«Lo estás haciendo mal», o por qué hay que informarse antes de quejarse (yo el primero)
Lo estás haciendo mal. Es una frase sencilla que se popularizó, con cierta ironía, después de que Steve Jobs dijera algo parecido por un fallo de diseño en el iPhone 4: cogiéndolo de una forma extraña, se podía hacer un puente entre las antenas y bajara la señal de cobertura. Más tarde se disculpó, dijo que son humanos y cometen errores, regaló bumpers a todos y devolvió el dinero al que lo pidió. Pero sí hay veces en las que estamos haciendo las cosas mal y nos quejamos sin motivo.
Este artículo entraría en el apartado de la miscelánea, de lo general, y no va sobre Linux aunque sí vamos a añadir algunos apartados sobre esto. Parte de lo explicado son cosas que el autor, yo, ha hecho mal y más tarde se ha dado cuenta de que se había quejado por no saber. Habría estado bien que alguien le hubiera dicho, sin ironía, «lo estás haciendo mal» para que pudiera haber disfrutado de algo tal y como se diseñó.
Lo estás haciendo mal y sí, es culpa tuya
Kodi es buena biblioteca musical
Kodi es un reproductor multimedia y mucho más que eso. Hace tiempo, a mí que me gusta tanto la música, buscaba sin descanso un buen programa que lo tuviera todo. No lo encontré, y ahora uso un reproductor on-line, Elisa o incluso uno que me hice yo en Python. Cuando probé Kodi para estos menesteres, ver que no había carátulas y cómo se presentaba todo me hizo echarme las manos a la cabeza.
Poco después, tras zambullirme en las opciones disponibles, me dí cuenta de que lo estaba haciendo mal. Hay opciones para que descargue las carátulas, hay vida más allá de la vista tipo lista -esto sí lo sabía- e incluso muestra las letras y animaciones, por lo que publiqué un artículo explicándolo todo. Y en él entoné el Mea culpa.
RetroArch no es tan complicado
Otro programa que tardé en aceptar fue RetroArch. La primera vez que lo probé yo usaba más que nada M.A.M.E., PCSX y algún emulador más. Usar emuladores completos, sueltos o standalone es diferente: básicamente abrir y jugar. RetroArch no es así, o no del todo. Por defecto viene sin cores, y no me pareció buena idea darle un voto de confianza.
Se lo di más adelante, de hecho no hace tanto. Ahora mi opinión ha cambiado: sí es cierto que no es abrir y jugar, pero sólo hay que conocer y dar un paso más, el de instalar el core y lanzar el juego con él.
Por si fuera poco hay bibliotecas o fontends alternativos como Pegasus o EmulationStation-DE que pueden ayudarte a tener un centro de emulación igual que lo que ofrece Batocera.
Hablando de juegos: si no mejoras tus personajes, lo estás haciendo mal
Recuerdo a un conocido que me decía que había algunos juegos que tenían el aumento de dificultad muy pronunciado. Me explicaba que estuvo jugando a Infamous, que empezó muy bien, pero que no había podido pasar e un punto en concreto (más o menos 60-70% de total). Los rivales eran cada vez más duros, costaba más eliminarlos, mientras que su personaje «siempre era igual»… No. Le dije que en Infamous se podían mejorar los poderes desde las opciones, lo hizo y la experiencia mejoró.
Hay juegos que sí que mantienen a un personaje igual, pero es habitual que consigan armas y poderes durante la partida, justamente para que las cosas estén equilibradas y no exista esa diferencia de la que se quejaba mi conocido, que según contaba terminaba hasta enfadado. ¡Ay, madre!
Markdown permite marcar código
También estuve usando mal Markdown. Cuando aún no sabía tanto sobre él, yo ya usaba las notas de Vivaldi, y en ellas tengo, por ejemplo, algunas plantillas con algo de HTML y CSS. El problema es que si pones el código sin ninguna marca, lo presenta como literal, y si hay HTML y CSS, el Modo Visual lo presenta con su diseño.
Alguna vez me pasó que al entrar en una nota en Modo Visual, no recuerdo seguro los pasos, al volver al Modo Texto desaparecía el diseño. El navegador o el lenguaje me estaban gritando al oído «lo estás haciendo mal», pero no sabía por qué. Total, que si envuelves el código con 3 acentos graves (`) delante y tres detrás, no sólo se queda como está, sino que si le pones el lenguaje tras los tres primeros le pone colores.
La Steam Deck sí puede con eso
Conozco algún caso de alguien que me cae bien (un saludo si me lees), tiene la Steam Deck y no se ha zambullido lo suficiente en ella. Ni siquiera tiene instalado Kodi y básicamente lo usa como consola. En teoría, es el uso que se tiene que hacer, pero en realidad es un PC con un sistema inmutable… que se puede convertir en mutable.
Si quieres Kodi o lo que sea que haya en Flathub, se puede instalar saliendo al modo de escritorio y buscándolo en Discover, la tienda de software de KDE. ¿Que necesitas más? Como no tengo ninguna no puedo dar detalles precisos sobre estas cosas, pero se puede escribir un sencillo comando para eliminar el modo «sólo lectura», lo que nos permitirá acceder a todo lo que hay en los repositorios de Arch Linux.
La Steam Deck pasaría entonces a ser un PC con Linux en un cuerpo de consola portátil, y podría hacer lo mismo. Que la resolución de la pantalla sea 1200×800 no significa que haya que quedarse ahí; se puede subir, y para monitores externos es compatible con 4K, siempre y cuando se use un dock que soporte esa resolución.
Las aplicaciones Flatpak no siempre son lo mejor
Desde hace mucho tiempo, creo que sobre todo desde que GNOME empezó a publicar novedades semanales y amplió su círculo, Flathub se ha convertido en la mejor tienda general de aplicaciones para Linux. Allí encontramos de todo en un tipo de paquetes aislados que funcionan en cualquier distribución Linux. Lo malo es que lo general no siempre es lo mejor.
Además de esto, las dependencias hay que tenerlas en cuenta. No tienen, dicen, todo está incluido, dicen, pero sólo hay que instalar una aplicación flatpak desde el terminal para ver la cantidad de paquetes extra que instalan. Son los de tiempo de ejecución, y una aplicación de unos pocos megas puede llegar a pesar 1GB.
Lo que estás haciendo mal si Flathub es tu primera elección es olvidarte de los repositorios oficiales de tu distribución Linux. Por poner algún ejemplo, Kodi o MPV están en la mayoría de ellos, e instalar los paquetes flatpak reducirá el espacio libre de tu disco duro, además de que puede que estés usando al versión para GNOME en KDE o viceversa.
Si piensas que Linux es como Windows, lo estás haciendo mal
Es algo frecuente usar Linux pensando que es Windows. Cuando empecé yo con Ubuntu y quería hacer algunas cosas, se lo decía a mi mentor en Linux y me decía «esto no es Windows«, y al final me recomendaba que volviera al sistema de las ventanitas -menos mal que no lo hice-.
Los sistemas operativos son ellos mismos, y no tenemos que pensar que Linux es como Windows. Creo que lo correcto es investigar cómo hacer en Linux aquello que hacíamos en Windows, y en ocasiones la respuesta está en aprender a usar otra aplicación. Ejemplos se me ocurren un par:
¿Por qué cegarnos en instalar Office? Sé perfectamente que aquí hay algunos afilando sus cuchillos, y por esos está la palabra «instalar» subrayada. Desde que entré en Actualidad Blog, cuando me piden un texto que tienen que revisar, me lo piden en Word. ¿Sabéis que existe office.com? Para un tanto por cien elevado sirve, y no hay que instalar nada. Si no es necesaria una suite de ofimática concreta, LibreOffice nos vale.
Lo mismo con Photoshop. Yo mismo me cegaba instalando una versión vieja del software de Adobe hasta que me di cuenta de que podía hacer eso con GIMP. En mi caso, personal e intransferible, sólo tuve que aprender cómo. Ni me acuerdo del Photoshop ya. Además, hoy en día existe también Photopea.
Acepta que lo estás haciendo mal para hacerlo bien
Las críticas constructivas ayudan a mejorar. Si nos dicen «oye, que lo estás haciendo mal» o «es que podrías hacer esto de X manera y sería mejor«, si nos lo dicen como se espera que es de buenas maneras, podemos enfadarnos, con lo que tenemos tres faenas -enfadarnos, desenfadarnos y hacer las cosas bien- o aceptar la verdad, aprender y hacer las cosas bien directamente. Lo que está bien hecho siempre estará bien hecho.