Ubuntu Sway: nuevo remix con el gestor de ventanas Sway y sin snaps
Sorprende la cantidad de Remixes que están apareciendo en los últimos años. El primer Remix que conocí fue el de Ubuntu MATE, del que no recuerdo que llevara ese «apellido». Sí lo llevó el último en entrar a la familia Ubuntu, Ubuntu Budgie, y desde entonces han aparecido Ubuntu Cinnamon, UbuntuDDE, Ubuntu Unity, Ubuntu Web y Ubuntu Lumina (de este último nunca más se supo). Ahora hay otro nuevo remix: Ubuntu Sway.
Los gestores de ventanas gustan mucho a los que los prueban. Uno de los más usados es i3wm, pero se espera que terminen abandonándolo cuando Wayland tome más protagonismo. Su evolución es Sway, otro «window manager» que es compatible en su mayoría con i3, pero que se diferencia de él principalmente en que usa Wayland y no X11. Además, tiene una estética un poco más cuidada, pero no existe desde hace tanto tiempo y hay cosas en las que tiene que mejorar.
Ubuntu Sway Remix, ya disponible
Ubuntu Sway, del que ya está disponible la versión Jammy Jellyfish, lleva el apellido «Remix», lo que significa que pretende entrar en la familia de Canonical. Pero no lo parece. Está libre de snaps, incluso Firefox está en la versión DEB que ofrece Mozilla desde su repositorio oficial. Aunque otros sabores ya lo hacen, su instalador es Calamares, una buena decisión por su parte.
Muchas de las aplicaciones que incluye Ubuntu Sway son para el terminal, lo que se conoce como CLI. Entre ellas podemos encontrar Htop, lo que nos sirve para ver el consumo de recursos, entre otras cosas. También incluye otras como MPV, LibreOffice, Thunar o Thunderbird. Es Ubuntu en su interior, pero con el gestor de ventanas Sway y una elección de aplicaciones pensada en el rendimiento, sin olvidarnos de la productividad.
Como i3, el gestor de ventanas de Ubuntu Sway funciona en su mayoría (por no decir todo) con el teclado. Esto es un problema para el que no lo conozca, pero el problema se minimiza cuando tenemos una chuleta como parte del fondo de pantalla (se puede quitar). En ella vemos que podemos abrir un terminal con META + Intro, cerrar cualquier app con META + Shift + Q o pasar entre escritorios con META + Números. Entre los atajos también vemos cómo hacer capturas de pantalla, tanto de fotos como de vídeos.
Ubuntu Sway no tiene dock ni nada parecido, pero sí algo parecido a un panel superior. Desde él podemos acceder a algunos widgets, como el de volumen, o cambiar entre escritorios con el ratón, algo que no sé si será necesario cuando se le vaya cogiendo el tranquillo. Para lanzar aplicaciones basta con buscarlas presionando META + D, o hacer clic sobre el icono del cohete, lo que saca el cajón de aplicaciones.
No tiene centro de software, pero sí «Paquetes», el gestor de paquetes de GNOME (varias apps son de GNOME), con ciertas similitudes con lo que vemos en Synaptic o en lo que usa Raspberry Pi OS. Y hablando de la placa de la frambuesa, hay una imagen para que se pueda usar en ella.
Mejor para usuarios avanzados
Aunque, para ser fiel a la verdad, me he encontrado con un fallo que no me ha gustado mucho. Al intentar instalarlo en una máquina virtual, aunque se elija el teclado español y veamos su distribución arriba, no se aplica en Calamares, por lo que luego hay que tirar de terminal para ponerlo en español. Esto es lo que tienen este tipo de gestores de ventanas, que hay configuraciones que no se hacen con herramientas con interfaz de usuario, por lo que pueden echar para atrás a algunos usuarios.
Lo bueno de Ubuntu Sway es que está basado en Ubuntu, y que ahora mismo estamos ante la primera versión que se ha lanzado ya con la numeración 20.04.1. Es seguro que irá mejorando con el tiempo. Por otra parte, hay que tener en cuenta qué son este tipo de remixes: aunque hay que tienen todo un equipo detrás y ofrecen buen soporte, también los hay con equipos pequeños, y podrían abandonar el proyecto en cualquier momento. Un ejemplo es el de Lumina, y otro que anda pendiente de un hilo es el de UbuntuDDE, que aún no ha lanzado su versión Jammy Jellyfish. Eso sí, para los que formatearan cada seis meses, sí son una alternativa, y quién sabe, podrían convertirse en oficiales.