Fedora 44 y el debate sobre el soporte de 32 bits: polémica, repercusiones y futuro incierto
Durante las últimas semanas, Fedora y su posible eliminación del soporte para software de 32 bits en la edición 44 han protagonizado uno de los debates más intensos en la comunidad Linux. El anuncio de la propuesta generó protestas generalizadas entre usuarios, desarrolladores y responsables de proyectos derivados, mostrando claramente lo delicado que resulta para muchos dejar atrás la compatibilidad con tecnologías consideradas obsoletas.
Este tipo de soporte, especialmente relevante para quienes usan aplicaciones y juegos que dependen de librerías de 32 bits, parecía estar en la cuerda floja. Sin embargo, la comunidad se movilizó rápidamente y forzó a los desarrolladores de Fedora a repensar sus planes, al menos por ahora.
El origen de la propuesta para Fedora 44 y las razones técnicas
La idea de suprimir las bibliotecas y paquetes de 32 bits (i686) en Fedora no surge de la nada. Desde hace varios lanzamientos, distintas distribuciones han optado por centrarse exclusivamente en arquitecturas de 64 bits, simplificando el mantenimiento y optimizando recursos.
En el caso de Fedora, el soporte para imágenes arrancables de 32 bits desapareció en la versión 31 (2019). Sin embargo, se sigue permitiendo ejecutar software de 32 bits mediante la inclusión de librerías específicas, algo vital para herramientas como Steam, OBS Studio o muchos juegos clásicos.
La propuesta presentada para Fedora 44 contemplaba un proceso en dos etapas: primero, retirar las bibliotecas de 32 bits de los repositorios estándar de la arquitectura x86_64, y después, dejar de compilar dichos paquetes de forma definitiva. Los principales motivos eran el creciente esfuerzo de mantenimiento, la escasez de nuevos desarrollos que requieran 32 bits y la necesidad de liberar recursos para acelerar el desarrollo y la seguridad en los sistemas de 64 bits.
Impacto sobre gaming y distros derivadas
Uno de los aspectos más polémicos de la propuesta era el impacto directo sobre plataformas de juego como Steam y proyectos como Bazzite, una distribución derivada de Fedora orientada al gaming. El fundador de Bazzite llegó a advertir que la supresión de los paquetes de 32 bits pondría en peligro la continuidad del proyecto y afectaría a un sector de usuarios que todavía depende de la compatibilidad con software antiguo.
En el ámbito de los juegos, muchas aplicaciones y títulos veteranos requieren librerías de 32 bits, incluso en sistemas modernos de 64 bits. El propio Steam, pieza fundamental para el gaming en Linux, sigue utilizando código y dependencias de 32 bits. Por ello, la idea de eliminar dicho soporte generó una oleada de críticas no solo desde proyectos como Bazzite, sino también entre la comunidad más amplia de jugadores y desarrolladores.
Alternativas sugeridas y límites técnicos
Entre las posibles soluciones para mitigar el impacto, se mencionó el uso de Flatpak y tecnologías de contenedores como método para seguir ejecutando aplicaciones heredadas. Por ejemplo, Wine podría hacer uso de su configuración WoW64 para correr programas de 32 bits en sistemas que ya solo incluyan binarios de 64 bits. Sin embargo, estas alternativas presentan aún limitaciones y no siempre garantizan la compatibilidad plena o el rendimiento esperado, especialmente en el sector gaming.
Los argumentos a favor de abandonar el soporte de 32 bits no son nuevos. Fabio Valentini, uno de los autores de la propuesta y miembro del equipo de Fedora, destacó que la tendencia global es que cada vez menos proyectos mantienen sus versiones en 32 bits, lo que complica la gestión y requiere esfuerzos crecientes para mantener la compatibilidad.
Reacción de la comunidad y retirada de la propuesta
El efecto de la propuesta fue inmediato. En foros, redes sociales y medios especializados, las voces en contra superaron con creces a las favorables. Usuarios y responsables de otras distribuciones basadas en Fedora expresaron su preocupación ante la posibilidad de que sus flujos de trabajo, juegos o herramientas esenciales dejaran de funcionar abruptamente.
La respuesta de los desarrolladores fue tomar nota del rechazo generalizado. Valentini comunicó oficialmente que la propuesta se retiraba y reconoció que el calendario previsto era prematuro. El propio equipo de Fedora admitió que, aunque la decisión técnica tiene sentido a largo plazo, el ecosistema y los usuarios necesitan más tiempo para adaptarse.
Perspectivas futuras y tensiones en la evolución hacia Fedora 44
Aunque el soporte para 32 bits seguirá presente en Fedora, el debate ha puesto de manifiesto la tensión existente entre avanzar e innovar y la necesidad de mantener la compatibilidad con tecnologías y aplicaciones antiguas. Desde el propio equipo de desarrollo y responsables de paquetes han insistido en que, tarde o temprano, la eliminación del soporte será inevitable.
Por el momento, los usuarios de Fedora y distribuciones derivadas como Bazzite disponen de un período de gracia para prepararse ante un cambio que, según todas las señales, solo se ha pospuesto. Es recomendable que tanto desarrolladores como usuarios finales estén atentos a los próximos pasos y adapten sus entornos y aplicaciones para mitigar futuros impactos.
La polémica en torno a Fedora 44 y los 32 bits demuestra que el equilibrio entre evolución tecnológica y las necesidades de la base de usuarios es una cuestión central en el mundo del software libre. La comunidad puede respirar tranquila, ya que las aplicaciones críticas y los juegos que dependen de librerías de 32 bits seguirán funcionando, al menos hasta que se retome el debate en futuras versiones.