Xlibre, un nuevo fork de X11 que pretende mantenerlo con vida, no sin polémica
En el mundo del software libre, las bifurcaciones de proyectos emblemáticos no son precisamente una rareza, pero cada una trae consigo su propia historia, motivos y consecuencias. El reciente surgimiento de Xlibre como fork del veterano Xorg X11 server ha provocado revuelo y debate tanto en la comunidad técnica como fuera de ella, mezclando cuestiones técnicas, filosóficas y personales que merecen ser analizadas en profundidad.
Si te interesa el futuro de los servidores gráficos en sistemas GNU/Linux, la evolución de la accesibilidad y el eterno debate entre X11 y Wayland, debes conocer los detalles de cómo y por qué nace Xlibre, quién está detrás, qué se dice a favor y en contra, y qué cambios técnicos propone. Aquí encontrarás una visión completa, crítica y ordenada de todo lo que debes saber sobre Xlibre y su contexto.
Antes de seguir, hay que comentar una cosa, y es que no deja de ser curioso el timming, el tiempo o los momentos en los que ha sucedido todo. XLibre se anunció casi al mismo tiempo que el hecho de que Ubuntu 25.10 abandonará el soporte para la sesión X11 por defecto. Es casi seguro que nada está relacionado, y sólo en el caso de que XLibre avanzara mucho y muy bien, Canonical daría marcha atrás y reintroduciría el soporte a esta nueva versión del software.
¿Qué es Xlibre y cómo surge?
Xlibre es un fork del conocido servidor gráfico Xorg, proyecto central en los sistemas tipo Unix durante décadas. Su lanzamiento ha sido anunciado recientemente, concretamente en este junio de 2025, por Enrico Weigelt, un desarrollador con amplia trayectoria dentro del ecosistema Xorg. El objetivo declarado de Xlibre es modernizar, mejorar la seguridad y optimizar el rendimiento del servidor X11, en un contexto donde Wayland es cada vez más la alternativa preferida, sobre todo en escritorios modernos como GNOME y KDE Plasma.
Según la información extraída de medios y foros especializados, Xlibre nace como respuesta directa a desencuentros y acusaciones de boicot y bloqueo de las contribuciones de su creador dentro del proyecto principal de Xorg. Weigelt alega que ciertos actores —identificados en sus discursos como “elementos tóxicos” y “moles de BigTech”— estarían saboteando el desarrollo de Xorg para favorecer intereses corporativos y propiciar su desaparición en favor de otros estándares.
Controversias y polémicas en torno a Xlibre
El nacimiento de Xlibre no solo ha traído mejoras técnicas, sino también importantes polémicas personales y filosóficas. Weigelt, su fundador, ha sido objeto de bloqueo en plataformas como GitLab y freedesktop.org tras la supresión de sus repositorios y contribuciones, lo que ha desencadenado reacciones tanto de apoyo como de rechazo en la comunidad.
- El proyecto acusa abiertamente a algunos integrantes de Xorg, especialmente empleados de Red Hat, de orquestar una “purga” que incluye la eliminación de su cuenta y repositorios, borrado de tickets y merge requests.
- En la descripción de GitHub, Xlibre se presenta como independiente de grandes corporaciones y libre de políticas consideradas por su fundador como “discriminatorias”, lo que ha sido interpretado en algunos círculos como una postura política polarizadora.
Otro foco de controversia ha sido el historial personal del propio Weigelt, desde declaraciones críticas contra la vacunación (por las que fue reprendido públicamente por Linus Torvalds), hasta opiniones sobre temas históricos y sociales que han encendido debates en foros como LWN.net y Hacker News. Para algunos miembros de la comunidad, estas afirmaciones personales eclipsan el debate técnico; para otros, son irrelevantes frente a la cuestión central: el futuro de X11.
Argumentos técnicos y visión del proyecto
A nivel técnico, Xlibre argumenta la necesidad de una limpieza y modernización del código de Xorg, presentando como principales novedades:
- Limpieza de código y eliminación de lo que considera “lastre” acumulado.
- Mejoras en rendimiento y seguridad dirigidas a mantener la funcionalidad clásica de X11.
- Cambios en los ABIs (interfaces binarios de módulos), lo que obliga a recompilar controladores (drivers) para asegurar su compatibilidad.
- Soluciones propuestas ante problemas de compatibilidad con drivers propietarios de Nvidia, cuyas adaptaciones a la rama principal de Xorg ya estaban afectadas y podrían romperse al usar Xlibre.
A pesar de estos cambios, Xlibre insiste en que la mayoría de los controladores de Xorg deberían funcionar tras su recompilación, aunque advierte explícitamente de la necesidad de tomar precauciones —como configurar un acceso remoto por SSH o un temporizador para evitar bloqueos del sistema— al probar el servidor por primera vez. El proyecto ha trasladado sus repositorios a GitHub tras los vetos en otras plataformas, manteniendo una postura explícitamente disidente de los canales tradicionales de desarrollo de Xorg.
Visión social: accesibilidad y el debate con Wayland
Más allá de los aspectos técnicos, la discusión alrededor de Xlibre ha servido para reflejar el debate entre defensores del modelo clásico de X11 y los seguidores de Wayland, especialmente en lo que atañe a la accesibilidad.
Una crítica frecuente por parte de los fans de Xlibre y del propio Weigelt es que Wayland y los escritorios que lo adoptan (especialmente GNOME y KDE Plasma) presentan carencias notables en accesibilidad y soporte para interfaces centradas en teclado, resultando menos amigables para personas con necesidades especiales. Según estas posiciones, escritorios “tradicionales” como MATE, XFCE o Unity (que se apoyan en X11) todavía ofrecen una experiencia más inclusiva y controlable, mientras que los entornos modernos priorizan características para usuarios jóvenes y gamers, como el soporte para sincronización adaptativa, tasa de refresco variable o monitores HDR.
Este choque entre generaciones y modelos de desarrollo se plasma en el temor a que la eliminación o marginación de X11 sea impulsada más por modas o intereses comerciales que por verdaderas necesidades de los usuarios finales.
Críticas desde la comunidad: mantenimiento y calidad del código
La reacción de la comunidad técnica ante el fork ha sido dispar y, en muchos casos, muy crítica. A través de discusiones en mailing lists, foros como Hacker News y LWN.net, y grupos especializados, muchos desarrolladores han puesto en duda la calidad de las aportaciones de Weigelt a Xorg, citando repetidas roturas de la build, cambios disruptivos en los ABIs y falta de solución a problemas reales en el código.
- Algunos desarrolladores han llegado a recomendar que no se acepte ninguna contribución futura de Weigelt en el proyecto principal, argumentando que su historial añade más problemas que soluciones.
- Se pone en duda la sostenibilidad del fork, alertando de que podría acabar en un estado semiestancado, como ciertos proyectos que solo reciben mínimas actualizaciones para compatibilidad con GCC y poco más.
- Otros opinan que la simple existencia de una alternativa, incluso aunque avance lento, es positiva y legítima, mientras exista una comunidad mínima interesada en mantenerla.
La controversia se intensifica por la manera en la que el propio Weigelt encuadra la situación, llegando a criticar duramente a quienes percibe como detractores políticos o tecnológicos dentro y fuera del proyecto.
Principales retos técnicos de XLibre y advertencias para los usuarios
El uso de Xlibre no está exento de riesgos para usuarios avanzados o desarrolladores que decidan probarlo en sus entornos. Entre las principales advertencias y requerimientos destacados por el propio proyecto están:
- Al modificar los ABIs de los módulos, drivers preexistentes deben ser recompilados para evitar accidentes como bloqueos del servidor, ausencia de entrada o imposibilidad de cambiar de terminal virtual (VT).
- El proyecto recomienda encarecidamente preparar el sistema para estos potenciales fallos, sugiriendo acceso remoto por SSH o scripts de temporizador para evitar reinicios forzados.
- Ni siquiera los drivers de Nvidia tienen la compatibilidad garantizada, dado el ritmo de actualización y la falta de comunicación fluida con dicho fabricante.
En su propio README, Xlibre insiste en que cualquiera —sin discriminación de origen, ideología o preferencias personales— es bienvenido a contribuir y participar, siempre que respete un trato amistoso. Sin embargo, el tono y contenido de este mensaje han sido objeto de controversia y debate en la comunidad open source.
Implicaciones sociales y filosóficas
La historia de Xlibre es también un reflejo de los debates cada vez más presentes en el mundo del software libre: independencia frente a grandes corporaciones (BigTech), políticas de inclusión y diversidad (DEI), y el papel de la comunidad frente a intereses corporativos y personales.
Por un lado, algunos foros y usuarios valoran la existencia de un proyecto completamente ajeno a grandes empresas y a determinadas políticas, viendo en Xlibre un intento honesto de mantener con vida al veterano X11 más allá de modas o estrategias comerciales. Por otro, la manera en la que se expresan ciertas posturas y las polémicas asociadas al historial personal del desarrollador principal despiertan recelos y provocan rechazo entre parte de la comunidad.
El caso Xlibre ilustra a la perfección hasta qué punto en el software libre la técnica, la ética y la política están entrelazadas, y cómo la evolución de un proyecto puede verse condicionada tanto por cuestiones tecnológicas como por dinámicas propias de la comunidad y sus líderes.