El desarrollador de Latte Dock abandona el proyecto
Si ayer os hablaba de uno de mis complementos favoritos para el escritorio, hoy voy a hacer lo propio, pero en un sentido muy diferente, y es que Latte Dock se queda en el limbo de las aplicaciones, luego de que su principal desarrollador haya anunciado que lo deja.
Como con el artículo de ayer, no creo que ningún usuario del escritorio de la gran K necesite que le presenten a Latte Dock, al que en su momento califiqué como el dock definitivo para KDE Plasma: una aplicación adicional a los ya de por sí configurables paneles que elevaba la personalización a otro nivel, con el concepto de dock como eje, aunque su versatilidad lo convertía en un todo en uno digno de consideración.
No es que Latte Dock fuese una aplicación perfecta, pero su uso de las tecnologías de KDE Plasma y sus posibilidades hacían de ella la mejor opción para quienes gustan de usar un dock, en lugar de un panel clásico. Como es mi caso, que de una manera u otra vengo usando docks desde hace la tira de años. Disponer de Latte Dock, en lugar de aplicaciones de terceros que no se integran igual de bien con el escritorio, o tener apañarse con los paneles nativos, era lo mejor que había.
Fijaos que me refiero a Latte Dock en pasado, pues aunque estar, sigue estando, habrá que ver por cuánto tiempo lo hace. Su última versión mayor fue Latte Dock 0.10, salió hace casi un año y lo hizo, además, extendiendo su soporte a GNOME y Xfce. Sin embargo, es entre los usuarios de KDE Plasma donde el proyecto gozaba de una más que buena aceptación, como por otra parte es normal.
Esta versión ya tardó lo suyo en aparecer y durante bastante tiempo a lo largo de su desarrollo, su creador y prácticamente único mantenedor, alertó con la idea de que fuese la última que incorporase novedades como tales. El plan pasaba por asegurar su compatibilidad y estabilidad y poco más. Aun así, la hoja de ruta para su siguiente versión se empezó a llenar de cosas por hacer… hasta que salió KDE Plasma 5.25, a la postre última versión del entorno de escritorio.
¿Qué pasó? Que KDE Plasma 5.25 rompió Latte Dock de una manera bastante fea: aparecieron problemas de rendimiento en el arranque de la aplicación, problemas aleatorios dependiendo de la sesión gráfica utilizada, fallos al reordenar los lanzadores, con los menús contextuales… Tal fue el desastre que su desarrollador recomendó dejar de usar el dock, o compilar la versión en desarrollo, donde se irían puliendo. Pero ni aun así.
Todo quedó en un «haré lo que pueda para solucionarlo todo lo más rápido posible», hasta que ayer mismo publicaba una nota de despedida por falta de tiempo, de motivación e interés para seguir encargándose de Latte Dock, el proyecto que inició hace ya seis años y que hasta hace cuatro días, seguía en activo. ¿Alguien continuará con su trabajo? Es lo que está por ver.
Por mi parte, hace unas semanas que volví a los paneles de KDE Plasma, a la vieja usanza, ante la imposibilidad de seguir usando Latte Dock con normalidad (funcionar, funciona, pero los fallos lo hacen complicado de aguantar). Aunque esperaba que la situación se resolviese mejor. No ha sido el caso. Una pena, porque las posibilidades de Latte Dock eran muchas y no me da a mí la sensación de que alguien vaya a dar un paso hacia adelante con la dedicación de su creador. Lo mismo me equivoco.
Por otro lado, los paneles de Plasma han mejorado mucho y ya casi se pueden usar en modo dock decente, sin llegar ni mucho menos al nivel de Latte Dock. Ahora bien, si me dan a elegir, preferiría que los desarrolladores de KDE se enfocasen en añadir y perfeccionar las características (esquinas redondeadas que se adapten bien a los nuevos paneles flotantes que introdujo KDE Plasma 5.25, un control de los espacios que no rompa la estética, como ya se ha hecho con el gestor de tareas o la bandeja de sistema…) que necesitan los paneles para ser un reemplazo pleno. Pero claro, esa es solo mi opinión.
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