ShaniOS: distro inmutable basada en Arch Linux con despliegue azul/verde

ShaniOS se ha colado en la conversación sobre distros inmutables casi sin hacer ruido, pero con argumentos muy sólidos: seguridad elevada, actualizaciones atómicas y una experiencia bastante pulida tanto en GNOME como en KDE Plasma. Si vienes de Windows o de una distro Linux clásica, puede sonar a ciencia ficción eso de que “el sistema no se rompe”, pero aquí la idea va precisamente por ahí.
Lo interesante es que ShaniOS combina una base Arch Linux con un planteamiento moderno: sistema de doble raíz azul/verde sobre Btrfs, raíz de solo lectura con capas escribibles, actualizaciones gestionadas por un comando propio y aplicaciones aisladas mediante Flatpak. Todo ello envuelto en un instalador en vivo agradable (con Sway) y un sistema final pensado tanto para uso doméstico como para equipos OEM.
Qué es ShaniOS y por qué se habla de un sistema inmutable
En pocas palabras, ShaniOS es una distribución basada en Arch Linux diseñada como sistema inmutable. Eso significa que la parte “gorda” del sistema (la raíz con el sistema operativo) no se toca mientras lo usas. No puedes ir instalando y desinstalando paquetes del sistema a lo loco con pacman, y esto no es una limitación gratuita: es la base de su estabilidad.
Un sistema inmutable como ShaniOS ofrece más estabilidad, menos sorpresas y una superficie de ataque más reducida. Al no permitir cambios arbitrarios en la raíz durante la ejecución, se evitan muchas roturas típicas de “he actualizado algo y ahora no arranca” o “he tocado un paquete crítico y lo he dejado KO”.
La pregunta que mucha gente se hace es si lo inmutable es “el futuro” o una moda pasajera. Distribuciones como Fedora Silverblue o variantes atómicas llevan tiempo empujando este concepto, y ShaniOS se suma a esa corriente, pero con su propia personalidad basada en Arch, Btrfs y Flatpak.
Arquitectura azul/verde con subvolúmenes Btrfs
Una de las piezas clave de ShaniOS es su estrategia azul/verde apoyada en subvolúmenes Btrfs. En vez de tener un único sistema raíz, mantiene dos raíces completas: una azul y otra verde. En cada momento arrancas desde una de ellas, mientras la otra queda en reserva para las actualizaciones.
Cuando arrancas, por ejemplo, en la raíz azul, el sistema marca la ranura azul como activa y la verde como inactiva. Al ejecutar el comando de actualización, la nueva versión del sistema se despliega en la ranura inactiva (verde). De esta forma, todo el proceso se hace “por detrás” sin tocar el sistema con el que estás trabajando.
Tras completar la actualización, se actualizan las entradas de arranque para que el siguiente reinicio lo hagas desde la ranura recién actualizada. Si todo va bien, empiezas a utilizar el nuevo sistema; si algo sale mal o no te convence, puedes volver a la raíz anterior de forma prácticamente instantánea gracias a esa doble estructura.
Este enfoque se apoya de manera intensa en las capacidades de Btrfs: subvolúmenes, instantáneas y copy-on-write. La distro organiza la raíz azul y verde como subvolúmenes separados, permitiendo mantener dos estados completos, eficientes en espacio y fáciles de gestionar para reversión y recuperación.
ShaniOS es un sistema de solo lectura y capas escribibles
Para conseguir que el sistema sea realmente inmutable, ShaniOS utiliza una imagen base de Arch Linux generada con pacstrap en modo solo lectura. Esa capa contiene el corazón del sistema: kernel, librerías principales y utilidades base.
Encima de esa base, la distribución monta varias capas escribibles con overlays y tmpfs. Destaca el overlay sobre /etc, que permite que puedas modificar configuraciones del sistema (red, servicios, preferencias de sistema, etc.) sin alterar nunca la imagen base. Esas modificaciones se guardan de forma persistente, pero separadas de la raíz inmutable.
Por otra parte, /var se gestiona como tmpfs a través de systemd.volatile, lo que mantiene los datos de tiempo de ejecución en memoria y evita que ensucien la raíz del sistema. Además, se hace un uso intensivo de subvolúmenes e instantáneas Btrfs para facilitar restauraciones y mantener la integridad del sistema con el mínimo esfuerzo.
Seguridad y diseño de un sistema inmutable
Más allá de la arquitectura de almacenamiento, ShaniOS integra un conjunto de medidas de seguridad pensadas para minimizar riesgos. Aunque el detalle fino de cada perfil no siempre se destaca en las reseñas, se menciona el uso de AppArmor y una configuración de firewalld que viene lista para proteger el sistema desde el primer arranque.
La inmutabilidad en sí misma funciona como un escudo adicional: al no poder modificar la raíz en ejecución, se complica mucho que un atacante cambie binarios del sistema, añada servicios persistentes o manipule componentes críticos. Esta filosofía se complementa con el soporte de cifrado completo de disco, de forma que no solo el sistema es difícil de romper, sino que tus datos están a salvo si pierdes el equipo.
En el arranque, ShaniOS apuesta por systemd-boot y entorno UEFI nativo. Esta combinación favorece una experiencia moderna, con tiempos de arranque rápidos y una gestión más sencilla de las entradas de arranque, especialmente importante cuando se manejan dos raíces y múltiples imágenes de kernel.
Requisitos de ShaniOS y compatibilidad de hardware
Instalar ShaniOS no requiere una máquina de gama alta, pero sí hay unos mínimos razonables para disfrutarlo con soltura. En general, se recomienda disponer de al menos 4 GB de RAM y 64 GB de espacio libre en disco, sobre todo porque la filosofía de doble sistema ocupa más que una instalación tradicional.
En cuanto al procesador, cualquier equipo de 64 bits relativamente moderno suele ser compatible. Lo mismo ocurre con la tarjeta gráfica: la experiencia en vivo y el sistema instalado están pensados para funcionar en prácticamente cualquier GPU de la última década, incluyendo soporte optimizado para controladores NVIDIA-Open preinstalados, lo que es un guiño directo a quienes usan hardware NVIDIA.
Eso sí, conviene tener en cuenta que ShaniOS está pensado para funcionar mejor en hardware físico. Se puede usar en máquinas virtuales, pero la experiencia de sistema inmutable, con su cifrado y su despliegue azul/verde, brilla más cuando se instala en un equipo real. En el mundo UEFI, además, se enfatiza el uso de systemd-boot como gestor, maximizando compatibilidad con placas actuales.
Preparación previa: BIOS/UEFI y medio de instalación
Antes de ponerte a instalar, es importante preparar bien el equipo. ShaniOS recomienda desactivar opciones como Fast Boot y Secure Boot en la BIOS o UEFI de tu ordenador. Estas funciones, aunque prácticas en otros contextos, pueden interferir con el arranque desde el USB o con el despliegue del sistema.
También es aconsejable activar el modo AHCI para el controlador SATA y forzar el arranque en modo UEFI puro si tu firmware lo permite. Este tipo de ajustes suelen mejorar tanto el rendimiento de los discos como la compatibilidad general con el esquema de particionado y el arranque que utiliza ShaniOS.
Respecto al medio de instalación, la documentación es bastante clara: hay que crear el USB con herramientas como Balena Etcher, Rufus o usando dd directamente. Se especifica que no se use Ventoy, porque la ISO de ShaniOS no termina de llevarse bien con ese método y puede que simplemente no arranque. En resumen, un USB de 8 GB o más y una herramienta clásica de grabación son la apuesta segura.
Acceso al sistema en vivo e instalador de ShaniOS
Cuando arrancas desde el USB, ShaniOS ofrece un entorno en vivo con Sway como interfaz principal. Esta elección da una sensación moderna y ligera, permitiendo probar parte de la experiencia antes de comprometer el disco duro. Desde ahí se lanza el instalador gráfico, que guía las decisiones principales (discos, cifrado, escritorio, etc.).
Si necesitas iniciar sesión en ese entorno en vivo, se proporciona un usuario y contraseña muy sencillos. Ambos suelen ser “shani” tanto para el nombre de usuario como para la contraseña, lo que te permite entrar sin complicaciones y empezar a explorar o lanzar el instalador.
El instalador se ha diseñado para que funcione en un amplio abanico de hardware sin necesidad de trucos. La idea es que, en unos 20 minutos aproximadamente, puedas pasar del USB al sistema instalado y operativo, con la doble raíz ya preparada y el escritorio que hayas elegido listo para la configuración inicial.
Instalación del sistema y escritorios disponibles
Una vez dentro del entorno en vivo, el flujo de instalación es relativamente directo. La herramienta prepara el disco, crea los subvolúmenes Btrfs necesarios y despliega la imagen base. El tiempo de instalación puede rondar los 15-20 minutos, aunque hay experiencias de usuarios que reportan cifras cercanas a los 7-8 minutos cuando el equipo y el disco son rápidos.
Tras esa fase, ShaniOS se presenta con dos opciones de entorno de escritorio principales: GNOME y KDE Plasma. La edición GNOME está muy orientada al uso OEM, incorporando gnome-initial-setup preconfigurado para que el primer arranque permita personalizar idioma, cuenta de usuario y opciones básicas con un estilo muy fluido.
Por su parte, la edición KDE Plasma no se limita al tema por defecto. Los desarrolladores han retocado la apariencia para darle una identidad propia, moviendo por ejemplo el menú principal a la esquina superior izquierda y afinando detalles estéticos. Visualmente recuerda a una mezcla entre Windows y macOS, con una barra atractiva y ventanas modernas.
Gestión de software en ShaniOS: Flatpak como pilar principal
Una de las decisiones más polémicas, pero coherentes con el modelo inmutable, es que ShaniOS delega la instalación de aplicaciones de usuario casi por completo en Flatpak. El sistema base se mantiene congelado y las apps se distribuyen de forma aislada, cada una con sus dependencias dentro de un contenedor.
Esta aproximación tiene ventajas claras: las actualizaciones de aplicaciones son independientes del sistema, no rompes nada de la raíz, puedes tener varias versiones y, en general, el sistema sigue estable aunque una app falle. Además, la integración con GNOME Software o KDE Discover hace que instalar programas gráficos sea cuestión de unos clics.
No todo el mundo es fan de Flatpak. Hay quienes se quejan de que muchos Flatpaks no respetan del todo el tema visual del sistema o se ven “diferentes” en 2025, y a algunos usuarios les molesta depender solo de este sistema para instalar aplicaciones. Sin embargo, en el contexto de una distro inmutable como ShaniOS, este sacrificio tiene sentido: se prioriza integridad y reversibilidad frente a la flexibilidad absoluta de un gestor de paquetes clásico.
Entre las aplicaciones que vienen de serie destacan Vivaldi como navegador predeterminado (con VPN y bloqueador de anuncios integrados), OnlyOffice como alternativa a Microsoft Office, Warehouse para la gestión de Flatpaks, KolourPaint para ediciones sencillas de imagen y Pods para manejar contenedores. Desde Discover puedes completar el catálogo con prácticamente cualquier software que necesites.
Actualizaciones atómicas con shani-deploy
El componente estrella para mantener el sistema al día es el comando shani-deploy, la herramienta oficial de actualizaciones del sistema. Es fundamental interiorizar que aquí no se usa pacman directamente para tocar la base; las actualizaciones del sistema se hacen siempre con este comando, que gestiona el despliegue azul/verde de forma segura.
Cuando ejecutas sudo shani-deploy, la herramienta arranca una serie de pasos bien definidos. Primero comprueba que se está ejecutando como root y que hay conexión a internet. Después activa mecanismos para evitar suspensiones o apagados durante la actualización, y valida que el arranque actual corresponde al subvolumen esperado.
A continuación, consulta el canal de actualizaciones configurado para obtener información de la versión más reciente, descarga la imagen correspondiente, verifica su integridad y la despliega en el subvolumen inactivo (por ejemplo, el verde si estás en el azul). El proceso también genera y firma una nueva Unified Kernel Image (UKI), actualiza las entradas del bootloader y migra configuraciones persistentes necesarias (como el overlay de /etc).
Antes de dar la actualización por buena, se realizan validaciones de integridad en el nuevo subvolumen. Al terminar, se te suele informar de que conviene probar las aplicaciones tras el reinicio, asegurarse de que todo responde como toca y, si es el caso, volver a ejecutar la herramienta para completar el ciclo entre azul y verde.
Algunos usuarios han comentado experiencias prácticas en las que, tras actualizar desde el entorno azul, reinician en verde, crean archivos en Documentos y al volver a lanzar shani-deploy reciben avisos sobre desajustes de arranque. En estos casos, seguir las recomendaciones (probar apps, reiniciar, dejar que el sistema sincronice de nuevo azul y verde) suele resolver la situación sin mayor drama.
Rendimiento y experiencia en el día a día con ShaniOS
Quienes han probado ShaniOS destacan que el rendimiento es uno de sus puntos fuertes. A pesar de la complejidad interna de doble raíz, overlays y capas, el sistema se siente ágil y fluido. En comparación con otras distros inmutables, hay opiniones que señalan que ShaniOS se comporta mejor y con menos fricción en el uso cotidiano.
En entornos como KDE Plasma, la personalización visual y la disposición de la interfaz consiguen una experiencia amigable incluso para usuarios que vienen de Windows. La barra estilo dock y las ventanas modernas proporcionan una transición más suave para quien busca algo distinto pero reconocible.
Al tratarse de una distro basada en Arch, el soporte de hardware moderno suele ser muy bueno. Ejemplos de equipos con CPUs recientes de Intel, GPUs NVIDIA de última generación y almacenamiento NVMe rápido funcionan sin problemas en ShaniOS, siempre que la instalación se realice sobre un disco adecuado y no sobre unidades que el instalador aún no maneje bien (como ciertos SSD USB externos donde algunos usuarios han reportado dificultades).
Limitaciones, dual boot y pequeños escollos
No todo son ventajas y conviene conocer las advertencias oficiales. La propia documentación de ShaniOS desaconseja el dual boot. El motivo es sencillo: otros sistemas operativos pueden sobreescribir el gestor de arranque o modificar la configuración UEFI, rompiendo el esquema azul/verde y complicando el arranque de ShaniOS.
Tampoco es oro todo lo que reluce con el instalador: hay usuarios que han intentado instalar la distro en unidades USB M.2 externas y se han topado con errores al formatear o seleccionar particiones, incluso después de reformatear en Btrfs o dejar el disco completamente vacío. Son casos concretos, pero reflejan que todavía hay margen de mejora en el soporte a ciertos tipos de almacenamiento.
En el terreno del software, la dependencia casi total de Flatpak para las aplicaciones también genera división de opiniones. Hay quien lo acepta como precio a pagar por la inmutabilidad y quien preferiría un modelo mixto con algo similar al AUR o repositorios clásicos. El debate está servido y probablemente el proyecto siga ajustando este equilibrio con el tiempo.
Por qué ShaniOS es una opción interesante frente a Windows y a otras distros Linux
Si vienes de Windows y estás cansado de actualizaciones problemáticas, bloqueos aleatorios o vulnerabilidades constantes, una distro inmutable como ShaniOS puede ser una alternativa muy atractiva. La promesa de que el sistema “no se rompe” fácilmente, unida a la posibilidad de revertir en un clic, ofrece una tranquilidad que muchas instalaciones tradicionales no dan.
Frente a distribuciones Linux más populares como Ubuntu, Linux Mint, Fedora o Zorin OS, ShaniOS destaca por su enfoque radical en estabilidad y seguridad. Mantener dos copias del sistema (azul y verde), usar raíz de solo lectura, apoyarse en Btrfs para snapshots y subvolúmenes y aislar las apps con Flatpak forma un conjunto coherente para quien prioriza robustez sobre experimentación constante.
Al mismo tiempo, no sacrifica demasiado la usabilidad ni la estética. La interfaz recuerda en parte a Windows y macOS, con escritorios GNOME o KDE bien integrados, un navegador moderno con VPN y adblock de serie, y herramientas ofimáticas listas para sustituir a Office. Se mantiene ligero y con buen rendimiento, sin dar la sensación de distro “experimental” que te obliga a pelearte con todo.
ShaniOS se posiciona como una propuesta seria dentro del ecosistema de distros inmutables: combina tecnología actual (Btrfs, systemd-boot, cifrado, Flatpak) con una base Arch y una experiencia pensada para que el usuario se olvide de que debajo hay un sistema complejo de dos raíces y despliegues atómicos. No es perfecto, pero si buscas un Linux que aguante el día a día sin dramas, merece claramente un hueco en tu lista de candidatos.
