Por qué no uso (ni usaré) GNOME en mi equipo principal si es el escritorio que prefiere la mayoría
Da igual dónde y cuándo lo consultes, pero el uso de GNOME suele estar siempre por encima del 30% de todas las instalaciones. Cerca, respirándole en la nuca diría yo, está KDE, pero GNOME está por encima. ¿Motivos? Se me ocurren al menos un par y creo que ambos tienen algo de culpa: es el escritorio que usan por defecto Debian, Ubuntu y Fedora, y es muy fácil de usar. Como extra, se lleva bastante bien con Wayland, pero mi elección es otra.
Creo que formo parte de una especie en extinción: soy un usuario de Linux al que no le gusta personalizar demasiado lo que viene por defecto. Prefiero elegir una distro que me ofrezca lo que quiero que otra, por lo que sea, y cambiarla… para que parezca algo que no es. Suelo quedarme en algo que use KDE, y he usado Kubuntu, Manjaro y en un futuro puede que me pase a KDE neon, pero en KDE desde hace ya más de 4 años. La razón es la misma que la que me hace decantarme por Vivaldi: muchas opciones tras la instalación de cero.
GNOME es simple, y eso no siempre es bueno
Un ejemplo: yo escribo en blogs. Si me estáis leyendo ahora mismo, creo que es algo que habéis no tado, ¿no? Muchas de las imágenes que añado a mis artículos son capturas de pantalla, y otras son (o intento que sean) imágenes sin derechos que tengo que retocar para que queden bien en nuestra red. Actualmente, las imágenes de cabecera tienen que tener un ancho de 1200px, y la pantalla de mi portátil hace las capturas con un ancho de 1920px. Si estoy en KDE, puedo redimensionar la imagen directamente con Gweniview, su visor por defecto. Esto es algo que no se puede hacer tras la instalación de cero con el visor de GNOME. Sí, se pueden instar complementos e incluso hacerlo directamente con Nautilus, pero hay que hacer retoques extra que no me gusta hacer.
Y esto pasa con muchas de las aplicaciones de GNOME. Su filosofía es la simplicidad, la sencillez, algo que cualquiera pueda usar sin pensar demasiado, y esto hace que las aplicaciones del proyecto y las de su círculo hagan menos de lo que podrían.
Con lo de redimensionar las imágenes, el no-sé-qué-parentesco Budgie sí ofrece esta posibilidad, y su visor de imágenes tampoco es que sea complejo. En el menú, eliges redimensionar y puedes hacerlo sin depender de complementos o aplicaciones de terceros.
Aplicaciones simples insuficientes para usuarios exigentes
Otro ejemplo es el visor de documentos. Cuando abres un PDF te permite verlo, pero poco más. Okular te permite hacer de todo, como crear anotaciones con forma de flecha, marcar un texto con rotulador, e incluso firmar documentos, y eso es algo que no permite hacer Visor de documentos de GNOME, siempre hablando en su estado original. La aplicación del Terminal, lo mismo. Sirve para escribir comandos, pero no permite poner una ventana al lado de la otra como Konsole. Y hablando de Konsole, Aplicaciones como Kate o Dolphin lo tienen integrado, y eso ofrece nuevas posibilidades.
Pero funciona mejor con Wayland y PipeWire
No todo es malo, y de hecho este artículo no es para criticar a GNOME, sino para explicar por qué no es lo mejor para mí ni creo que lo sea para los usuarios más exigentes. Como positivo, van dos o tres pasos por delante de KDE cuando trabaja con Wayland. En 21.04 empezaron a usar Wayland por defecto en algunas configuraciones, y ya en 2023 ha mejorado hasta el punto de que también lo hace con parte de las tarjetas NVIDIA.
Por otro lado, KDE sigue trabajando para ello. Se puede usar, pero la experiencia queda mermada cuando se tiene que usar software de terceros, lo que es la mayoría de los programas que existen. KDE ofrece mucho para los que preferimos más opciones, y GNOME ofrece lo necesario para los que quieren algo maduro y sencillo. Mi elección está clara, pero entiendo y respeto a esa mayoría que se queda en GNOME, una mayoría a la que creo que nunca me uniré.