Linux Adictos Diego Germán González  

La libertad no es gratis. ¿Estamos dispuestos a pagar el precio?

Si queremos libertad de expresión debemos facilitar los recursos a las plataformas que la permiten

Si se puede sacar una conclusión de este y este artículo que escribí hace un par de domingos es que la libertad no es gratis. Si queremos conservar nuestro derecho a la libre expresión y la capacidad de decidir qué información sobre nosotros hacer pública y, a quién, debemos asegurarnos de que los instrumentos que utilizamos puedan permanecer independientes.

Así como en su momento defendí que las empresas se vincularan en los proyectos de código abierto, me alegré de que Elon Musk comprara Twitter. Sin embargo, de la misma forma como lo primero demostró tener sus aspectos negativos, tengo mis sospechas que la libertad de expresión que el señor Musk está dispuesto a soportar tiene sus límites.

Tengo en alguna parte de los favoritos del navegador la historia de un grupo de ex conductores de una plataforma de transporte de pasajeros. Dado que no lo encuentro, no puedo dar mayores datos. Pero, el resumen es este.

En una ciudad de los Estados Unidos comenzó a funcionar una de esas plataformas que permiten que conductores particulares utilicen sus vehículos para transportar pasajeros. Se produjo el típico conflicto con los sindicatos de conductores de taxi que intentaron y fracasaron prohibir su funcionamiento. Con el tiempo, la plataforma quiso cambiar las condiciones perjudicando a los conductores.

¿El resultado? Varios de ellos se juntaron e hicieron su propia plataforma. Con el tiempo, la otra plataforma volvió a las condiciones originales.

Hay muchas plataformas similares y, probablemente con el tiempo hubiera llegado alguna otra y, con la competencia es posible que la primera también hubiera dado marcha atrás. Sin embargo, ¿Por qué esperar que vengan a salvarnos cuando podemos hacerlo nosotros mismos?

La libertad no es gratis

En Linux Adictos mis compañeros han escrito en el pasado sobre las diferentes plataformas descentralizadas que cumplen funciones similares a las de Twitter o Facebook. Voy a volver una vez más sobre el tema, pero agregando las formas en que podemos colaborar con esas plataformas.

Mastodon

Cada vez que un grupo se enoja con Twitter, esta plataforma es la que recibe la mayoría de los usuarios. Sin embargo, esto no parece durar mucho.

La gran ventaja de Mastodon es que los usuarios son quienes tienen el control de lo que reciben. Los mensajes se muestran por orden cronológico y solo los de aquellos a los que decidiste seguir.  Los contenidos permitidos son: audio, vídeo, imágenes, descripciones de accesibilidad, encuestas, advertencias de contenido, avatares y emojis.

Dado que no hay un servidor centralizado sino una red de servidores provistos por la comunidad, cada uno tiene sus propias reglas de moderación.

Cómo colaborar

Hay dos formas de colaborar con Mastodon. Puedes gestionar tu propio servidor para lo que necesitas un nombre de dominio, un servidor privado virtual, un servidor de correo electrónico y un proveedor de alojamiento de contenidos.

También se puede aportar económicamente. Las empresas pueden hacerlo en forma directa con el proyecto mientras que para los usuarios individuales está disponible la plataforma Patreon.

GNU Social

Este es un proyecto apoyado por la Free Software Foundation.  La diferencia fundamental con Mastodon es que no se trata de un proyecto interconectado. Cada instalación es independiente. 

En la web del proyecto no hay demasiada información sobre las características y, de hecho, la instancia en español a la que recomiendan unirse si no quieres instalar tu propio servidor ya no funciona.

Cómo colaborar

GNU Social recibe aportes económicos a traves de la plataforma Liberapay o de la compra de objetos en la tienda.

Diaspora

El proyecto se parece a Mastodon en que está formado por una red descentralizada de servidores. La ventaja es que resulta posible compartir el contenido con Facebook y Twitter por lo que no necesitas renunciar a los seguidores de ambas redes sociales ni volver a publicar el post.
Dos puntos fuertes de Diaspora es el anonimato (No pide tu nombre real) y la privacidad. (No recopila ni comparte datos). Es posible clasificar los contactos y decidir con quienes se comparte el contenido. Solo tienes que registrarte en un nodo de la red (Ellos lo llaman pod) y empezar a buscar contactos a quienes quieras seguir.

Cómo colaborar

Se puede colaborar con el proyecto alojando un servidor, contribuyendo con el código, dando soporte a nuevos usuarios o aportando traducciones.

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