El rendimiento de Linux y Windows sobre las IGP de Intel es cada vez más parejo
La gran ventaja del soporte de las GPU de Intel para GNU/Linux es que todo el stack oficial siempre ha sido Open Source y por lo tanto sus componentes han sido incluidos por defecto en el kernel y Mesa, abarcando hasta la misma implementación de Vulkan: ANV.
Sin embargo, hasta no hace mucho el stack gráfico de Intel para GNU/Linux estaba bastante por detrás del de Windows, siendo incapaz de soportar más allá de OpenGL 3.3, mientas que en Windows se soportaban versiones más recientes de la misma API. Este retraso tecnológico se transformaba en una gran diferencia en el rendimiento ofrecido por cada uno de los sistemas, quedando obviamente el de Microsoft por encima del Open Source.
Por suerte, y gracias en parte a la contribución de la comunidad, actualmente el stack gráfico de Intel para GNU/Linux soporta la misma versión de OpenGL que la de Windows, algo a lo que hay que sumar la gran evolución de Mesa en los últimos dos años. Esto ha permitido que las diferencias de rendimiento de Mesa y el driver privativo de NVIDIA no sean tan abismales como en tiempos pasados, aunque la compañía de Santa Clara sigue manteniendo su liderazgo en la computación de consumo (al contrario de Windows, NVIDIA es mejor opción para usar Vulkan sobre GNU/Linux).
Tras todo lo sucedido en los dos últimos años, ¿sigue siendo el soporte de Intel para Windows superior al ofrecido para GNU/Linux? A eso ha intentado responder el incansable Michael Larabel, jefazo y dueño de Phoronix, con sus ya tradicionales pruebas de benchmarks realizadas con la suite que el mismo desarrolla junto a otras personas.
En esta ocasión ha utilizado un Intel Core i7 8700K (Coffee Lake) con una IGP UHD Graphics 630. Ese procesador estaba montado sobre una placa ASUS Prime Z370-A y acompañado de 16GB de RAM. Los sistemas operativos comparados han sido Windows 10 Pro (“Windows 10” a partir de ahora), Ubuntu 16.04.3 estándar con Linux 4.13 y Mesa 17.2.8 (“Ubuntu estándar” a partir de ahora), Ubuntu 16.04.3 modificado con Linux 4.16 y Mesa 18.1-dev (“Ubuntu modificado” a partir de ahora) y Clear Linux, la distribución desarrollada por Intel. Es importante mencionar que en todos los sistemas se ha utilizado OpenGL 4.5
Las primeras pruebas publicadas han consistido en la ejecución de Unigine Heaven v4.0 y Unigine Valley v1.0 a pantalla completa y resolución FullHD (1920×1080). En las dos pruebas se puede ver cómo Windows 10 se impone a todos los sistemas Linux que le ponen por delante, aunque sin marcar grandes diferencias. Si bien con Unigine Heaven v4.0 las diferencias no son grandes desde hace tiempo, sí se puede apreciar un gran recorte por parte de GNU/Linux en Unigine Valley v1.0, con Clear Linux superando a las dos implementaciones de Ubuntu.
Lo siguiente utilizado para las comparativas ha sido el shooter y videojuego Open Source Xonotic, del que se ha usado la última versión disponible (0.8.2). Aquí todas las comparativas se han hecho a resolución FullHD, aunque con los efectos gráficos a diferentes calidades. Con los efectos en bajo vemos como Windows 10 consigue cierta ventaja, rozando los 300fps. Sin embargo, la ventaja del sistema de Microsoft se va diluyendo conforme se aumenta la exigencia de la prueba. En los niveles alto y ultra vemos cómo las dos implementaciones de Ubuntu consiguen quedar por encima de Windows 10, mientras que este último consigue situarse muy ligeramente por encima de Ubuntu modificado con la calidad de los efectos a nivel Ultimate.
Las últimas comparativas se han hecho con GpuTest v0.7.0, realizando cinco pruebas distintas de las que Windows 10 ha resultado victorioso. En las pruebas Furmark, Triangle y Volplosion vemos como el sistema de Microsoft consigue marcar diferencias, mientras que en Pixmark Piano y Plot3D consigue superar por muy poco al resto, con Ubuntu modificado al frente.
No vamos a negar lo que es evidente, sobre una IGP reciente de Intel, Windows 10 se sitúa por encima de GNU/Linux en rendimiento. Aun así, las distancias a niveles generales no son grandes, y si encima añadimos que esas GPU están enfocadas sobre todo a su utilización como escritorio básico y otras tareas que no resultan exigentes a nivel de procesamiento de gráficos (un desarrollador de Java, por ejemplo), parece que será difícil que el usuario pueda apreciar la diferencia de rendimiento alternando entre los dos sistemas.