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OpenAI planea lanzar su propia red social con inteligencia artificial integrada para competir con X y Meta

openai red social

Las grandes tecnológicas siguen protagonizando un pulso continuo por el control de la inteligencia artificial y los datos que alimentan estos sistemas. En esta ocasión, OpenAI, conocida por haber impulsado ChatGPT, está trabajando en el desarrollo de su propia red social. El posible lanzamiento de esta plataforma situaría a la compañía de Sam Altman en competencia directa con gigantes del sector como X (anteriormente Twitter, propiedad de Elon Musk) y Meta (Facebook, Instagram), replanteando el terreno de juego dentro del universo digital.

La noticia ha salido a la luz gracias a distintas filtraciones procedentes de fuentes cercanas a OpenAI. La iniciativa se encuentra todavía en una fase embrionaria o de prototipo, pero ya se conocen algunos detalles clave: la red social permitiría, mediante el uso de la tecnología de ChatGPT, generar imágenes que podrán compartirse y comentarse a través de un feed social, al más puro estilo de las plataformas que ya dominan el mercado.

OpenAI salta al universo de las redes sociales

Hasta la fecha, OpenAI ha destacado fundamentalmente por su papel como desarrolladora de tecnología de inteligencia artificial, cediendo sus modelos a otras compañías para su integración en productos y servicios diversos. Sin embargo, el deseo de controlar de primera mano el flujo de datos y las interacciones de usuarios parece haber cambiado la estrategia, marcando una nueva etapa en la que OpenAI no sólo será motor tecnológico, sino también plataforma de consumo masivo.

Este paso tiene una lógica clara: disponer de una red social propia permite acceder a enormes cantidades de datos en tiempo real, fundamentales para entrenar y perfeccionar los sistemas de IA. Actualmente, OpenAI debe recurrir a acuerdos con terceras plataformas para obtener estos datos, lo que limita sus posibilidades frente a competidores directos como X, que ya ha fusionado su actividad con xAI para alimentar a Grok, su propio chatbot.

Tensiones personales y rivalidad de fondo: Altman vs Musk

El movimiento de OpenAI no es sólo una cuestión empresarial. La relación entre Sam Altman, CEO de OpenAI, y Elon Musk, propietario de X y cofundador de la propia OpenAI, se ha ido deteriorando en los últimos años. La tensión ha crecido especialmente desde que Musk abandonó la compañía en 2018 y, más recientemente, cuando intentó comprar OpenAI por una cifra de 97.400 millones de dólares—a lo que Altman respondió con sarcasmo, proponiendo a su vez adquirir X por una décima parte de esa cantidad.

La rivalidad ha alcanzado incluso los tribunales. En los últimos meses, Musk demandó a OpenAI y a Altman, argumentando que la startup había dejado atrás el objetivo fundacional de desarrollar una inteligencia artificial en beneficio de la humanidad, y que ahora priorizaba los intereses corporativos. OpenAI respondió con una contrademanda, acusando a Musk de hostigamiento e intento de obstaculizar la transición hacia un modelo con ánimo de lucro. Ambas partes se preparan para un juicio con jurado previsto para el próximo año.

Mientras tanto, Meta tampoco pierde de vista el sector y estudia lanzar su propia plataforma con IA integrada, alimentando aún más la competencia a tres bandas entre las principales tecnológicas del momento.

¿Cómo será la red social de OpenAI?

Por ahora, muchos aspectos del proyecto permanecen en secreto. Las filtraciones confirman la existencia de un prototipo interno, pero quedan dudas sobre si la nueva red social se materializará como una aplicación independiente o como una funcionalidad añadida a ChatGPT, la app estrella de la compañía. En cualquier caso, se da por hecho que la generación de imágenes mediante IA estará en el centro de la experiencia, permitiendo a los usuarios crear y compartir sus propias ilustraciones en un entorno social.

Esta orientación hacia el contenido generado por IA podría inspirarse en tendencias recientes, como la moda de transformar fotografías en ilustraciones inspiradas en el universo Ghibli, que se han vuelto virales y han disparado el número de descargas de ChatGPT en los últimos meses. De hecho, en marzo de 2025, ChatGPT superó a aplicaciones como Instagram y TikTok, logrando convertirse en la herramienta más descargada a nivel mundial, según Appfigures.

Ventajas estratégicas y desafíos fundamentales

El lanzamiento de una red social aportaría a OpenAI varias ventajas competitivas. Por un lado, tendría acceso a una fuente inagotable de datos frescos, imprescindibles para mantener sus modelos actualizados y competitivos frente a la rapidez con la que evoluciona el sector de la IA. Además, podría reducir su dependencia de plataformas rivales y explorar nuevas vías de rentabilidad, algo especialmente relevante teniendo en cuenta que, pese a su popularidad, la empresa aún no ha alcanzado beneficios sostenibles.

Sin embargo, surgen grandes incógnitas y retos a considerar. Uno de los principales es cómo OpenAI gestionará la privacidad de los usuarios y la protección de sus datos personales, especialmente si la plataforma permite subir imágenes y otros contenidos susceptibles de mal uso. Además, el riesgo de que se multipliquen los bulos, los deepfakes y la manipulación de información a través de la IA es un tema candente sobre el que todavía no hay respuestas claras.

En este sentido, la tendencia a viralizar imágenes generadas por IA podría poner en peligro la privacidad y el control de la información personal. Expertos advierten de la posibilidad de robo de identidad o de que los datos acaben formando parte de los servidores de OpenAI sin el consentimiento expreso de los usuarios, un riesgo que se multiplica si las imágenes compartidas incluyen a menores de edad.

El contexto de la carrera tecnológica y el futuro de las redes sociales

La ofensiva de OpenAI sobre el terreno de las redes sociales no puede entenderse sin el contexto de la feroz competencia que vive el mundo tecnológico en estos momentos. El ascenso de Google con sus propios modelos generativos, la rápida respuesta de Meta para integrar IA en sus aplicaciones sociales y la transformación de X bajo el mando de Musk ilustran la batalla constante por el liderazgo en innovación y, sobre todo, por el acceso a la información que generan los propios usuarios.

Los datos reflejan que el uso de internet sigue creciendo y el tiempo medio de conexión diaria supera las 6 horas y media en todo el mundo. Buena parte de esa actividad se destina a redes sociales, lo que convierte a este sector en un caramelo irresistible para cualquiera que busque entrenar sistemas de inteligencia artificial a gran escala.

El éxito de ChatGPT como aplicación más descargada resalta el interés de los usuarios en experiencias vinculadas a la inteligencia artificial, lo que podría facilitar la aceptación de una red social nativa de IA. Ahora queda por ver cómo responderán los usuarios a una plataforma que, de entrada, podría diferenciarse del saturado panorama actual incorporando herramientas de creatividad y personalización nunca vistas hasta la fecha.

¿Competencia o más poder en pocas manos?

La llegada de OpenAI al ámbito social podría suponer un soplo de aire fresco en un mercado dominado por unos pocos actores, ofreciendo nuevas alternativas a quienes buscan una experiencia digital distinta. Sin embargo, también existe el temor de que, en lugar de repartir el poder, esta tendencia termine concentrando aún más la información y la influencia en un puñado de grandes compañías tecnológicas.

Algunos analistas ven con buenos ojos la irrupción de nuevos actores que pongan en aprietos el statu quo actual y desafíen el dominio de X o Facebook, frecuentemente criticadas por sus problemas de spam, bots y contenido de baja calidad. Otros advierten del riesgo que supone dejar en manos de Altman y compañía la gestión de plataformas que pueden llegar a influir decisivamente en la opinión pública, la difusión de noticias y la generación de tendencias culturales.

Perspectivas de lanzamiento y próximos pasos

Hasta la fecha, OpenAI no ha hecho comentarios oficiales ni ha desvelado una fecha estimada para el lanzamiento de la red social. Todo apunta a que el proyecto podría pasar todavía varios meses en fase experimental antes de ver la luz, mientras se define tanto su funcionamiento como su modelo de negocio.

Simultáneamente, la presión por parte de los competidores se multiplica. Meta trabaja en su propia estrategia para integrar IA y reforzar la interacción social; mientras, X refuerza su alianza con xAI para mantener la ventaja de su feed impulsado por Grok. En este escenario, cualquier movimiento por parte de OpenAI podría tener un efecto dominó en todo el sector.

El único aspecto que parece claro es que la batalla por el control de las redes sociales del futuro pasa por la inteligencia artificial y la capacidad de estas plataformas para recopilar, interpretar y rentabilizar grandes volúmenes de datos en tiempo real. El resultado de este pulso determinará quién lidera la innovación tecnológica y cómo interactuamos y compartimos información en la era digital.

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