Nvidia vuelve a exportar los H20 a China con un acuerdo sin precedentes
Tras semanas de incertidumbre, Nvidia ha reactivado el envío de sus H20 a China gracias a un pacto excepcional con Washington. La operación no es una vuelta a la normalidad al uso: implica que parte de las ventas en el país asiático acaben en las arcas estadounidenses.
La medida llega después de meses de vaivenes regulatorios y presiones políticas. En el centro del tablero están los chips H20, diseñados por Nvidia para ajustarse a límites de exportación previos y mantener presencia en el mercado chino, y un esquema de licencias que ahora se desbloquea con una contraprestación económica inédita.
Qué se ha pactado y por qué
Según fuentes citadas por varios medios internacionales, incluido Financial Times, Nvidia y AMD aceptan ceder el 15% de los ingresos que obtengan por la venta en China de los H20 (Nvidia) y MI308 (AMD) a cambio de que Estados Unidos conceda las licencias de exportación. Se trata de un acuerdo sin precedentes en la industria, al que después se han sumado informaciones de Reuters y The New York Times.
Con este marco, el Departamento de Comercio ha empezado a tramitar permisos que permiten reanudar envíos de H20. La decisión se produjo, de acuerdo con estas informaciones, tras una nueva reunión en Washington entre Jensen Huang, consejero delegado de Nvidia, y el presidente estadounidense. El destino exacto de esos fondos recaudados por la Administración todavía no está definido.
Impacto para Nvidia y el mercado chino
El pasado abril entraron en vigor nuevas restricciones que dejaban fuera del mercado chino al H20, lo que golpeó de lleno a Nvidia. La compañía reveló que esas medidas le impidieron cerrar ventas en China por 2.500 millones de dólares durante su primer trimestre fiscal y estimó un recorte potencial de 10.500 millones en el ejercicio, con 8.000 millones concentrados en el trimestre en curso.
La paralización de pedidos obligó asimismo a contabilizar un cargo de inventario de 4.500 millones de dólares por excedentes de chips H20. Con China representando en torno a un 13% de los ingresos del grupo, la empresa llevaba meses pidiendo un cauce para volver a operar bajo condiciones claras.
Las licencias se empezaron a conceder el viernes posterior a la última reunión en la Casa Blanca, lo que abre la puerta a una reactivación gradual de la demanda. De acuerdo con cálculos de Bernstein previos a los nuevos controles, Nvidia podría haber llegado a vender en China hasta 23.000 millones de dólares en H20 este año, equivalentes a alrededor de 1,5 millones de unidades, cifras que ahora se revisarán a la baja por el peaje del 15% y el calendario de permisos.
El regreso del H20 para la cadena de suministro local puede suponer una alternativa inmediata a la escasez de aceleradores de IA. Sin embargo, persisten incógnitas sobre plazos de entrega, prioridades de cupo y la competencia de soluciones domésticas que distintos proveedores chinos han acelerado en los últimos meses.
La respuesta de China y las dudas de seguridad
En paralelo al desbloqueo, una cuenta de redes sociales vinculada a medios estatales, Yuyuan Tantian (CCTV), sugirió que los H20 podrían incluir «puertas traseras» que afectarían a su funcionamiento y seguridad, y planteó la posibilidad de no adquirirlos. Estas afirmaciones coinciden con la preocupación del regulador del ciberespacio chino sobre capacidades de rastreo/posicionamiento y de apagado remoto.
Nvidia ha negado de forma tajante que sus productos incorporen backdoors, spyware o interruptores ocultos. En una comunicación reciente, la compañía argumentó que introducir puertas traseras en chips sería una vulnerabilidad grave que beneficiaría a actores maliciosos, por lo que su diseño y verificación excluyen ese tipo de mecanismos.
Estas tensiones reflejan un patrón ya visto en la rivalidad tecnológica entre ambas potencias: Estados Unidos ha endurecido controles para evitar que tecnologías sensibles refuercen capacidades militares en terceros países, y China, por su parte, acelera iniciativas de autosuficiencia para reducir su dependencia de proveedores extranjeros.
Cómo encaja en la negociación comercial
El giro regulatorio se produce en pleno contexto de negociación comercial entre Washington y Pekín. Una tregua arancelaria de alto nivel afronta una fecha límite, con opciones de extensión sobre la mesa tras conversaciones en Europa. En ese marco, miembros del Gobierno estadounidense han reconocido que los controles de exportación sobre chips como el H20 han actuado como pieza de intercambio.
Además, según reportes coincidentes, China habría pedido que Estados Unidos relaje las restricciones a la exportación de memorias HBM, un componente crítico para sistemas de IA. Ese elemento podría incorporarse a un acuerdo más amplio, aunque no hay por ahora señales firmes de que el control sobre HBM vaya a modificarse a corto plazo.
Qué esperar a partir de ahora
Si las licencias se mantienen y los plazos logísticos se estabilizan, el mercado podría ver pedidos significativos de H20 por parte de grandes actores chinos. Aun así, la vigilancia regulatoria seguirá siendo intensa y el cumplimiento de los límites técnicos de exportación será clave para evitar nuevas interrupciones.
El esquema del 15% sienta un precedente problemático. Varios analistas señalan que convertir licencias en una fuente de ingresos gubernamentales podría distorsionar incentivos y abrir la puerta a demandas similares en otros sectores estratégicos, algo que la industria observa con cautela.
En el plano competitivo, el regreso del H20 no borra la presión de alternativas locales ni la posibilidad de que nuevas rondas de controles vuelvan a mover el listón. El equilibrio entre seguridad nacional, comercio y desarrollo tecnológico seguirá marcando la hoja de ruta de los dos países.
La fotografía que se dibuja es la de un compromiso de conveniencia: Estados Unidos habilita licencias a cambio de una comisión, Nvidia recupera acceso parcial al mayor mercado de IA fuera de su país y China mantiene reservas sobre seguridad mientras explora reducir su dependencia; un triángulo que, salvo nuevos sobresaltos, definirá el recorrido de los H20 en los próximos meses.