Distros estándar vs rolling release, ¿cuál elegir?
Uno de los aspectos más interesantes de GNU/Linux para usuarios y organizaciones es el ciclo de lanzamientos y soporte existente. La diversidad de opciones que proporciona el software libre tiene sus inconvenientes, pero también sus ventajas y esta es una de ellas…, aunque en ocasiones no lo parezca.
Para entrar en materia, en PCWorld publicaron hace unas semanas un artículo en el que su autor señala varias razones por las que prefiere una distro rolling release a una regulare. Nada muy revelador: todo el software a la última, incluyendo las nuevas versiones del núcleo y, por lo tanto, un soporte de hardware más actualizado; y, salvo problema, adiós a las reinstalaciones del sistema y adiós a las incompatibilidades de paquetes específicos. Todo correcto.
Sin embargo, cada una de esas razones puede ser rebatida: no es difícil hacerse con el software más reciente en las principales distros, aunque si guarreas con los repositorios puedes tener problemas al actualizar el sistema a una nueva versión, lo que invalidaría uno de los dos puntos; y lo mismo vale para el soporte de hardware y la compatibilidad de los instaladores de paquetes de terceros con la versión del sistema o distribución que se esté utilizando.
Por el contrario, los usuarios de lanzamientos regulares suelen obtener mayor estabilidad y un horizonte con menos problemas, derivado precisamente del escaso cambio en los paquetes que componen el sistema. Pero tampoco es un regla que se cumpla siempre.
A grandes rasgos, estas son las opciones que ofrece GNU/Linux:
- Distribuciones de lanzamiento regular y soporte contenido. Por ejemplo, Fedora o Ubuntu, con un par de lanzamientos anuales con más o menos un año de soporte.
- Distribuciones de lanzamiento regular y soporte extendido. Por ejemplo, Debian, Ubuntu LTS y openSUSE Leap, que con calendarios de lanzamiento distintos suelen ofrecer entre dos y cinco años de soporte.
- Distribuciones rolling release, de actualización continua. Por ejemplo, Arch Linux o openSUSE Tumbleweed, que instalas una vez y lo que duren, siempre recibiendo los últimos paquetes.
- Distribuciones half rolling release, de actualización continua pero manteniendo cierta estabilidad en el software base. Por ejemplo, Manjaro, Chakra, que instalas una vez y lo que duren, pero con márgenes de prueba antes de liberar las actualizaciones.
¿Cuál elegir? Ahí está la duda. Y mucho me temo que no hay una respuesta en firme. Las circunstancias mandan en la mayoría de los casos.
Por ejemplo, en la empresa, en producción, los experimentos no están bien vistos y la estabilidad y el soporte son la norma. En este segmento podemos hablar de distribuciones corporativas como Red Hat Enterprise Linux (RHEL), SUSE Linux Enterprise (SLE) o Ubuntu LTS, pero también de otras como CentOS o Debian.
Para el usuario corriente, sin embargo, la decisión dependerá de otros factores. Cada usuario es un mundo y de acuerdo a sus conocimientos y necesidades todo cambia. Dos ejemplos muy concretos:
- Quien ponga por delante la estabilidad y el soporte a largo plazo con el mínimo mantenimiento, tiene en distribuciones como Ubuntu LTS, Linux Mint, openSUSE Leap y otras la mejor opción. Pero de un tiempo a estar parte, hay rolling release que son tan fáciles de instalar como esas y bastante fiables en el largo recorrido, véase Manjaro.
- Quien tenga como principal objetivo los juegos, suponiendo que no use ya Windows, irá saltando de versión intermedia de Ubuntu para garantizarse el mejor rendimiento. Son versiones que no recomendamos por su corto periodo de actualizaciones, pero en este caso estaría justificado porque, sí, Ubuntu es la que mejor soporte ofrece para jugar e ir actualizando el stack gráfico en las LTS, que se puede, mermará la estabilidad.
La cuestión de fondo es que de manera similar c cómo funcionan las cosas en el ámbito empresarial, para el usuario final no hay nada como instalar y olvidarse durante el máximo tiempo posible, siempre que no le repercuta a la hora de obtener el software que usa en sus versiones más recientes. Lo bueno de GNU/Linux, en todo caso, es que se adapta al usuario, y no al revés.
Y vosotros, ¿qué preferís? Lo veremos más claro con la encuesta de fin de año, pero el fenómeno rolling release se está imponiendo en cierta medida y da la sensación de que la tendencia va a más.