Linuxfx: la alternativa a Windows más sencilla y potente
El fin del soporte de Windows 10 marca un antes y un después para quienes no desean migrar a Windows 11, ya sea por limitaciones técnicas o simplemente por preferencia. Existen alternativas que permiten seguir trabajando en un entorno familiar y, Linuxfx, es una de las opciones que más llama la atención hoy en día.
Esta distribución ha sido creada para que el usuario no note apenas la diferencia al cambiar de sistema operativo. Linuxfx reproduce con precisión la apariencia y funcionamiento de Windows 11, pero con la libertad y seguridad que caracteriza al software libre. Es una puerta abierta para quienes quieren dejar el sistema de Microsoft pero no renunciar a la estética ni a la facilidad de uso.
¿Qué es exactamente Linuxfx?
Linuxfx, o Winux como también se le conoce, es una distribución de GNU/Linux basada en Ubuntu, pensada para quienes han usado siempre Windows y quieren dar el salto sin enfrentarse a una curva de aprendizaje difícil. Todos los detalles recuerdan a Windows: desde el menú de inicio, la barra de tareas, los accesos rápidos, hasta los sonidos y el explorador de archivos, dando la sensación de estar en el entorno de Microsoft.
No se trata solamente de copiar la apariencia. La experiencia de usuario también es similar a la de Windows, con una navegación intuitiva, instalación guiada paso a paso, y la posibilidad de gestionar todo desde el entorno gráfico o usando la terminal, según lo prefieras.
Uno de los mayores atractivos es que, a diferencia de Windows, no encontrarás ni anuncios, ni telemetría, ni procesos ocultos recolectando datos. Tampoco es necesario crear una cuenta online para empezar a utilizarlo, lo que permite una utilización mucho más privada y bajo control total del usuario.
Instalación sencilla y requisitos asequibles
Instalar Linuxfx está al alcance de cualquiera. El asistente de instalación es muy parecido al de Windows, guiando al usuario para evitar errores y sin requerir conocimientos avanzados.
Para ponerlo en marcha basta con disponer de un procesador de doble núcleo de 64 bits, al menos 2 GB de RAM (aunque 4 GB hacen que la experiencia mejore), y 20 GB de espacio en disco. No es necesario un hardware moderno, y eso permite rescatar equipos antiguos que ya no reciben soporte oficial de Microsoft.
Además, Linuxfx puede probarse primero en una máquina virtual con herramientas como VirtualBox, permitiendo ver cómo funciona antes de instalarlo de forma definitiva.
Principales novedades y ventajas frente a Windows
La edición más reciente, identificada como 11.25.07.1, presenta novedades interesantes. Una de las más destacadas es la integración nativa de inteligencia artificial mediante el asistente Helloa, que permite controlar el sistema por voz o texto, ejecutando comandos o realizando consultas, de manera parecida a asistentes virtuales como Cortana.
Otra característica relevante es la compatibilidad con programas .exe de Windows, gracias a la integración de Wine y Winetricks. Esto permite usar aplicaciones que antes parecían exclusivas del entorno Microsoft sin configuraciones complicadas ni software adicional.
Linuxfx elimina los procesos innecesarios y la publicidad, logrando que el arranque sea más rápido y el consumo de recursos menor. Todo esto se traduce en un sistema ágil, incluso en ordenadores modestos.
El sistema ofrece más control sobre las actualizaciones, personalización y privacidad, algo muy valorado por quienes están cansados de las actualizaciones forzadas o de la recolección automatizada de datos de Microsoft.
Opciones de soporte y versiones disponibles
Actualmente, Linuxfx puede descargarse en su versión estándar y en versión Pro. La primera es completamente gratuita, mientras que la edición Pro ofrece soporte garantizado hasta diez años, convirtiéndose en una elección sólida para entornos profesionales o usuarios que exigen estabilidad a largo plazo.
Ambas versiones están basadas en KDE Plasma, lo que garantiza un entorno moderno, visualmente agradable y muy personalizable. La instalación puede hacerse como sistema principal o simplemente como prueba desde una versión «live».
¿Para quién es Linuxfx?
Este sistema está claramente enfocado a quienes no pueden actualizar a Windows 11 por cuestiones de hardware o a quienes simplemente quieren mantener una interfaz reconocible pero sin perder la libertad que ofrece Linux. También es una opción idónea si buscas más privacidad, evitar problemas de ralentizaciones y eliminar la dependencia de una cuenta online.
Si nunca has usado Linux y te da respeto el cambio, Linuxfx te lo pone fácil para aprender, moverte por un sistema rápido y libre sin perder el aspecto y la funcionalidad de siempre.
Linuxfx permite despedirse de Windows sin renunciar a una experiencia familiar, facilitando la adaptación y ofreciendo al mismo tiempo todas las ventajas del software libre. Es una solución moderna, estable y práctica tanto para usuarios domésticos como para oficinas y equipos profesionales que busquen estabilidad, control y menos límites en su día a día.