graham ha escrito en su blog personal, un artículo que ha publicado por el comentario de un usuario en el blog de Phoronix: «KDE es normal y funciona«.
KDE es más fácil de usar para los que vienen de Windows
El comentario original, del que Graham ha decidido quedarse con una frase (que luego desarrolla), dice lo siguiente: «pon al 98% de la población (usuarios de Windows o macOS) delante de GNOME Desktop y no tendrán ni idea de que ***** se supone que tienen que hacer«. El usuario/lector de Phoronix parece quejarse de alguien que pide que se use GNOME, ya que tiene menos bugs, lo que también significa que hay menos movimiento. Pero «alcalde» dice que no ha tenido problemas en KDE desde el verano de 2010.
Bueno, no seré yo quien diga que KDE ha sido perfecto siempre. Entre 2015 y 2016 intenté usarlo un par de veces y cada dos por tres me «petaba» algo, por lo que, por no dejar x-buntu, volvía a usar Unity y más tarde GNOME. Pero sí puedo decir que hace ya tres años que estoy usando KDE y, ahora sí, siento lo mismo que «alcalde»: no entiendo las críticas, y no las entiendo porque YO no experimento problemas groseros. Y todo esto nos devuelve a lo que ha escrito Graham, que es un poco un artículo en el que saca pecho.
Nate Graham: «Plasma usa una capa normal y familiar»
Los argumentos que da Graham para defender su KDE empiezan por la interfaz. Usa una capa normal y familiar, con un panel en la parte inferior, lanzador de apps, aplicaciones que se pueden fijar en el gestor de tareas, iconos en el escritorio y botones visibles, entre los que menciona los de minimizar, maximizar y cerrar (y cuando iba a preguntarme si había alguno que no cumpliera esto último, me ha venido a la cabeza el i3wm en el que aún trabajo de vez en cuando). Esto es lo que «alcalde» y Graham consideran algo normal. Pero eso es sólo cómo vienen las cosas por defecto.
¿Y qué pasa si no nos gusta esa normalidad que relacionamos con Windows 95 en adelante? Pues que en KDE puedes cambiarlo todo. ¿Quieres el menú centrado como el de Windows 11? Se puede hacer añadiendo espacios a ambos lados del gestor de tareas (y del menú, si también lo queremos en el centro). Cuando echaba de menos GNOME 2.x, Plasma me permitía añadir accesos directos al gestor de tareas, o a cualquier otro panel, fácil y rápidamente. Es personalizable, y lo es con las funciones nativas.
KDE sabe que tiene que mejorar
Pero, aunque el artículo pueda entenderse como algo para hacerse publicidad como lo mejor sin discusión, termina con algo de humildad, repitiendo que «KDE Plasma funciona», seguido de un tímido «tiene sus bugs, pero…»:
«Tiene sus bugs, pero básicamente es una pieza de tecnología sólida y fiable a la que no le faltan funciones importantes, ni por falta de recursos ni porque las decisiones de diseño impidan darles soporte. No es un proyecto científico de aficionado al que le falten funciones clave que puedan romperse por completo. No se reinventa cada uno o dos años y se convierte en algo diferente que puede dejar de satisfacer tus necesidades o gustos. Tiene planes de acción para adaptarse a los cambios de la industria que le rodean y que se están llevando a cabo activamente; no está en camino de convertirse en algo obsoleto o en un callejón sin salida técnico. No, simplemente es una infraestructura imperfecta y aburrida en la que, sin embargo, puedes confiar».
Graham termina diciendo que cree que son características que se necesitan, y que por eso le gusta y trabaja en él. Funciona, fácil de usar, personalizable, añado que en mis equipos es ligero… que pulan la parte de los pequeños bugs y lo bordarán. Aunque creo que Debian, Ubuntu y Fedora nunca les permitirán ser el escritorio Linux más usado.