La entrada y salida de IBM. Breve historia de la Inteligencia Artificial 7
Durante décadas, IBM fue el líder indiscutido de la industria informática. Aún hoy, aunque no ocupa el rol preponderante que alguna vez supo tener, su trabajo continúa siendo relevante. Sin embargo, en el caso de la Inteligencia Artificial, la entrada y salida de IBM fue bastante rápida aunque muy importante.
En los cincuenta, las investigaciones sobre esta disciplina se consideraban parte integral de los conocimientos necesarios para construir mejores ordenadores. Por lo que IBM decidió dar luz verde al desarrollo de un programa que resolviera teoremas.
La entrada y salida de IBM
Habíamos visto en artículos anteriores que Simon y su equipo tuvieron éxito con un programa que demostraba teoremas matemáticos. Para esto, tuvieron que crear un lenguaje de programación nuevo.
El desafío que encaraba IBM tenía un problema adicional. Para que el ordenador pudiera demostrar un teorema geométrico tenía que ver la figura. Todavía no se habían inventado las cámaras web ni software capaz de procesar imágenes.
El equipo elegido para la tarea fue la IBM 704. Considerada como uno de los primeros superordenadores del mundo fue el primero de incorporar el hardware de punto flotante.
Las operaciones de punto flotante incluyen la adición, sustracción, división multiplicación y cálculo de raíz cuadrada con números muy grandes o muy pequeños.
Contaba además con una memoria de núcleo magnético que era más rápida que el sistema de tambor magnético utilizado en modelos anteriores y era capaz de ejecutar cuarenta mil instrucciones por segundo expresadas en instrucciones de 36 bits.
El software tardó tres años en estar listo ya que su responsable, un doctor en física llamado Herbert Gellenter, tuvo que inventar un nuevo lenguaje de programación que pudiera manipular símbolos como IPL pero que tuviera la facilidad de programación de Fortran, un desarrollo de la propia IBM para la creación de aplicaciones para cálculo científico.
El programa recibía información sobre la figura geométrica con la que tenía que trabajar en forma de una serie de coordenadas ingresadas en forma de tarjetas perforadas e iba deduciendo resultados intermedios a partir de los datos conocidos.
El software se conoció como Geometry Theorem Prover (Probador de problemas de Geometría) y basándose en aquellas propiedades que pudiera comprobar en el dibujo logró resolver un teorema de dos pasos a veinticinco posibilidades diferentes cuando haciéndolo a ciegas tendría que analizar un millón.
El probador de problemas de geometría fue el primero en usar una técnica conocida como referenciación de modelos. A menos que hayas aterrizado en un plato volador hace 5 minutos seguramente habrás escuchado hablar de uno de los últimos resultados de la aplicación de esta técnica: ChatGPT.
En el campo de la inteligencia artificial un modelo es una representación de un proceso complejo a partir de la cual se pueden hacer inferencias. En el caso del probador el modelo eran las coordenadas de la figura geométrica, en el de ChatGPT un modelo capaz de procesar el lenguaje humano.
Otros ordenadore de IBM se dedicaban a cosas menos serias como aprender a jugar a las damas o al ajedrez. En el primer caso el objetivo era ver si una máquina era capaz de aprender sobre la forma de jugar de su oponente. Finalmente logró vencerlo por lo que parece que sí.
Los éxitos tempranos de IBM fueron también la causa de su abandono de este campo. Los ordenadores dedicados a jugar al ajedrez y las damas tuvieron mucho éxito entre la prensa, pero no tanto entre los accionistas de la empresa que lo consideraron un despilfarro de dinero.
A esto hay que sumarle que el departamento de marketing de la empresa notó que entre sus potenciales clientes aumentaba la desconfianza hacia los ordenadores. Había miedo entre los encargados de adquirirlas de que su compra los terminara reemplazando.
Las investigaciones en Inteligencia Artificial se abandonaron y la nueva estrategia de marketing fue caracterizar a los ordenadores como procesadores de datos que solo hacían lo que se les decía.
¿Pasará lo mismo con las nuevas herramientas ahora tan en boga? ¿Se las prohibirá en las empresas por miedo a que terminen ocupando los más altos puestos?
Tendremos que esperar para verlo.