El inventor del password es Fernando J Corbató. Como con tantos otros pioneros de la informática, nos enteramos de quiénes son cuando se da la noticia de su muerte, incluso su biografía en la Wikipedia es bastante escueta. El deceso se produjo el 12 de este mes debido a complicaciones de la diabetes que padecía.

Corbató desarrollo la idea del uso de contraseñas mientras trabajaba en métodos de tiempo compartido que permitirían a múltiples personas utilizar un solo ordenador de forma segura al mismo tiempo.

El destacado científico comenzó sus estudios en la Universidad de California en Los Angeles, pero después de un año tuvo que interrumpir sus estudios por la Segunda Guerra Mundial. Durante los tres años siguientes, trabajó en la depuración de sistemas informáticos para la Marina de los Estados Unidos.

Tras la guerra, Corbató se matriculó en un curso de Física en el Massachusetts Institute of Technology (MIT), donde se licenció en 1950 y se doctoró en 1956. Inmediatamente después de graduarse se unió al Centro de Computación del MIT, donde se convertiría en profesor en 1965. En esa institución intercalo las tareas docentes con la investigación hasta el momento de su retiro.

Corbató permaneció como profesor en el MIT hasta que se jubiló, donde trabajó en importantes investigaciones de TI por las que sería reconocido formalmente.

Además del ya citado trabajo en la producción de sistemas de tiempo compartido, a Corbató se lo considera el responsable del desarrollo del sistema operativo Multics. Multics fue pionero en una serie de conceptos que hoy se aplican en los sistemas operativos modernos y condujo al desarrollo del sistema operativo Unix, que sigue siendo ampliamente utilizado. Unix también es la fuente de inspiración de Linux, Mac OS X, Android, iOS y Chrome OS.

En 1990, Corbató recibió el premio Turing por su trabajo en el desarrollo de sistemas informáticos de uso general, a gran escala, de tiempo compartido y de recursos compartidos. Entre los resultados de esa notable investigación a principios de la década de 1960 surgió la idea del uso de contraseñas.

Sin embargo, no estaba enamorado de su invento. En 2014 Corbató destacó que las contraseñas se habían convertido en una especie de “pesadilla”. En ese momento afirmó que en el panorama actual el rudimentario método de seguridad se había vuelto en gran medida inmanejable.