A unos pocos meses después del final del soporte de Windows 7, el gobierno de Corea del Sur planea pasar a Linux en lugar de continuar con Windows 10, una opción que parece lógicamente menos dolorosa dada la contabilidad del sistema operativo.

El Ministerio del Interior y Seguridad de Corea anunció hace pocos días que probará Linux antes de poder implementar más sistemas operativos de código abierto en el gobierno, si las pruebas son concluyentes.

Esta decisión sigue a las preocupaciones sobre los costos de mantenimiento de Windows 7, dado que el soporte técnico gratuito de Microsoft para el sistema operativo vencerá en enero de 2020.

Se espera que la transición a Linux y la compra de nuevas PC cueste alrededor de $ 780 mil millones. Pero el jefe de la oficina de servicios digitales del ministerio, Choi Jang-hyuk, dijo que esperan un ahorro de costos a través de la introducción del sistema operativo de código abierto y también quieren evitar confiar en un sistema de

La comprobación previa a la adopción de Linux por parte de todo el gobierno consistirá en verificar que el sistema pueda ejecutarse en dispositivos de red privada sin riesgo para la seguridad y que se garantice la compatibilidad con los sitios web y el software existente diseñado para funcionar bajo Windows.

Esta es seguramente una operación que será seguida muy de cerca, no solo por los fanáticos de Linux, sino también por aquellos que, por diferentes motivos, creen que migrar de Windows a Linux es una decisión absurda.

No solo es cambiar el sistema, sino también ajustarse a las necesidades

La migración de Windows a Linux suena bien en los oídos de muchas administraciones y localidades, pero en la práctica es un procedimiento difícil.

Si se supone que el cambio a Linux ahorra dinero a largo plazo, cualquier cambio tiene costos, a veces muy elevados, que se deben asumir en el corto plazo entre ellos el enseñar a los empleados a utilizar el sistema lo que requiere gastos en la capacitación.

Munich un caso del cual se debe aprender

Aun así, es necesario estimar estos costos desde el inicio, lo que no habría sido el caso en el ejemplo de Munich, esta ciudad, anunciada como pionera del código abierto, decidió regresar a Windows a partir de 2020.

No debe olvidarse que los usuarios son resistentes a los cambios. Por lo tanto, se debe tener cuidado de apoyar adecuadamente a los usuarios para que puedan adoptar fácilmente este nuevo cambio, de lo contrario será el fiasco asegurado.

En el caso de Munich, en ruta, se informó que el 20% de los usuarios de LiMux (su distribución de Linux) no estaba satisfecho o no comprendía el uso del nuevo sistema, mientras que otros informes hablaron en lugar del 40%.

Esto podría explicarse, por un lado, por el hecho de que el soporte al usuario no fue dirigido de manera correcta.

Y, por otro lado, el hecho de que era difícil intercambiar documentos con otras administraciones en Alemania.

Según una política alemana, se suponía que los documentos se proporcionarían en un formato abierto, pero Munich recibía regularmente documentos en formatos propietarios. Por lo tanto, instalar un sistema de código abierto y capacitar a las personas para usarlo no es suficiente.

Todos estos factores, entre otros, hacen que el riesgo de fracaso sea importante. La prueba es que después de Munich, se anunció una importante migración de Linux a Windows en Baja Sajonia, un estado federal de Alemania.

De hecho, Baja Sajonia ha decidido seguir los pasos de Munich y migrar, a su vez, miles de computadoras de Linux a Windows.

Las autoridades explicaron esta decisión por el hecho de que muchos de los agentes de campo y servicios de asistencia telefónica de Land ya estaban usando Windows y como tal, parecía bastante lógico llevar a cabo la estandarización.

Por lo tanto, uno se pregunta si Corea del Sur comenzará y encajará mejor en las historias de éxito de un procedimiento de migración de Windows a Linux.

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