Cider, un cliente de Apple Music multiplataforma que sorprende, por lo que hace, por lo bien que lo hace y porque va perfecto en Linux
Sin lugar a dudas, cuando hablamos de música en Streaming, el primer servicio que nos viene a la cabeza es Spotify. Fue, si no el primero, quien popularizó eso de pagar una suscripción y poder escuchar prácticamente cualquier canción en cualquier parte. De hecho, ni siquiera es necesario pagar, ya que tienen su versión gratuita. Pero hace ya siete años que le salió, al menos, un rival de altura: Apple Music. Muchos de los que tenemos algún aparato de la manzana elegimos su servicio de música en streaming, pero ¿qué pasa cuando queremos escucharlo en Linux? Bueno, hoy me he sorprendido al dar con una aplicación que se llama Cider.
En macOS, Apple tiene su propia aplicación de Apple Music y es lo mejor de lo mejor, con permiso de las apps para iPhone y iPad. Se espera que lancen algo así para Windows, pero en la actualidad aún dependen de iTunes o de la versión web del servicio. Esta última funciona, pero está lejos de hacerlo como una aplicación de escritorio. Y iTunes, bueno, cuando lo usaba en mi portátil más flojo notaba que era muy pesado. Además, iTunes en la actualidad es un viejo apaño, nada que ver con las aplicaciones para los aparatos de Apple. Pero Cider sí tiene cosas que llegan a sorprender.
Cider ofrece calidad, opciones e incluso las carátulas animadas
Mirad la captura de cabecera. O la de aquí arriba. El diseño es muy parecido al que ofrece Apple, por lo que facilita las cosas a los que estamos acostumbrados a su biblioteca musical. Llama la atención que incluye cosas como las carátulas animadas. Por ejemplo, en el último disco de Iron Maiden, Senjutsu, vemos a Eddie moviendo la catana, y en este de Avril Lavigne vemos como se mueven un poco los globos, algo más sus sombras y hasta un relámpago.
La aplicación inicia en inglés, por lo menos la versión AppImage que es la que estoy usando yo, pero se puede poner en español. Tiene la opción de ver las letras, la lista de la cola y muchas funciones en desarrollo, como la posibilidad de enviar el audio por Chromecast o AirPlay. Si todo esto parece poco, también podemos controlar la reproducción a distancia, escaneando un código QR que nos llevará a una interfaz web en el navegador que hará las veces de mando a distancia.
También tiene ecualizador, algo que a mí me parece importante, y más en Linux, donde por defecto no suena todo lo bien que a mí me gustaría. Además, Cider permite escuchar la música con una calidad superior.
Qué echo de menos
Bueno, si no me equivoco, y si no corregidme, la aplicación oficial de Spotify, por lo menos la de Linux, tampoco permite descargar las canciones. iTunes para Windows sí lo permite, por lo que se puede usar sin conexión, pero no es así en Cider. Lógico, si tenemos en cuenta que no es una aplicación oficial. También se nota que estamos ante una versión Alfa, y reproducir la música con buena calidad, tener las animaciones de las carátulas activadas y movernos por la app puede hacer que la música se entrecorte de vez en cuando; esto no pasa cuando tenemos la aplicación ejecutándose en segundo plano, aunque sí consume recursos y no se recomienda para equipos poco potentes. Uno de los puntos a mejorar será este.
Por todo lo demás, es que se siente como si estuviéramos ante una aplicación lanzada por Apple. Podemos seguir artistas, podemos crear emisoras de radios a partir de artistas, discos o canciones y tenemos acceso a los vídeos de la plataforma. Lo que no podemos es reproducir las emisoras que tampoco podemos reproducir en la versión web de Apple Music, lo que es una lástima, pero tampoco me ha sorprendido.
Soy perfectamente consciente de que no muchos usuarios de Linux estaremos suscritos a Apple Music, pero es una cuestión de gustos y también de si se usa un iPhone, un iPad o un ordenador de Apple. Si eres uno de nosotros, sin duda te interesa Cider.
Cider está disponible como AppImage, paquete Snap y DEB desde su página web oficial, disponible aquí. También se puede descargar desde Flathub.