‘Flow’, la película animada hecha con Blender que triunfó en los Oscar
La animación ha dado un giro significativo en la industria del cine con la llegada de ‘Flow’ — ficha en iMDB –, la película dirigida por el letón Gints Zilbalodis que se ha llevado el premio Oscar a Mejor Película Animada en la edición 2025 de los Premios de la Academia. Este logro no solo resalta la creatividad y el esfuerzo de la producción, sino que también marca un hito en el uso del software de código abierto en la industria cinematográfica.
La cinta, creada íntegramente con Blender, ha sido aclamada por su innovador estilo visual y su narrativa sin diálogos, en la que un gato gris oscuro y un grupo de animales enfrentan un mundo drásticamente transformado tras una catástrofe natural. La combinación de una animación fluida, el uso perfecto de la iluminación y una banda sonora evocadora han posicionado a ‘Flow’ como una de las películas animadas más destacadas de la última década.
Un recorrido desde Cannes hasta los Oscar
La trayectoria de ‘Flow’ en festivales internacionales ha sido impresionante. Su estreno global tuvo lugar en el prestigioso Festival de Cannes 2024, dentro de la sección Un Certain Regard, donde recibió grandes elogios por su estilo artístico y su propuesta narrativa sin diálogos. Tras su paso por otros eventos importantes, como el Festival de Annecy, la película acumuló más de 60 premios, incluidos el Globo de Oro a Mejor Película Animada y múltiples galardones del público y la crítica.
El papel de Blender en la producción
Uno de los aspectos más revolucionarios de ‘Flow’ es su desarrollo con Blender, un software de modelado y animación 3D de código abierto que ha ganado terreno en la industria en los últimos años. A diferencia de los programas privativos utilizados por grandes estudios, Blender permitió a Zilbalodis y su equipo trabajar con total flexibilidad y sin los costosos tiempos de renderizado que suelen enfrentar las producciones de alto presupuesto.
El motor de renderizado en tiempo real EEVEE fue clave en el proceso, ya que permitió visualizar las escenas con gran fidelidad sin recurrir a hardware extremadamente potente. Según el director, las escenas fueron renderizadas en su propio ordenador en tiempos que variaban entre 0,5 y 10 segundos por fotograma, lo que facilitó una producción mucho más eficiente. Este enfoque se asemeja a la forma en que se utilizan otras aplicaciones dentro del ámbito del software libre, destacando su efectividad en varios escenarios.
Producción con un equipo reducido
A diferencia de muchas películas animadas que cuentan con cientos de artistas en múltiples departamentos, ‘Flow’ fue realizada con un equipo de tan solo 20 personas. La producción, que se extendió por más de cinco años, tuvo su sede principal en Letonia, donde los animadores, modeladores y técnicos trabajaron en un espacio compartido. Cada uno asumió múltiples roles para mantener el flujo de trabajo optimizado dentro de un presupuesto limitado que rondaba los 3,5 millones de euros, una cifra muy inferior a los estándares de la industria.
El desafío de la animación sin diálogos
Uno de los elementos más distintivos de ‘Flow’ es la ausencia total de diálogos. La historia se desarrolla exclusivamente a través de la animación, la expresión corporal de los personajes y el diseño sonoro, lo que representa un reto creativo único. Para lograrlo, el equipo estudió el comportamiento real de los animales e integró efectos de sonido grabados en entornos naturales, asegurando que cada interacción fuera lo más realista posible.
El realismo del agua y otros efectos en Flow
Uno de los aspectos técnicos más complejos de la película fue la simulación del agua, un elemento central en la historia. Para lograrlo sin recurrir a software externo, Mārtiņš Upītis y Konstantīns Višņevskis, miembros clave del equipo, crearon herramientas específicas dentro de Blender, permitiendo generar efectos fluidos que se integraban de manera orgánica con el resto de los escenarios. Este avanzado nivel de detalle resalta el potencial de Blender en la animación cinematográfica.
Flow: un referente para la animación independiente
El reconocimiento de ‘Flow’ en los Oscar es un hito no solo para el cine animado, sino para la industria independiente. La película es un claro ejemplo de cómo la creatividad y la innovación pueden compensar la falta de grandes presupuestos, abriendo la puerta para que nuevos cineastas apuesten por el software libre en sus proyectos. Esto refleja una tendencia creciente donde cada vez más cineastas se inclinan por herramientas accesibles que les permitan expresarse sin limitaciones económicas.
El propio Zilbalodis ha asegurado que seguirá utilizando Blender en sus futuras producciones. Con este logro, ‘Flow’ ha sentado un precedente, demostrando que las herramientas accesibles pueden ser tan potentes como las soluciones comerciales en manos de artistas con una visión clara y definida.