FunOS Linux: minimalismo rápido con JWM, HWE y cero Snap
Si buscas una distribución que vaya al grano, FunOS es de las que conviene tener en el radar. Nace sobre base Ubuntu de soporte extendido, cambia el escritorio tradicional por un gestor de ventanas veloz y arranca sin los paquetes Snap. Gracias a un kernel HWE afinado para hardware reciente, ofrece un sistema ágil y estable que parece hecho a medida de quienes valoran la eficiencia por encima de lo superfluo. En pocas palabras, es una propuesta ideal para quienes quieren una experiencia GNU/Linux limpia y minimalista, rápida y con pocos artificios, pero con fundamentos sólidos heredados de Ubuntu LTS.
Más allá del titular, hay miga: el proyecto se ha dejado ver en la conocida lista de espera de DistroWatch y, a la vez, ha ido publicando imágenes con distintas bases de Ubuntu (LTS e intermedias), además de variantes con instalador clásico y, en algún caso, con Calamares. Esa combinación de pragmatismo y buenas prácticas hace que FunOS sea especialmente atractivo para usuarios que desean un escritorio minimalista y un consumo de recursos muy comedido, donde JWM, LightDM y Xorg encajan como anillo al dedo.
Qué es FunOS
FunOS es una distribución GNU/Linux que se define por su ligereza, su enfoque minimalista y su decisión de mantenerse cerca de Ubuntu a la hora de heredar estabilidad y repositorios. En su web oficial, se presenta como un sistema moderno, parco en recursos y cuidadosamente afinado para no arrastrar lastre innecesario, justo lo que muchos piden cuando quieren rendimiento sin complicaciones. Los pilares técnicos son claros: base Ubuntu LTS, gestor de ventanas JWM y kernel HWE actualizado.
Una peculiaridad que agradecerán quienes prefieren entornos más clásicos y controlables es que incluye Xorg como servidor gráfico en lugar de Wayland. No es una ocurrencia, sino una elección pensada para reducir sorpresas y maximizar compatibilidad en equipos muy variados. Además, el inicio de sesión se gestiona con LightDM, que cumple con su cometido con discreción y rapidez sin dejar de ser configurable, algo que refuerza ese espíritu de FunOS de dar solo lo justo y necesario con margen para que cada usuario lo ajuste a su gusto.
Características técnicas clave
El ADN de FunOS queda bien resumido en una lista de decisiones técnicas poco ruidosas, pero muy efectivas, que se notan desde el primer arranque. La idea es propiciar una experiencia de escritorio funcional desde el minuto cero, con lo básico instalado y libertad para crecer después. El resultado es un sistema que, recién instalado, se mueve con fluidez y apenas consume memoria, con un comportamiento muy estable gracias a la herencia directa de Ubuntu.
- Base de desarrollo: Ubuntu 24.04 LTS (Noble Numbat) y derivados LTS/interim según la imagen elegida.
- Interfaz gráfica: gestor de ventanas JWM en lugar de un entorno de escritorio pesado.
- Gestor de inicio de sesión: LightDM, ligero y sencillo de configurar.
- Servidor gráfico: Xorg, priorizando compatibilidad frente a Wayland.
- Kernel: Ubuntu HWE (Hardware Enablement), pensado para dar soporte a hardware nuevo.
- Paquetería: sin Snap de serie; soporte natural para .deb a través de APT.
- Instalador: Ubiquity en las LTS, con una variante basada en Calamares en una build concreta de 24.10.
- Tamaño de imagen: alrededor de 1,8–2,1 GB según versión y base.
- Consumo de RAM: recién instalado, ronda los 230–250 MB en reposo.
- Aplicaciones incluidas: gestor de archivos, editor de texto, terminal, visor de imágenes, reproductores de música y vídeo, calculadora, navegador web y visor de documentos, además de utilidades ofimáticas y multimedia adicionales.
- Compatibilidad de arranque: BIOS/Legacy y UEFI, con soporte para arranque seguro.
- Arquitectura: solo 64 bits (amd64).
- Tienda de software: no viene instalada, por lo que se potencia el uso de la Terminal o la instalación manual de una tienda si se desea.
Entorno, rendimiento y experiencia de uso
El corazón de la experiencia es JWM, un gestor de ventanas ultraligero que consume muy poca memoria y CPU incluso en equipos veteranos. No vas a encontrar efectos espectaculares ni florituras visuales, pero sí una interfaz ágil y limpia, con menús rápidos y un comportamiento predecible. Gracias a ello, FunOS puede permitirse el lujo de encender y estar listo en un abrir y cerrar de ojos, algo que se percibe enseguida en máquinas modestas. Para quien valore la velocidad y la estabilidad por encima del ruido, esta combinación con Xorg y LightDM es potente.
Cambia, eso sí, la forma de entender el escritorio: en lugar de un DE completo como GNOME o KDE, aquí manda la sobriedad. Aun así, nada impide instalar componentes adicionales desde los repositorios de Ubuntu. La gracia de FunOS está justo en ofrecer una base mínima sobre la que el usuario decide: puedes dejarlo tal cual y disfrutar de un sistema rápido, o añadir piezas para adaptarlo a tu manera. La ausencia de Snap contribuye a que todo se sienta más tradicional, facilitando tareas con APT y paquetes .deb, algo que para muchos usuarios veteranos supone comodidad y control.
Descargas y versiones disponibles de FunOS
El proyecto publica imágenes en dos grandes ramas: versiones intermedias (interim) alineadas con los lanzamientos de Ubuntu no LTS y ediciones LTS con soporte prolongado. Cada build incluye información precisa como tamaño de archivo, sumas de verificación y notas de lanzamiento, por lo que es fácil verificar la integridad y saber qué cambia entre una imagen y otra. En varios casos se marcan builds como recomendadas, señal útil para quienes solo quieren la opción más estable a la primera, sin darle más vueltas a qué ISO escoger.
Para más información, merece la pena visitar su página de desacargas.
Instalación: Ubiquity por defecto y una variante con Calamares
En la rama LTS se usa el instalador Ubiquity, una herramienta veterana de Ubuntu que permite desplegar el sistema en pocos pasos y sin complicaciones. Es ideal para llegar, instalar y ponerse a trabajar, y salvo que busques particionados muy específicos, cumple sobradamente su cometido. Para quienes prefieren un enfoque diferente o vienen de otras distros, existe una imagen concreta de 24.10 con Calamares, que también es un instalador gráfico popular por su flexibilidad y claridad. Ambas opciones dejan el sistema listo para el primer arranque con LightDM y JWM configurados.
Otra ventaja práctica es la compatibilidad amplia de arranque: FunOS funciona en equipos con BIOS/Legacy y con UEFI, y además soporta arranque seguro. Esto reduce quebraderos de cabeza, sobre todo en portátiles modernos en los que el firmware puede ser quisquilloso con sistemas no firmados. En cualquier caso, conviene preparar el USB de instalación correctamente y verificar las sumas SHA1 o MD5 que se publican junto a cada ISO, una costumbre sana para evitar errores de descarga y arrancar con toda la tranquilidad del mundo.
Software incluido en FunOS y gestión de paquetes sin Snap
FunOS trae lo imprescindible para ponerse en marcha: un gestor de archivos ligero, editor de textos, terminal, visor de imágenes, reproductores de música y vídeo, calculadora, navegador y visor de documentos, más alguna utilidad ofimática y multimedia extra. La filosofía es ofrecer las herramientas básicas y dejar libertad al usuario para instalar lo que necesite. Y aquí viene una decisión relevante: el sistema llega sin Snap preinstalado. Si eres de los que prefieren .deb y APT, te va a resultar cómodo, porque todo fluye con el enfoque clásico y sin demonios adicionales. En cualquier momento puedes añadir una tienda gráfica como GNOME Software o KDE Discover, o tirar de Synaptic si quieres un gestor robusto, pero nada te obliga. Es, en definitiva, un entorno perfecto para quien prefiere ligereza, control y sencillez.
La ausencia de Snap no implica renunciar a software moderno: los repositorios de Ubuntu LTS son amplios y puedes sumar PPAs oficiales o paquetes .deb de los proyectos. Eso sí, al no tener tienda preinstalada, la Terminal cobra protagonismo para instalar aplicaciones, actualizar el sistema o limpiar dependencias. Para acompañar, el kernel HWE es un plus, ya que mejora la compatibilidad con equipos recientes sin sacrificar la estabilidad de la rama LTS, lo que permite combinar software probado con drivers y soporte de hardware actualizados.
Consumo, compatibilidad y público objetivo de FunOS
Una de las razones por las que FunOS ha llamado la atención es su consumo en reposo, que se mueve entre 230 y 250 MB de RAM en una instalación recién hecha. Eso, en la práctica, permite que equipos humildes respiren y vuelvan a ser útiles: portátiles antiguos, sobremesas con poca memoria o máquinas virtuales de pruebas van finas con este planteamiento. A esto súmale que el tamaño de las ISOs ronda entre 1,8 y 2,1 GB y entenderás por qué encaja tan bien como sistema base para trabajar, estudiar o navegar sin complicaciones, con arranques rápidos y baja huella.
Por compatibilidad, la elección de Xorg frente a Wayland aporta estabilidad en aplicaciones y drivers, y LightDM como gestor de sesión cumple de maravilla en escenarios donde la prioridad es no gastar recursos de más. La contrapartida es que FunOS se publica solo para 64 bits (amd64), alineándose con lo que ya es norma en la mayoría de distros modernas. A cambio, el soporte de BIOS/Legacy, UEFI y arranque seguro ayuda a que la instalación sea viable en casi cualquier equipo reciente y en muchos veteranos, lo que para un sistema minimalista es, sencillamente, un acierto rotundo.
Contexto en el ecosistema Ubuntu
Dentro del universo de derivadas de Ubuntu, FunOS se sitúa en el extremo de la ligereza junto a otras propuestas minimalistas, pero con personalidad propia. A diferencia de distribuciones que intentan replicar la apariencia de Windows (como LinuxFX o Wubuntu, citadas a menudo al hablar de derivadas curiosas), aquí el objetivo no es mimetizarse con otro sistema, sino permitir un entorno fluido, sin añadidos. Esa apuesta por un escritorio basado en JWM, sin Snap y con kernel HWE, hace que FunOS sea una alternativa perfecta para quienes vienen de entornos clásicos o directamente quieren montar su propio entorno pieza a pieza, maximizando el rendimiento y con el respaldo del ecosistema Ubuntu LTS.
Además, que el proyecto figure en la lista de espera de DistroWatch no es un mero detalle: suele ser síntoma de que hay interés, que el desarrollo se mueve y que la comunidad empieza a fijarse. La presencia de reseñas y revisiones en vídeo en español también ayuda, puesto que acerca el proyecto a más usuarios que están buscando una distro para el día a día en equipos modestos o como base de trabajo minimalista. Con estos ingredientes, FunOS no pretende ser un «Ubuntu con otro tema», sino un sistema con carácter que se acerca a lo esencial y rinde con sobriedad y solvencia.
Recursos oficiales y material de apoyo
Para seguir el proyecto, lo mejor es visitar los canales oficiales que enlazan descargas, documentación y notas de versión. Desde la página de descargas es posible obtener cada ISO junto con su suma SHA1 y MD5, y consultar las notas de lanzamiento y anuncios específicos de cada build. Además, el proyecto mantiene presencia en SourceForge, donde se alojan versiones y en algunos casos se detallan cambios relevantes. Por si fuera poco, circula una revisión técnica en YouTube en español en la que se repasan aspectos prácticos de la distro (consumo de RAM, ausencia de Snap, base en Ubuntu 24.04 y su presencia en la lista de espera de DistroWatch), un material muy útil para hacerse una idea realista de cómo se comporta en el día a día y qué aporta sobre el terreno.
Preguntas frecuentes rápidas
¿Cuánta memoria consume de partida? En instalaciones recientes suele quedarse entre 230 y 250 MB en reposo, una cifra realmente baja para un sistema moderno. Ese margen permite abrir aplicaciones sin que la RAM se resienta y hace que la experiencia sea fluida incluso en equipos con memoria limitada. Para quien venga de entornos de escritorio completos, el salto en ligereza se nota, y mucho, al combinar JWM con servicios de base contenidos.
¿Qué pasa si quiero instalar aplicaciones gráficamente? Como no trae tienda, puedes instalar GNOME Software, KDE Discover o Synaptic desde los repositorios. Con eso tendrás búsqueda y gestión visual de paquetes sin renunciar al enfoque clásico de APT. Otra opción es mantenerlo 100% minimalista y tirar de la Terminal, donde la instalación de paquetes .deb y la actualización del sistema se sienten directas y controlables. En cualquier caso, la distribución no te ata a un flujo concreto: tú decides si prefieres GUI, CLI o una mezcla de ambas.
¿Wayland o Xorg? FunOS apuesta por Xorg como servidor gráfico. Para la mayoría de usuarios, esto significa menos sorpresas y un comportamiento más predecible con drivers y aplicaciones, especialmente en equipos antiguos o con hardware delicado. Si ya vienes del mundo Xorg, te sentirás en casa; y si vienes de Wayland, no hay fricción en el uso diario gracias a un ecosistema muy maduro. La clave, aquí, es la compatibilidad que aporta Xorg en escenarios variados y su integración con LightDM y JWM.
¿Cómo se verifica la integridad de las ISOs? En la página de descargas se publican sumas SHA1 y MD5. Tras bajar la ISO, ejecuta las comprobaciones correspondientes en tu sistema para confirmar que no hay corrupción. Es un paso que apenas lleva unos segundos y que te ahorra problemas en la instalación. Para quien reinstala a menudo o prueba builds intermedias, este hábito es oro, porque evita fallos extraños que no son culpa del sistema, sino de una descarga incompleta o un pen mal creado, algo que se resuelve con verificación y buenas prácticas.
Notas sobre rendimiento en el día a día
La elección de JWM no solo ahorra memoria: hace que el sistema responda con inmediatez en acciones habituales (abrir el navegador, gestionar archivos, reproducir contenido). Ese carácter reactivo se agradece cuando trabajas con varias aplicaciones a la vez sin querer que el equipo vaya con la lengua fuera. Si sumas kernel HWE y base Ubuntu LTS, el conjunto aguanta meses y años con un comportamiento estable, actualizaciones regulares y un ecosistema enorme al que echar mano cuando haga falta. El resultado práctico es un escritorio que cumple y no molesta, con coste de mantenimiento bajo.
Quien venga de distros con escritorios más pesados notará que aquí no hay animaciones ni extras visuales pontificando, pero a cambio todo fluye con una suavidad que engancha. Es fácil entender por qué FunOS atrae a quienes quieren un sistema para uso diario en equipos modestos: la sensación de control y la ausencia de capas innecesarias favorecen una experiencia muy directa, en la que instalar, trabajar y actualizar se vuelve algo simple. Y si necesitas adornos o funcionalidades extra, siempre puedes instalarlas, sabiendo que la base sigue siendo ligera y que el sistema, por diseño, te deja construir sobre lo mínimo.
Queda claro que FunOS ha encontrado su hueco: combina una base Ubuntu LTS fiable con una capa mínima y bien pensada, ofrece variantes alineadas con lanzamientos intermedios, publica ISOs con sumas de verificación y notas de versión, y no se pierde en artificios. Entre el arranque seguro, el soporte BIOS/UEFI, el consumo de RAM bajísimo y la ausencia de Snap, sale una mezcla que seduce a quien quiere rendimiento y control sin renunciar a un ecosistema maduro. Si te atrae la idea de un Linux ligero, sobrio y estable que puedes extender a tu gusto, aquí tienes un candidato con muchos argumentos a su favor.