Nuevo Jolla Phone: el móvil europeo que desafía a Android e iOS

En un mercado de móviles cada vez más homogéneo, la llegada del nuevo Jolla Phone supone un giro curioso para quienes buscan algo distinto a los clásicos Android o iPhone. Este dispositivo, impulsado por la finlandesa Jolla, recupera la idea de un smartphone europeo con sistema propio y apuesta fuerte por la privacidad, el control del usuario y la posibilidad de reparar y mantener el terminal durante más tiempo.
La compañía, con raíces en el antiguo proyecto MeeGo de Nokia, ha pasado años centrada en el software, pero ahora vuelve al hardware con un teléfono que se ha diseñado prácticamente de la mano de su comunidad. El nuevo Jolla Phone combina Sailfish OS 5 basado en Linux, un hardware de gama media-alta y funciones muy poco habituales hoy en día, como la batería extraíble o un interruptor físico para desactivar cámara y micrófono.
Un smartphone europeo que quiere ir por libre
Jolla presenta este terminal como la única opción europea construida sobre su propio sistema operativo, Sailfish OS 5, sin depender de Android ni iOS. La idea es ofrecer una alternativa independiente a las grandes plataformas de Apple, Google y Huawei, de forma que los datos de los usuarios no pasen sistemáticamente por sus servidores ni se sometan a sus políticas de seguimiento y analítica.
La firma remarca que Sailfish OS 5 es un «Linux real» y no una variante de Android, con un enfoque claro en evitar el envío de información en segundo plano. Según la compañía, el sistema no incorpora rastreos ni estadísticas ocultas y no exige disponer de cuenta de Google para usar las funciones principales del teléfono, algo poco habitual en la mayoría de dispositivos actuales.
Sailfish OS 5: privacidad primero, pero con apps de Android
El corazón del nuevo móvil es Sailfish OS 5, la última versión del sistema operativo de Jolla. La plataforma combina componentes de código abierto y partes propietarias, con la promesa de respetar al máximo la privacidad del usuario. El objetivo es que el teléfono pueda utilizarse en el día a día sin que haya envíos de datos invisibles a terceros ni analíticas forzadas.
Al mismo tiempo, Jolla es consciente de que el ecosistema de aplicaciones es clave. Por eso, el sistema incluye la tecnología AppSupport, que permite ejecutar aplicaciones de Android en el Jolla Phone. De esta forma, apps bancarias, servicios de mensajería o herramientas de uso cotidiano pueden funcionar sin necesidad de integrar los servicios de Google ni Google Play, recurriendo a tiendas de terceros o repositorios alternativos.
Lo interesante es que esta compatibilidad es totalmente opcional y se puede desactivar. El usuario puede elegir un uso «desgooglificado», prescindir por completo del subsistema Android o activar y desactivar esa capa cuando la necesite, algo que encaja con el enfoque de control total sobre el dispositivo.
Diseño sobrio, modular y pensado para durar
El nuevo Jolla Phone apuesta por un diseño de líneas rectas, con esquinas marcadas y una pantalla con notch tipo «ceja» que recuerda a los primeros iPhone con este recorte y, en cierto modo, a los antiguos Lumia de Nokia. No busca un aspecto extravagante, sino una estética sencilla y funcional, reforzada con Gorilla Glass para proteger el frontal.
Uno de los detalles más llamativos es la carcasa trasera reemplazable. El teléfono permite cambiar la tapa posterior de forma sencilla, tanto por motivos estéticos como de mantenimiento. Jolla ofrecerá cubiertas en varios colores, entre ellos Kaamos Black (negro), Snow White (blanco) y The Orange (naranja), de manera que el usuario pueda personalizar el aspecto del dispositivo sin necesidad de fundas voluminosas.
La modularidad no se queda en la tapa. El terminal incorpora una batería extraíble por el usuario, algo que prácticamente ha desaparecido del mercado de gama media y alta. Esta decisión encaja con la idea de alargar la vida útil del teléfono: cuando la batería se degrade, bastará con sustituirla, sin pasar por un servicio técnico ni cambiar de móvil antes de tiempo.
Pantalla AMOLED y hardware de gama media-alta
En el apartado técnico, el Jolla Phone monta una pantalla AMOLED de 6,36 pulgadas con resolución Full HD+ y formato 20:9. La densidad ronda los 390 píxeles por pulgada, suficientes para ofrecer una buena nitidez en textos e imágenes. La pantalla está protegida por cristal Gorilla Glass, aunque la marca no ha detallado la tasa de refresco, por lo que todo apunta a una configuración estándar más que a paneles de alta frecuencia pensados para juegos.
El procesador elegido es un chip MediaTek con conectividad 5G, cuya referencia exacta aún no se ha hecho pública. Se trata de un SoC de alto rendimiento dentro de la gama media, acompañado por 12 GB de memoria RAM y 256 GB de almacenamiento interno. Este espacio se puede ampliar mediante tarjetas microSDXC, llegando hasta capacidades de hasta 2 TB según algunas especificaciones adelantadas por la compañía.
En cuanto a comunicaciones, el nuevo Jolla Phone incluye 5G y 4G LTE con soporte de roaming global, además de WiFi 6, Bluetooth 5.4 y NFC. El móvil también ofrece doble ranura nano SIM, permitiendo usar dos líneas telefónicas de forma simultánea, algo práctico para combinar número personal y profesional o alternar entre operadores.
Cámaras y enfoque fotográfico
El sistema de cámaras está formado por un módulo trasero doble y una lente frontal para selfies. En la parte posterior se encuentra un sensor principal de 50 megapíxeles, acompañado por un ultra gran angular de 13 megapíxeles para capturar escenas más amplias, paisajes o interiores. El fabricante no ha especificado todos los detalles de apertura o estabilización, pero la configuración apunta a un rendimiento sólido dentro de la gama media.
En el frontal, alojada en el notch superior, hay una cámara gran angular pensada para videollamadas y selfies. Aunque Jolla no ha concretado la resolución, sí subraya que la lente ofrece un campo de visión más amplio de lo habitual, de modo que pueda encuadrar a varias personas sin necesidad de estirar el brazo al máximo.
Batería extraíble y apuesta por la reparabilidad
Uno de los puntos más diferenciadores del Jolla Phone es su batería de gran capacidad, en torno a los 5.500 mAh, diseñada para ofrecer una autonomía generosa. Dependiendo de la fuente, la cifra publicada oscila ligeramente entre 5.400 y 5.500 mAh, pero todas coinciden en que se trata de una batería notablemente amplia para un terminal de este segmento.
Además de la capacidad, lo relevante es que la batería es reemplazable por el usuario sin herramientas complejas. Esto permite cambiarla cuando pierda rendimiento, llevar una segunda unidad para jornadas muy largas sin acceso a cargador, o prolongar la vida del teléfono varios años más, un punto que Jolla vincula a la sostenibilidad y a su política de soporte prolongado de Sailfish OS, que se plantea en ciclos de alrededor de cinco años.
Interruptor físico de privacidad y seguridad avanzada
El elemento estrella del hardware es el interruptor de privacidad físico situado en el lateral del chasis. A diferencia de simples accesos directos por software, este control está pensado para desactivar de manera inmediata componentes sensibles como el micrófono, las cámaras o el Bluetooth, reduciendo al mínimo la posibilidad de que el dispositivo «escuche» o «mire» cuando el usuario no quiere.
Jolla explica que este interruptor es configurable, de forma que cada persona decide qué funciones se apagan al accionarlo. Entre las opciones se incluyen micrófonos, cámara, conectividad Bluetooth e incluso la compatibilidad con apps de Android. En algunos documentos de la compañía se matiza que, aunque el mecanismo se opera mediante un botón físico, parte de la desactivación se gestiona por software, manteniendo un cierto equilibrio entre seguridad y flexibilidad de uso.
El terminal también integra un sensor de huellas dactilares en el botón de encendido lateral, lo que facilita el desbloqueo rápido con una sola mano. A ello se suma un LED RGB de notificaciones, cada vez menos habitual en móviles modernos, que permite ver de un vistazo si hay mensajes o avisos pendientes sin encender la pantalla.
Fabricación en Finlandia y enfoque europeo
Jolla subraya que el ensamblaje final del Jolla Phone, la instalación del software y el control de calidad se realizan en Salo (Finlandia). Con ello, la compañía quiere reforzar el mensaje de que Europa todavía puede producir su propia tecnología bajo sus propias reglas, sin depender por completo de la cadena de suministro asiática para todas las fases del producto.
El presidente del consejo de Jolla Group Oy, Antti Saarnio, ha señalado que este móvil responde a la necesidad de que Europa desarrolle y mantenga su propio ecosistema tecnológico. La empresa anima a otras firmas europeas a sumarse a esta iniciativa para construir un entramado digital menos dependiente de plataformas externas, tanto en software como en hardware.
Reservas, precio y disponibilidad en Europa
El lanzamiento del nuevo Jolla Phone se está gestionando mediante una campaña de reservas que funciona casi como un crowdfunding parcial. Para que el dispositivo entre en producción en serie, la compañía fijó un mínimo de 2.000 depósitos de 99 euros antes del 4 de enero de 2026. Esa cifra ya se ha superado, con más de 2.000 unidades reservadas en pocos días, lo que ha animado a Jolla a abrir un segundo lote de preventa limitado.
Quienes reserven el teléfono deben abonar 99 euros como depósito y 399 euros adicionales antes del envío, lo que deja el precio anticipado en 499 euros. Este importe es inferior al precio de venta al público previsto, que la compañía sitúa en una horquilla aproximada de entre 599 y 699 euros una vez que el dispositivo llegue al canal normal.
En cuanto a la distribución, el Jolla Phone se dirigirá en primer lugar a países de la Unión Europea, Reino Unido, Noruega y Suiza, con un calendario de entregas estimado para la primera mitad de 2026. Jolla deja la puerta abierta a ampliar la disponibilidad a otros mercados, incluidos Estados Unidos, si la demanda y el interés lo justifican.
Un móvil de nicho para quienes quieren control y privacidad
El nuevo Jolla Phone no pretende competir con los grandes superventas Android en precio ni en cifras brutas de rendimiento, sino ofrecer un dispositivo de nicho para usuarios que priorizan privacidad, control y reparabilidad. Combina un hardware competente de gama media-alta, un sistema operativo europeo independiente y una serie de elementos poco frecuentes hoy en día, como la batería extraíble o el interruptor físico de privacidad.
Para quienes viven en España o en el resto de Europa y buscan escapar del binomio Android-iOS sin renunciar a las aplicaciones esenciales, este terminal se perfila como una opción particular: más cara que otros móviles con especificaciones similares, pero con un valor añadido en forma de soberanía de datos, soporte prolongado y diseño pensado para durar varios años sin quedar obsoleto a las primeras de cambio.
