La ley ha sido una gran aliada del software libre y el código abierto, aunque parezca lo contrario. Todos podemos pensar que la justicia es la que defiende las licencias privativas o de software propietario, sí, es así. Pero eso puede tener un doble efecto y favorecer mucho al mundo de los proyectos abiertos. De hecho, este año se han sucedido muchas sentencias por vulnerar las condiciones de licencias de software propietario en ciertos centros de enseñanza, sectores públicos, etc.

Evidentemente la piratería del software propietario está a la orden del día, ya que ahorrar en esas licencias resutla vital para muchos centros que tienen que luchar con las subvenciones o pagos que reciben del estado para hacer su trabajo. Muchas veces ese aporte económico es muy escaso, y los docentes y gestores tienen que hacer malavares para poder tener los recursos adecuados para la enseñanza. Igual ocurre en otras administraciones públicas y organizaciones… por lo que a veces incita a piratear para reducir costes en licencias y destinarlos a otras cosas más importantes.

Pero con el endurecimiento de la ley, estos actos de piratería cada vez están más perseguidos y penados. De hecho, hemos visto como en los últimos tiempos se han aprobado una serie de leyes para poder cerrar las webs piratas incluso sin orden judicial, y también se han puesto otras medidas para perseguir la piratería. Eso ha hecho que tengamos muchos casos de multas en los últimos tiempos, lo que lleva a los usuarios a tomar dos soluciones:

1. Por miedo a multas se ven obligados a adquirir las licencias de software propietario y gastar grandes cantidades de dinero, especialmente si son centros con muchos ordenadores a los que tienen que instalar no solo sistemas operativos, también software ofimático, de diseño, etc., lo que deja facturas bastante elevadas. Pero eso significa recortar en otros campos e incluso podría ser imposible de realizar para ciertos centros, empresas u organizaciones que cuentan con recursos muy limitados.
2. Para evitar las sanciones de la justicia y también evitar el pago de licencias, la adopción del software libre es la mejor alternativa. Así se tienen multitud de proyectos totalmente gratuitos, funcionales y que cumplen las espectativas de los usuarios. Además, se pueden copiar y distribuir libremente sin miedo a multas.

Esa segunda posibilidad ha llevad al software de código abierto y libre a crecer bastante en el último año, especialmente en el sector de la educación. Eso tiene un tercer efecto colateral, y es que si los alumnos se acostumbran a usar software libre desde pequeños, no les será impuesto el software propietario en los centros educativos y por tanto más posibilidades de que tras licenciarse continúen usando el software en el que han estado acostumbrados a trabajar…

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