Diferencias y semejanzas entre Linux Mint y LMDE: ¿Qué versión elegir en 2025?
En el mundo de las distribuciones Linux, la elección entre Linux Mint y Linux Mint Debian Edition (LMDE) es una de las comparativas más interesantes para quienes buscan una experiencia sencilla, estable y amigable. A simple vista, ambos sistemas parecen gemelos, pero existen diferencias de fondo que pueden marcar la experiencia diaria dependiendo de tus necesidades, hardware y preferencias técnicas. Si alguna vez has dudado entre instalar Linux Mint o LMDE, este artículo va a despejar todas tus dudas.
Sin rodeos: aquí tienes un análisis detallado, actualizado y ordenado de todo lo relevante que necesitas saber sobre los dos «sabores» de Mint, incluyendo desde su historia, objetivos, funcionamiento interno y soporte de hardware, hasta la implicación del equipo de desarrollo y los factores que de verdad marcan la diferencia en el día a día. Prepárate para saber cuál deberías instalar en tu máquina o recomendar a otros, ¡y evita sorpresas innecesarias!
¿Por qué existen dos versiones de Linux Mint?
Linux Mint nació como una distribución basada en Ubuntu, famosa por su facilidad de uso y enorme comunidad, pero el equipo de Mint decidió hace años desarrollar también una edición alternativa basada en Debian, conocida como LMDE (Linux Mint Debian Edition). ¿El motivo? Principalmente, tener un «plan B» en caso de que Ubuntu tomara direcciones poco convenientes o inseguras, garantizando así la continuidad del proyecto Mint y manteniendo su filosofía intacta pase lo que pase en el panorama Linux.
Así, Linux Mint (el principal) utiliza Ubuntu LTS como base, mientras que LMDE se apoya en Debian estable. Aunque el objetivo declarado por el equipo de desarrollo nunca fue convertir LMDE en la versión recomendada, sí han cuidado que ambas mantengan la experiencia de usuario característica de Mint y una compatibilidad práctica entre ellas.
Principales similitudes entre Linux Mint y LMDE
- Interfaz de usuario y apariencia: ambas ediciones comparten Cinnamon, el entorno gráfico insignia de Mint, así como los mismos temas, aplicaciones exclusivas (XApps) y utilidades propias. Cabe destacar que Linux Mint está disponible con tres escritorios, pero la versión principal usa «canela».
- Experiencia tras la instalación de cero: tanto Mint como LMDE están diseñadas para funcionar de manera cómoda desde el primer inicio, con la mayoría del hardware reconocido automáticamente y aplicaciones esenciales preinstaladas.
- Actualizaciones y filosofía de estabilidad: los dos sistemas priorizan la robustez, evitando saltos arriesgados de versión o cambios drásticos en componentes críticos.
En el uso diario, ambos pueden ser casi indistinguibles para un usuario que no conozca las diferencias técnicas que se esconden bajo el capó. Sin embargo, esas diferencias pueden ser decisivas dependiendo del perfil del usuario y su contexto.
Diferencias técnicas: ¿qué cambia realmente bajo la superficie?
La base: Ubuntu LTS frente a Debian estable
Linux Mint clásico se apoya en las versiones LTS de Ubuntu, lo que significa ciclos de lanzamiento programados, compatibilidad con una enorme cantidad de software, soporte extendido por 5 años y una política de actualizaciones de hardware (kernel, drivers, Mesa) bastante generosa. Por otro lado, LMDE utiliza Debian estable, que ofrece lanzamientos cada dos años aproximadamente y pone el foco en la estabilidad y en evitar cualquier sobresalto técnico.
¿Qué implica esto? Mint suele tener acceso más rápido a tecnologías de hardware recientes, mientras que LMDE prioriza la fiabilidad. Debian estable es famoso por su conservadurismo: una vez lanzada una versión, pocos componentes cambian excepto para parches de seguridad o corrección de errores críticos.
Herramientas gráficas de administración
Linux Mint (Ubuntu) incluye utilidades gráficas propias como el Kernel Manager y el Driver Manager, que permiten instalar fácilmente nuevos núcleos y controladores específicos del hardware. Estas herramientas están ausentes en LMDE, porque dependen de la infraestructura de Ubuntu. En LMDE, para actualizar el kernel o instalar drivers propietarios tendrás que recurrir a Synaptic o la terminal, lo que puede suponer una ligera barrera para los más principiantes.
Esto es importante si tienes hardware muy reciente (gráficas, wifi, impresoras modernas), ya que Mint facilita esa tarea mucho más que LMDE.
Soporte de hardware: la eterna disputa Debian vs Ubuntu
Uno de los motivos por los que Ubuntu es tan recomendado para novatos y usuarios con hardware reciente es su soporte proactivo a nuevos dispositivos, gracias a la inclusión de drivers y una política de actualizaciones constantes en su stack de hardware. Aunque Debian ha mejorado notablemente (sobre todo desde la versión 12, que ya incluye controladores privativos esenciales), aún recibe los «paquetes calientes» después que Ubuntu. Esto se traduce en que Mint suele reconocer más dispositivos «out-of-the-box» y permite actualizarlos más rápido.
Por ejemplo, impresoras HP antiguas o tarjetas WiFi no estándar pueden funcionar automáticamente en Linux Mint, mientras que en LMDE puede que requieras algún paso extra o incluso no sean detectadas de primeras.
Actualizaciones de kernel, controladores gráficos y aplicaciones
Mint, gracias al HWE (Hardware Enablement Stack) de Ubuntu, recibe actualizaciones de kernel y controladores gráficos cada seis meses dentro del ciclo LTS. Esto significa que los usuarios disfrutan periódicamente de mejoras en rendimiento y compatibilidad de hardware. Además, algunas aplicaciones relevantes también reciben versiones más recientes a lo largo de la vida útil de la versión.
En LMDE, los componentes clave como el kernel o Mesa permanecen «congelados» en la versión establecida el día del lanzamiento, salvo parches críticos de seguridad. El usuario puede recurrir a backports (repositorios de actualizaciones seleccionadas por el equipo de Debian), pero la experiencia sigue siendo más conservadora que en Mint tradicional.
Un punto a favor de LMDE es que, usando Flatpak —y esto también vale para Mint—, se puede acceder a aplicaciones actualizadas sin depender de los repositorios de la base, aunque esto no soluciona la actualización del stack gráfico completo.
Soporte de PPAs y software exclusivo
Uno de los grandes atractivos de Ubuntu (y, por tanto, de Mint principal) es su compatibilidad con los famosos PPAs, que permiten instalar fácilmente software de terceros o versiones más recientes que las disponibles en los repositorios estándar. En LMDE —y en Debian—, esto no se recomienda: aunque algunos PPAs puedan funcionar, el riesgo de romper dependencias o la estabilidad del sistema es mucho mayor.
Longitud del soporte y actualizaciones de seguridad
Linux Mint tiene 5 años de soporte gracias a Ubuntu LTS, lo que ofrece tranquilidad y actualizaciones a largo plazo. LMDE ofrece soporte hasta aproximadamente un año después del lanzamiento de la siguiente versión, que suele ser cada dos años. En la práctica, LMDE suele tener unos tres años de soporte «seguro», aunque en algunos casos podría ser algo menos si el ciclo de Debian cambia.
En lo relativo a la seguridad de los paquetes, aquí gana LMDE: Debian incluye más de 58.000 paquetes bajo el paraguas de actualizaciones de seguridad gestionadas directamente por su equipo de mantenimiento, mientras que Ubuntu limita ese apoyo a unos 7.000 paquetes. Eso sí, la diferencia será notable solo si dependes mucho de apps fuera de las más populares.
Estabilidad y robustez: ¿cuál aguanta mejor los golpes?
Ambas versiones son muy estables, pero LMDE se construye sobre Debian estable, que es conocido por ser el pilar en entornos críticos, incluidos servidores y sistemas que no pueden permitirse fallos. Los cambios importantes en Debian son mínimos y muy probados, así que es ideal para quienes quieren tranquilidad total y menos actualizaciones incómodas.
Linux Mint, por su parte, se beneficia de la gran comunidad de Ubuntu y de su capacidad para adaptarse rápidamente a problemas de hardware o software recientes. Además, las incidencias se resuelven con más rapidez en la versión principal, ya que concentra la mayor parte de los usuarios y es el foco del equipo.
Motivaciones para elegir cada sistema: ¿qué perfil eres?
Cuando elegir Linux Mint (Ubuntu)
- Si tienes hardware reciente, quieres jugar en Linux o necesitas instalar controladores propietarios fácilmente.
- Prefieres una experiencia lo más sencilla posible, con herramientas gráficas para casi todo, y menos posibilidades de «romper» el sistema por errores manuales.
- Quieres acceso rápido a nuevas versiones de apps o herramientas mediante PPAs, o usas software que solo está empaquetado para Ubuntu.
- Valoras el soporte prolongado: con Mint tienes actualizaciones aseguradas durante 5 años.
Cuándo decantarte por LMDE (Debian)
- Prefieres la filosofía y el ecosistema Debian, eres usuario de servidores o tienes otros equipos con Debian y valoras la compatibilidad total entre sistemas.
- Priorizas la estabilidad y la seguridad sobre tener lo último en hardware o aplicaciones.
- No necesitas las herramientas gráficas de Ubuntu y te sientes cómodo usando Synaptic o la terminal para instalar/controlar drivers y actualizaciones.
- No quieres depender de las decisiones «comerciales» de Ubuntu (como el impulso a los paquetes Snap) y prefieres una distro comunitaria al 100%.
- Te preocupan los cambios drásticos en la base de Ubuntu y buscas un sistema menos sujeto a experimentos comerciales o decisiones de marketing.
¿Qué pasa con los famosos problemas de Canonical y Snap?
Muchos usuarios de Mint manifiestan reticencias hacia Ubuntu por ciertas decisiones de Canonical, como la insistencia en promocionar el formato de paquetes Snap —que Mint bloquea por defecto— o por experimentos fallidos en el pasado como el acuerdo con Amazon. En la práctica, el equipo de Mint ha sabido anular casi todos los cambios impopulares de Ubuntu, priorizando Flatpak frente a Snap y evitando la comercialización excesiva.
Aunque aún existen pequeños detalles heredados que pueden incomodar a los más puristas (por ejemplo, la inclusión de mensajes sobre Ubuntu Pro al instalar ciertas fuentes), son aspectos menores que no afectan al uso diario general.
Enfoque del equipo de desarrollo: dónde ponen sus energías
El desarrollo principal de Mint se centra en la edición basada en Ubuntu, que es la más usada con diferencia (alrededor del 89% de los usuarios). LMDE sigue existiendo como una alternativa viable y completa, pero el equipo ha dejado claro que no es su objetivo principal, sino una especie de «plan de contingencia» ante posibles cambios radicales en Ubuntu.
Esto implica que los bugs, actualizaciones y mejoras llegan antes —o solo— a la versión principal. En LMDE, algunos fallos menores pueden tardar más en ser solucionados si dependen de la base Debian y no están en manos directas del equipo Mint.
Actualizaciones, ciclos de lanzamiento y vida útil
Mint suele sacar una nueva versión basada en la última Ubuntu LTS cada dos años, con lanzamientos menores intermedios que permiten actualizar controladores y núcleos. LMDE hace lo mismo pero tomando como base Debian estable y típicamente sale unos meses después de un nuevo Debian.
Cabe recordar que, tras instalar una ISO de LMDE, es importante hacer la primera actualización del sistema para equipararlo a la última versión con todos los parches de seguridad y mejoras de Debian. Aunque la ISO pueda parecer «antigua» respecto a la versión establecida, una vez actualizado tendrás una base igual de sólida que la de un Debian puro.
Rendimiento y consumo de recursos
En la práctica, tanto Mint como LMDE rinden de manera muy similar, ya que el factor principal lo determina Cinnamon y el conjunto de aplicaciones propias de Mint. Si tienes un equipo especialmente antiguo o modesto, lo que más influirá será la elección del escritorio (Cinnamon, Mate, XFCE) más que la base del sistema.
Sin embargo, al ser Debian más minimalista y conservador, LMDE puede consumir unos pocos recursos menos y tener una mayor eficiencia en sistemas muy limitados o con RAM escasa.
Casos prácticos: ejemplos reales
En pruebas sobre hardware variado, ambos sistemas reconocen y configuran correctamente la mayoría de dispositivos. Por ejemplo, impresoras HP de hace más de una década suelen ser detectadas automáticamente tanto en Mint como en LMDE, aunque en casos concretos (como una impresora HP láser reciente) puede que solo funcione «a la primera» en Mint y requiera pasos extra en LMDE.
En cuanto a gaming, Mint resulta más apropiado para exprimir todo el potencial, ya que puede actualizar el kernel y la stack gráfica más fácilmente, fundamental para nuevos lanzamientos de juegos o drivers gráficos recientes.
Si tu motivación principal es la estabilidad y la tranquilidad, o la integración con otros sistemas Debian (como servidores), LMDE es una opción sólida y robusta que te asegura un entorno coherente, seguro y sin sorpresas.
La cuestión de las actualizaciones: ¿más es mejor?
LMDE es la opción más conservadora: menos actualizaciones, menos cambios inesperados y menor probabilidad de fallos por actualizaciones inoportunas. Perfecto para usuarios que prefieren un sistema «instalar y olvidar».
Linux Mint ofrece actualizaciones más frecuentes de componentes clave, lo que la hace más adecuada para quienes quieren estar al día sin renunciar a la estabilidad. Eso sí, a más cambios, más posibilidades de que algo se desajuste, aunque el riesgo sigue siendo bajo gracias a la madurez del proyecto y la comunidad de soporte.
¿Y si Canonical cambia radicalmente Ubuntu? El futuro de Mint y LMDE
El equipo de Mint está muy atento a la evolución de Ubuntu, sobre todo al posible abuso de los paquetes Snap o a grandes cambios que puedan afectar a la experiencia tradicional de Mint. Aunque por ahora la intención es seguir utilizando Ubuntu, LMDE está lista como alternativa principal en caso de que Ubuntu ya no resulte adecuado como base. De momento, deshacer cambios no deseados de Ubuntu es más sencillo que adaptar todas sus mejoras a Debian, pero esto podría cambiar si Canonical toma decisiones conflictivas.
¿Entonces, cuál deberías instalar?
Si buscas sencillez, compatibilidad con el máximo hardware, acceso a la última tecnología y menos barreras para instalar software extraoficial, Linux Mint (Ubuntu LTS) sigue siendo la opción recomendada para la mayoría. Si en cambio tu prioridad es la estabilidad máxima, la seguridad extendida, la integración con otros sistemas Debian y la tranquilidad de depender poco de las decisiones de Canonical, LMDE es tu elección.
Ninguna de las dos opciones supone un salto al vacío: ambas son maduras, están bien soportadas por la comunidad y el equipo de Mint, y comparten filosofía y experiencia de uso. Todo depende de tus necesidades y de lo que valores más en tu día a día informático.
Sea cual sea tu elección, te asegurarás una experiencia Linux pulida, robusta y amigable, capaz de adaptarse tanto a novatos como a usuarios exigentes. Analiza tus prioridades, revisa las diferencias y no dudes en probar ambas para ver cuál se ajusta mejor a tu estilo y expectativas.