Los tubos de vacío. La prehistoria de Unix parte 3
En esta serie de artículos estamos rastreando los orígenes de Unix, el sistema operativo en el que se inspiraron Linux y otros sistemas operativos de código abierto. Pero, como es imposible separarar Unix de la entidad que cobijó a sus creadores, tenemos que comenzar con la historia de los laboratorios Bell, uno de los centros de innovación más productivos del siglo XX.
En este momento es bueno hacer una aclaración, probablemente la AT&T (entidad madre de los laboratorios Bell) no haya sido una empresa ejemplar en su trato con los competidores y clientes. Tampoco en los laboratorios Bell las cosas eran perfectas; había gente que simpatizaba con quién no debería simpatizarse, envidias, luchas de ego y todas las canalladas que suelen pasar cuando los seres humanos trabajan juntos.
Sin embargo, se las arreglaron para crear uno de los ambientes de trabajo más productivos desde la época de los gremios del Renacimiento, sentaron las bases de los modernos laboratorios de investigación y desarrollo corporativos y, aunque más no fuera para no desafiar las iras de los reguladores, compartieron sus descubrimientos con el mundo académico y muchas veces en forma gratuita.
Los tubos de vacío. Conquistando las distancias
La AT&T era una compañía de servicios teléfónicos. Que su laboratorio de investigación le diera a un pequeño grupo de su personal la libertad para dedicarse a la investigación básica no les hacía olvidar el objetivo principal. Constituirse en la compañía que comunicara a todo Estados Unidos.
Pero, para lograr eso tenían que resolver un problema, Cómo hacer que la voz humana atravesara grandes distancias sin perder la calidad. Por supuesto también tenían que ocuparse de otras cosas como que los cables resistieran las consecuencias de estar al aire libre, pero, como eso no nos deja más cerca de Unix vamos a pasarlo por alto.
El entonces presidente de la empresa, Theodore Vail, ordenó en 1906 a sus subordinados que encontraran la forma de tender una conexión telefónica entre Nueva York y San Francisco. La misma debería estar operativa para 1914, año en que se celebraría la Exposición Internacional Panamá Pacífico.
El problema principal era la falta de un amplificador o repetidor viable. En palabras de un ejecutivo de la empresa:
¿Sabíamos cómo desarrollar tal repetidor? No. ¿Por qué no? La ciencia aún no nos había mostrado el camino. ¿Teníamos alguna razón para pensar que lo haría? Sí. ¿Con el tiempo? Posiblemente.
El dispositivo conocido como tubo de vacío (Si hay algún especialista en la sala que quiera corregir mi traducción, es bienvenido a hacerlo en el formulario de comentarios) es un dispositivo que controla el flujo de corriente eléctrica entre dos electrodos. Lo hace en condiciones de vacío extremo. Fue la pieza clave para el desarrollo de la radio, la televisión, el radar, la grabación y reproducción de sonido, las redes telefónicas de larga distancia y, lo que justifica que yo está escribiendo el artículo, las primeras computadoras con componentes electrónicos.
Los laboratorios Bell llegan a la tecnología de tubos de vacío mediante un enfoque novedoso. Convencidos de que ninguno de sus ingenieros iba a encontrar la solución decide convocar a estudiantes de doctorado en física teórica. Era la primera vez que en el mundo corporativo se recurría a los científicos para solucionar problemas de ingeniería aplicada.
Uno de los científicos reclutados tomó el diseño de un dispositivo de tubo de vacío llamado Audion, lo reconstruyó utilizando materiales más eficientes y mejoró la extracción de aire para producir el vacio. Los diseños se fueron perfeccionando y estuvieron plenamente operativos cuando la línea se inauguró en 1915.
Con la entrada de Estados Unidos en la Primera Guerra Mundial, los recursos de investigación de la AT&T se volcaron al uso de los tubos de vacío en aplicaciones militares, En las décadas posteriores esa colaboración llevaría al desarrollo del radar.
La gran espada de Damocles de la AT&T era que los políticos intentaran desarmar su monopolio telefónico. Es por eso que trataba siempre de licenciar su tecnología patentada a otras industrias. Fue así que sus investigaciones sobre los tubos de vacío estuvieron disponibles para industrias establecidas y otras emergentes. Los primeros prototipos de computadoras electronicas que utilizaron dispositivos de tubo de vacío con tecnología Bell aparecieron a fines de la década del 30. Pero,para esa época enlos laboratorios Bell ya estaban pensando en una tecnología que los dejaría obsoletos.