Joplin, una interesante y accesible alternativa libre a Evernote
¿Buscas una alternativa a Evernote basada cien por cien en software libre y con todas las funcionalidades del servicio comercial? Mala suerte, porque no existe. Pero si te conformas con algo más sencillo pero igualmente práctico, quizás te interese conocer Joplin, de acuerdo a su descripción oficial, “una aplicación de código abierto de notas y tareas con capacidades de sincronización”.
Joplin es, a simple vista, uno de tantos gestores de notas de los que salieron al rebufo de Electron, el framework para la creación de aplicaciones de escritorio con tecnologías web. A diferencia del resto, no obstante, el desarrollo de Joplin se ha mantenido activo y ha ido generando un pequeño ecosistema de software con el que suplir, al menos, las principales características por las que Evernote es conocido: notas, tareas, sincronización, recortes web…
Por hacerlo rápido, si quisieses probar Joplin, lo primero que harías es descargar la aplicación para Linux, disponible en formato AppImage. Una vez instalada, su interfaz no tiene pérdida: panel lateral con libretas anidadas, etiquetas, lista de notas y editor, en este caso basado en el lenguaje de marcado Markdown y, por lo tanto, en un doble espacio de edición y previsualización con opciones de formato de texto, archivos adjuntos y alarmas, que se traducen en notificaciones.
Si no empiezas de cero, sino que quieres traerte tus notas, Joplin soporta importación de notas y directorios de archivos Markdown, así como de su propio formato y también en de Evernote. Por el contrario, las opciones de exportación incluyen el formato de Joplin, Markdown, JSON y PDF.
Una de las características más interesantes de Joplin es el web clipper o el capturador web, con extensiones para Chrome y Firefox y con opciones para capturar la página entera, simplificada (como modo lectura, solo el contenido central) y una captura de pantalla. Para que el capturador y la aplicación se comuniquen hay que iniciar un proceso desde esta que solo se mantenido activo mientras la aplicación esté abierta.
Llegados a este punto querrás sincronizar los datos entre los dispositivos que utilices, para lo cual deberás instalar la aplicación para Android o iOS y elegir el método de sincronización, que puede ser a través de Dropbox, Nextcloud, OneDrive, WebDAV o un directorio del sistema, que puedes mantener sincronizado por otros medios.
Asimismo tienes la posibilidad de habilitar el cifrado en el lado del cliente, de manera que nada abandone tu equipo en claro.
Por lo demás, en las preferencias de Joplin podrás elegir el formato de fecha y hora, la apariencia -aunque las opciones de personalización son escasas-, si anclar la aplicación a la bandeja de sistema o el intervalo de sincronización automático. Ah, también puedes usar Joplin vía terminal: aquí encontrarás toda la información al respecto.
Y ya está casi todo explicado. ¿Es Joplin tan genial como parece a simple vista? Sí y no. La interfaz y experiencia de usuario necesitan pulirse y ofrecer más opciones de personalización y, con toda su potencia, la edición con Markdown no es comparable a la de un editor puramente WYSIWYG como el de Evernote o cualquier procesador de documentos, lo que no será del agrado de todo el mundo.
Sin embargo, la facilidad que permite a la hora de capturar recortes web o las posibilidades de sincronización y exportación, aplicaciones móviles incluidas, es algo poco común en un proyecto de código abierto tan humilde como el que nos ocupa. Sin duda, merece la pena echarla un vistazo en profundidad para evaluar si tiene todo lo que necesitas.
Como es evidente, no alcanza a Evernote, no digamos ya si eres usuario de pago del servicio. Evernote no fue el primer gestor de notas en la nube, pero sí el que popularizó el concepto de notas inteligentes y la gran referencia actual del sector, que puedes usar en Linux de aquella manera. Clones comerciales aparte, no hay nada que se le asemeje.
En cuanto a alternativas de código abierto, está Paperwork, pero es software de servidor, lo cual dificulta su utilización por el usuario medio, algo que Joplin resuelve de forma más accesible.