Muchos mensajes, un código. La prehistoria de Unix octava parte.
Hasta el momento, nada de esta serie de artículos parece tener la más remota relación con Unix, como no sea la idea de que los laboratorios Bell eran un almacén de genios. Pero, nos vamos acercando. Estuvimos sentando las bases para entender por qué Unix se convirtió en el estándar para los sistemas operativos modernos y, por qué Stallman intentó y Linus Torvalds logró crear un sistema operativo inspirado en él.
Muchos mensajes, un código y nuevas maneras de transmitirlo
Desde el principio la Humanidad descubrió que la transmisión de mensajes a distancia requería convertir las palabras del lenguaje hablado a un código. Esto fue así con los tambores de las tribus africanas, los mensajes heliográficos de los griegos, las banderas de la marina, los puntos y rayas del telégrafo y las ondas eléctricas del teléfono de Graham Bell. Este último logró que la intervención humana no fuera necesaria para decodificar el mensaje.
La gran innovación del trabajo de Claude Shannon fue unificar en un solo código todos los formatos de información sin importar cuál fuera la vía. Hasta el momento teníamos dos tipos de medios para según qué mensaje:
- Inalámbrico: Señales de radio y televisión. (Sí, escuché hablar de la televisión por cable, también de la radio por circuito cerrado, pero no eran la norma).
- Por cable: Mensajes por telégrafo (Los puntos y rayas del código Morse) y teléfono (Ondas eléctricas)
Shannon postuló que era posible convertir cualquier mensaje (no importa el formato) en unos y ceros, agrupar esos unos y ceros (a los que llamó bits) y agregar bits adicionales para corregir errores de recepción. El sistema de Shannon servía para cualquier plataforma de transmisión.
Repasemos algunas de las nuevas vías de comunicación que aparecieron en las siguientes décadas
Enlaces de microondas
Se trataba de torres con cuatro antenas ubicadas a grandes alturas y a cierta distancia entre sí. Dos antenas recibían las llamadas, las enviaban al repetidor que las amplificaba y las emitía por las otras dos antenas apuntadas en sentido contrario hacia las receptoras de la otra torre repetidora. Este tipo de tecnología requería una línea clara de visión en línea recta entre torre y torre La red, que llegó a tener 107 torres ubicadas aproximadamente a 48 kilómetros cada una, podía transmitir las llamadas a la velocidad de la luz.
Cable transatlántico.
Curiosamente, la siguiente hazaña en materia de comunicaciones seguiría el camino inverso. Si las torres de microondas buscaban reemplazar el uso del cable coaxil en las llamadas de larga distancia terrestre, el siguiente proyecto de los laboratorios Bell consistía en reemplazar a la radio por un cable para las llamadas intercontinentales.
La comunicación telegráfica transatlántica por cable existía desde principios de siglo. Pero, las comunicaciones por voz requerían un cable más grueso y el uso de repetidores que amplificaran la señal. Aunque el transistor inventado por los laboratorios Bell ya estaba lo suficientemente maduro para ser usado por otras industrias, todavía no tenía la madurez suficiente para garantizar las dos décadas de funcionamiento continúo que se requería para justificar la inversión del proyecto conjunto entre la AT&T y la administración de correos británica (encargada de gestionar el servicio telefónico en el país)
Finalmente se determinó que para resistir tanto las duras condiciones debajo del mar como los peligros de la instalación, el cable debería tener un grosor de 3,7 centímetros de grosor y 3621 kilómetros de largo. Estaba compuesto por 10 capas. En el centro estaban los alambres de cobre que cubiertos por una capa de aislamiento a su vez rodeadas de una capa de cinta conductora de cobre, eran las encargadas de transmitir las comunicaciones. Luego venían 6 capas de protección contra la fauna y condiciones climáticas marinas. Cada cierta distancia se instalaron tubos de vació flexibles que sin aumentar demasiado el grosor permitían amplificar la señal para que no se degradara con la distancia. El primer cable se instaló en 1955 y se encargaba de las llamadas con origen en Estados Unidos y destino Europa. El año siguiente se instalaría uno similar para las llamadas que seguían el camino inverso.
Si estas nuevas formas de transmisión de mensajes, junto con la tecnología de modulación de códigos de pulso que comenté en el post anterior no fueran suficientes para aumentar el volumen de llamadas, también apareció TASI, siglas en inglés para interpolación de voz por asignación de tiempos. Básicamente, el sistema permitía asignar un canal a más de un usuario detectando cuando uno de ellos estaba en silencio. De esta forma se podía duplicar la capacidad del cable transatlántico.
Desafortunadamente para la AT&T (Y afortunadamente para los linuxeros y el software libre) estaba todo listo para que los burócratas metieran mano.