¿No puedes descargar núcleos directamente de RetroArch para Linux? Prueba esto
Linux tiene sus cosas buenas, pero también algunas que no molan tanto. Por ejemplo, la gestión de núcleos de RetroArch. Si no recuerdo mal, la versión flatpak es como la de Windows y Android, incluso iOS, que permite descargar los núcleos directamente desde la aplicación. Pero la manera oficial de hacerlo en el paquete de repositorios de distribuciones Linux es usando el gestor de paquetes. El problema es más que evidente: se pierde comodidad.
Hace poco que metí miles de juegos en mi mini PC con Windows. Como el sistema de Microsoft es tan chupi, notesé el sarcasmo, en mi equipo muestra una pantalla negra si cambio de ventana, y también cuando cierro cualquier juego. Lo malo de esto es que el «escrapeo» me está costando más de lo que me gustaría: como no puedo cerrar un juego y volver al lío, preferí usar otro PC para hacer comprobaciones. Pero el núcleo de FBNeo tarda la vida en compilar en Manjaro. Busqué un poco y dí con este hilo de Reddit.
Activa las opciones de descargas en RetroArch para Linux
El proceso no es muy complicado. Pasa por abrir el archivo ~/.config(retroarch/retroarch.cfg (en Manjaro; la ruta puede variar dependiendo de la distro), buscar la línea menu_show_core_updater = «false» y poner «true». Con esto, por lo menos en Manjaro (base Arch) y Ubuntu (base Debian), ya aparecen todos los núcleos en la sección «Actualizador en línea». El problema es que da error al intentar instalarlos.
El fallo se debe a que, por defecto, la versión de repositorios de RetroArch trata de instalar los núcleos en una ruta sin permiso de escritura, concretamente en /usr/lib/libretro. Lo que hay que hacer es ir a la aplicación de RetroArch/Ajustes/Directorios y en el apartado Núcleos poner una carpeta que no requiera permisos para escribir. Mi sugerencia es que usemos ~/.config/retroarch/cores, que ya la crea RetroArch al instalarse.
El problema con esa carpeta es que, por defecto, el menú del software no puede acceder a carpetas ocultas. Esto se soluciona editando otra vez retroarch.cfg, cambiando a «true» la línea «show_hidden_files». De este modo ya se puede elegir la carpeta .config. Otra sugerencia es que, tras elegirla, volvamos a poner ese parámetro a «false», ya que las carpetas ocultas suelen molestar más que otra cosa.
¿No debería ser siempre así?
Como mencionaba, el paquete flatpak sí lo gestiona como debe. El motivo por el cual no está activado por defecto en Linux parece tener que ver con licencias y filosofías: Arch, Ubuntu y otros proyectos prefieren tener un control sobre de dónde se descarga el software. Si esto está limitado por defecto, se evitan todos los problemas. Pero yo pienso que es un error.
Lo bueno es que tiene solución y es sencilla.