Echaba de menos el probar un sistema de esos llamados “alternativos”. Algo underground o peculiar, al estilo de Red Star: lamentablemente parece que el querido líder está más pendiente de lanzar misiles que de actualizar su distro.

Otras opciones más extrañas como Apartheid Linux –la distro del hombre blanco y…estúpido– posiblemente me harían ganar algunos puntos entre los seguidores de Trump o los miembros del KKK, pero nunca han sido de mi agrado.

Tampoco las distros religiosas o las que hacen homenaje a estrellas del pop como Biebian (lo mejor de Debian con lo peor de Justin).

Solaris y Haiku 0S serían otra opción. Pero ya los probé en su momento, del primero me quedó con la película y del segundo, aunque prometedor, creo que nunca superará en belleza a estos versos de Gochiku:

La larga noche
el sonido del agua
dice lo que pienso

o aquel haiku de Basho:

A una amapola
dejo sus alas una mariposa
como recuerdo

Desesperado hasta el punto de casi descargar una cosa exótica llamada Windows 10, he leído en Phoronix que tras 6 años de trabajo ha salido ToaruOS 1.0.

Así que desenterré la máquina virtual para echarle un vistazo y me he encontrado con la primera edición de un proyecto desarrollado con esa pasión difícilmente superable, que proporciona un hobby.

Aunque iniciado como un trabajo de investigación en la Universidad de Illinois, el amor por la cultura nipona del autor del proyecto, se sospechan nada más ver el wallpaper con el Monte Fuji al fondo.

Tampoco cuesta demasiado adivinar que estamos ante un sistema Unix-like construido en su mayor parte from scratch y diferente a Linux. Fruto de años de aprendizaje y de luchas con la compatibilidad de hardware.

Licencia BSD, arquitectura de 32 bits (los 64 bits llegaran en su edición 2.0), núcleo monolítico pero modular, sistema de archivos ext2, con sistema propio de composición de ventanas basado en Cairo y un gestor de paquetes con querencias pythónicas donde aparecen algunos viejos conocidos del mundo del software libre: Vim, GCC, Binutils, MuPDF, SDL, Quaque o Bochs.

Además de las utilidades que nos podemos encontrar en la terminal en forma de comandos, existen ciertas analogías con Linux en la disposición del sistema de archivos raíz.

Repasando el menú principal de ToaruOS me he encontrado:

• Accesorios: calculadora, widget para el reloj, navegador de archivos y terminal.
• Demos gráficas: Cairo, Mesa, Draw Linux, Julia Fractals, Plasma.
• Juegos: Mines
• Gráficos: ToaruPaint
• Preferencias del sistema: Gestor de paquetes de software y una herramienta para cambiar de fondo de escritorio.

Si os apetece probarlo las credenciales son las siguientes:

• usuario predeterminado: local
  contraseña: local
• usuario administrador: root
  contraseña: toor

ToaruOS todavía no listo para uso en producción, muchas cosas seguro que todavía no funcionan a la perfección, pero que quizás haya que tenerlo en cuenta en un futuro.

En definitiva se trata un sistema operativo sin demasiadas ambiciones, apenas un hobby, algo no demasiado grande o profesional…juraría que eso ya lo he escuchado antes.

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