Hace tiempo que Fedora mantenía las imágenes de instalación de 32-bit en un segundo plano, pero las mantenía. A partir de Fedora 31 se acabó lo que se daba: la distribución comunitaria de Red Hat se suma a la corriente predominante en GNU/Linux y dejará de producir instaladores para máquinas de 32-bit. Sin embargo, la «purga» podría ser más profunda.

La noticia la publicaban en Phoronix hace unos días y apunta a la intención de no ofrecer más kernel Linux para arquitecturas de 32-bit en Fedora. Que no haya kernel, por supuesto, «significa que dejaríamos de producir imágenes de arranque para i686«, señala el desarrollador que impulsa la propuesta. Y la propuesta ha sido aprobada.

Es decir, el enlace ese que figura abajo del todo en la página de descargas de Fedora con el enunciado «32-bit ISO» ya no estará cuando, si se cumplen los plazos, Fedora 31 salga el próximo octubre (lo más probable es que sea en noviembre).

¿Quienes usan Fedora 30 de 32-bit, podrán actualizar directamente a la nueva versión? Dependerá de otra propuesta que están debatiendo y que contempla eliminar los repositorios de 32-bit. El dilema al que se enfrentan los desarrolladores de la distribución es que si eliminan los kernel de 32-bit pero permiten la actualización, los usuarios estarían utilizando un sistema potencialmente vulnerable, con uno de sus componentes clave sin soporte.

En qué quedara la segunda propuesta se sabrá en las próximas fechas, pero el cambio se antoja inevitable y debería darse más pronto que tarde. En cualquier caso, Fedora se despide de los 32-bit, como han hecho otras tantas distribuciones Linux y más de una aplicación de unos años a esta parte.

Esto no supone que Fedora abandone el soporte de 32-bit por completo. Al igual que Ubuntu se ha visto obligada recientemente a reconsiderar su postura en este tema, Fedora mantendrá un repositorio con los paquetes de 32-bit de los que siguen dependiendo muchas aplicaciones, así como la posibilidad de seguir compilando paquete paquetes de 32-bit.