Zed vs Visual Studio Code: rendimiento, IA y colaboración
No es casualidad que en los últimos meses se hable tanto de Zed frente a Visual Studio Code. Entre quienes programan a diario se repiten los mismos motivos: rendimiento, batería, colaboración en tiempo real e integración de IA. Si trabajas en proyectos medianos o grandes, o pasas horas delante del editor, cada segundo cuenta y cada ventilador que no se enciende también.
Tras revisar en profundidad las mejores comparativas y testimonios técnicos que circulan por la comunidad, la fotografía es nítida: VS Code sigue siendo un titán por ecosistema y madurez, pero Zed viene fuerte donde más duele: velocidad nativa, consumo ajustado, edición colaborativa fluida y un asistente de IA integrado de serie. Vamos a desgranar, con datos y ejemplos reales, por qué hay tanto revuelo.
Rendimiento: velocidad bruta, memoria y batería
Una de las críticas más repetidas a VS Code es su huella: procesos en segundo plano, picos de memoria y, en portátiles, ventiladores a toda pastilla. Varios desarrolladores que han migrado relatan que VS Code, incluso con proyectos modestos, mantiene procesos activos y el consumo de RAM se dispara. Algunos reportan que cerrar el editor no libera recursos inmediatamente, lo que termina afectando a la experiencia.
Zed, en cambio, destaca por su arranque casi instantáneo y un uso de memoria muy contenido. En una prueba real, al abrir un monorepo Java de 100.000 líneas, Zed cargó en 0,8 s, Cursor tardó 4,5 s y VS Code unos 6 s. En otro test comparativo, se estimó que Zed usaba en torno a 200 MB de RAM frente a ~1,2 GB de VS Code en condiciones similares. El resultado práctico es claro: interfaz suave, scroll a 120 FPS y menos esperas al cambiar de archivo.
Sobre energía, un análisis con la herramienta powermetrics de macOS midió el coste de procesos durante 30 minutos de uso real. Resultado medio: VS Code sumó ~1216,744 puntos de potencia acumulada frente a ~470,8049 de Zed, lo que supone que VS Code fue 2,58 veces más “tragón”. Para situar la referencia, GoLand marcó ~2907,65, unas 6,18 veces Zed. Quien realizó las pruebas, además, notó que con VS Code la batería de su MacBook Pro M2 caía a 3‑4 horas, mientras con Zed la autonomía mejoró sensiblemente.
Diseño y enfoque: minimalismo frente a “todo a mano”
La interfaz de Zed reduce el ruido: paneles justos, jerarquías claras y detalles útiles como outline del archivo o breadcrumbs sensibles a la sintaxis. En VS Code es fácil acumular barras, iconos y extensiones hasta distraerse. Muchos usuarios aseguran que con Zed sienten el escritorio “limpio”, sin pop‑ups ni solicitudes constantes, y que eso ayuda a entrar en flujo y mantenerse centrados.
Para amantes de Vim, Zed incorpora un modo Vim que, según testimonios de gente muy exigente con Neovim, se percibe especialmente fino. Soporta atajos esenciales (surround, Git, LSP) y, gracias al rendimiento, la edición se siente ágil. Algunos keybindings difieren, pero pueden reasignarse sin drama. Si vienes de Vim y no te convencieron los “Vim modes” de otros IDEs, aquí hay buenas noticias.
Colaboración en tiempo real: “multijugador” como si fuera un doc
La colaboración es el terreno fetiche de Zed. Trae de serie cursores compartidos, chat de texto/voz, pantalla compartida y edición simultánea sin lag apreciable. Hay casos reales de equipos que, en una sesión de 20 minutos, han resuelto tareas de front con fluidez total: uno edita componentes y otro escribe tests, con sincronía perfecta. VS Code cuenta con Live Share, sí, pero varios equipos reportan más pasos de configuración y algo de latencia.
Esa propuesta “social” no es un extra, es un eje del producto. Zed promueve pair programming y mentoring remoto sin depender de herramientas externas. Para equipos distribuidos, poder abrir un canal de voz integrado y trabajar “en el mismo archivo” con naturalidad puede marcar diferencia en velocidad y calidad. La sensación es más cercana a co‑editar un documento que a “conectarse a mi IDE”.
IA integrada: asistente nativo, contexto y flujos prácticos
Zed tiene un panel de asistente nativo que puede usar modelos en la nube (por ejemplo, Claude 3.5 Sonnet) o modelos locales a través de LM Studio. La ventaja es doble: interfaz coherente y posibilidad de mantener el código 100% en local por privacidad o coste. Frente a alternativas, algunos ven a Copilot como “añadido” en VS Code, mientras que en Zed la IA se siente integrada.
Ejemplos prácticos: en un proyecto Flask, el asistente de Zed detectó en 2 segundos que faltaba una barra en una ruta 404; Cursor ofreció algo similar pero el límite del plan gratuito interrumpió, y Copilot en VS Code dio una sugerencia más genérica sin tanto contexto del repo. Con Zed, además, las @Mentions agilizan el contexto: @file, @symbol (cualquier identificador LSP), diagnósticos del LSP o incluso contenido web, todo a tiro en la conversación.
Flujos avanzados de IA: reglas, perfiles y edición en línea
Para no repetir siempre los mismos prompts, Zed permite crear “Reglas”: plantillas de mensajes enriquecidos a los que puedes sumar contexto con comandos de barra y luego invocar con @rule en cualquier hilo del asistente. Con esto, tareas típicas tipo “¿puedes refactorizar esta función?” o “¿arreglas este error?” se vuelven sistemáticas y rápidas, sin copiar/pegar infinito.
También hay perfiles del agente: “Write” (el asistente puede editar código y ejecutar comandos), “Ask” (solo lectura) y “minimal” (sin leer ni escribir). Cambiar entre “Write” y “Ask” con un simple cmd+i es comodísimo, y puedes crear perfiles personalizados, por ejemplo uno de “escritura segura” sin permiso de borrado para evitar sustos. Ese control fino del poder de la IA genera confianza.
El asistente en línea permite seleccionar un bloque y pedir cambios con ctrl+enter: renombrar variables, arreglar un fragmento, generar consultas SQL, etc. Solo toca el rango seleccionado, ideal para micro‑ediciones. Algún usuario ha visto salidas con etiquetas como {{REWRITTEN_CODE}} en casos muy concretos, pero, con todo, resulta una herramienta ágil para cambios localizados y rápidos.
Sobre predicciones, Zed soporta su propio proveedor, Copilot y Supermaven. Cuando coinciden sugerencias LSP y IA, hay quien nota fricción hasta ajustar la configuración. También se señala que el tokenizador no siempre acierta y que no se ve el coste por petición, detalle útil en otros asistentes. Aun así, la experiencia general con IA en Zed es notablemente práctica.
Open source, privacidad y comunidad
Zed abrió su código en 2024, y la comunidad lo ha recibido con ganas. Un ejemplo: se propuso un keybinding para “collapse all”, la gente compartió alternativas y el equipo lo integró en apenas una semana. Este ritmo de iteración, unido al stack en Rust, crea la sensación de proyecto de largo recorrido con actualizaciones constantes (se citan versiones como la v0.170). Transparencia y velocidad de mejora van de la mano.
Privacidad: Zed es local‑first por diseño y añade funciones en la nube opcionales para sincronización/colaboración. Equipos con compliance estricto valoran poder usar modelos locales (vía LM Studio) sin sacar código sensible. En el mundo VS Code y otras herramientas, ciertas extensiones y telemetría levantan recelos en sectores críticos; aquí Zed ofrece un camino claro: IA local, sin coste variable ni datos fuera.
Extensiones y ecosistema: dónde VS Code sigue mandando
Si necesitas algo rarísimo, probablemente exista una extensión de VS Code que lo resuelva. Esa biblioteca inmensa es su superpoder. Zed aún no está ahí: su catálogo es más pequeño y algunos flujos siguen verdes. Un usuario comentaba lag de 1‑2 segundos al guardar en determinados entornos y la falta de un panel de control de Git en remoto; tuvo que volver a VS Code para ver diffs y cerrar commits en ciertos casos.
También aparecen carencias puntuales: debugging más limitado, ausencia de WakaTime, y que las “tasks” de Zed no sustituyen al 100% a las build configurations clásicas (cmd+B), con variables como $ZED_DIRNAME o $ZED_FILENAME que no siempre se actualizan al cambiar de archivo. Aun así, Zed trae detalles útiles como blame inline y gutters de Git bien integrados, lo que le da terreno ganado en productividad del día a día.
Servidor MCP y bases de datos: Postgres como ejemplo
Entre las extensiones MCP destacadas, la de Postgres permite preguntar por el esquema de una tabla sin la gimnasia de copiar y pegar. Puedes lanzar un /pg-schema y luego consultar joins o alteraciones con más comodidad. Se han observado fallos: no listar todas las tablas o no poder alternar entre múltiples BDs sin tocar configuración. Pero el concepto apunta bien: herramientas conectadas al contexto real del proyecto sin salir del editor.
Casos de uso reales y ventajas tangibles entre Zed y VSCode
Más allá de benchmarks, las historias de uso ayudan a decidir. En solo coding, Zed acelera lo rutinario con su outline, el rendimiento y el asistente. En equipos, la colaboración integrada recorta tiempos en refactors o mentoring. Para IA, la mezcla de @Mentions y reglas da un “punto dulce” entre control y velocidad. Y para cross‑platform, hoy cubre macOS y Linux con soporte para Windows en camino.
Hay testimonios concretos: con Zed y Claude, un investigador completó un experimento en 30 minutos; en otro equipo, usando Zed se cerró un refactor de API Django un 25% más rápido gracias a la edición compartida y chat de voz; también se cita cómo el panel Git de Zed facilitó el flujo de commits en un micro‑ajuste de un servidor Go. Son mejoras pequeñas sumadas que, al final del día, cuentan.
Consumo y mediciones: cómo se probaron en Zed
Volviendo al test de batería, el método fue transparente: powermetrics cada 15 segundos, media acumulada para cada proceso y consolidación total por editor. Para VS Code, se compuso el árbol de procesos (Electron, Code Helper Renderer/Plugin/GPU, gopls…), mientras que en Zed la foto fue más limpia (Zed + gopls). Los totales ya los hemos citado: ~1216,744 frente a ~470,8049, con un cociente de 2,58x a favor de Zed. Más autonomía y menos calor en el día a día.
Que Electron sea parte del lastre en VS Code no sorprende; el misterio es cuánto se lleva “el renderer” en cada caso: ahí los números cantaron fuerte. Por contraste, el stack en Rust + GPUI de Zed parece clave para el renderizado suave y una huella muy acotada cuando el proyecto crece. El resultado subjetivo casa con los datos objetivos: va como un tiro y el portátil lo agradece.
Cómo activar modelos locales con LM Studio en Zed
Si te interesa la IA local por privacidad o control de costes, Zed se integra con LM Studio en minutos. El flujo recomendado funciona bien incluso en máquinas de 16 GB con modelos de ~8B parámetros. Pasos claros y sin dependencias raras:
- Instalar LM Studio: desde su web oficial para macOS, Linux o Windows.
- Descargar un modelo: por ejemplo, LLaMA 3.1 8B (~5–10 GB) según tu RAM.
- Arrancar el servidor: lms server start (suele exponer http://localhost:1234).
- Configurar Zed: Ajustes > Assistant, elegir “LM Studio”, poner la URL y el modelo.
- Probar: abrir el panel del asistente (Cmd+T) y pedir “escribe una función fetch en JS”.
Casos reales cuentan que, con este setup, el asistente propuso optimizaciones de bucles en Python en ~2 s, todo offline. Si algo falla, comprueba que el servidor sigue en marcha y que la URL coincide; elige un modelo acorde a tu memoria para evitar swapping.
Dónde VS Code sigue siendo la opción segura
Si tu día a día depende de extensiones muy específicas (Jupyter de alto nivel, herramientas de nicho o integraciones empresariales maduras), VS Code sigue siendo apuesta segura. Su comunidad y documentación te ahorrarán tiempo en escenarios complejos. Un ejemplo claro: Cursor brilla con notebooks, y VS Code en ciencia de datos está muy rodado. La solidez del ecosistema no se construye de la noche a la mañana.
También si tu organización ya estandarizó flujos sobre VS Code (políticas, configuraciones remotas, toolchains) puede que migrar no compense a corto plazo. Nada impide usar Zed como editor principal y mantener VS Code para tareas puntuales. De hecho, muchos usuarios relatan justo eso: Zed para el 80% rápido y VS Code para el 20% “especializado”.
Integraciones de IA y opciones: libertad para elegir
Aunque Zed apueste por un asistente nativo, no te ata: puedes integrar Copilot, usar LM Studio en local u orquestar otros proveedores. También hay soporte para soluciones como Ollama, lo que abre la puerta a modelos locales variados. Algunos echan en falta ver el coste por petición y un tokenizador más afinado, pero el camino está trazado: IA a tu manera, sin peajes forzosos.
Limitaciones actuales de Zed que debes tener en cuenta
No todo es perfecto. Falta madurez en depuración comparada con VS Code, la integración con WakaTime no está, y las “tasks” aún no sustituyen como‑por‑como a las build configs con cmd+B. En remoto, se echa de menos un panel de Git completo y hay reportes de lag de guardado en ciertos entornos. Windows aún está en camino, lo que para algunos equipos es condición sine qua non.
En notebooks, Cursor tiene ventaja, y si dependes de integraciones muy concretas (p. ej., Git Graph) quizá no las encuentres todavía. Si tu trabajo vive y muere por extensiones de nicho, es probable que VS Code siga siendo imprescindible. Dicho esto, Zed progresa deprisa, y la comunidad ya ha demostrado que muchos gaps se resuelven en semanas. La tendencia apunta a cierre acelerado de carencias.
¿Para quién es Zed hoy?
Para quien busca velocidad, foco y colaboración nativa, Zed es un caramelo. Si valoras la IA bien integrada, con posibilidad de correrla en local, y no necesitas veinte extensiones exóticas, el encaje es inmediato. Equipos remotos que hacen pairing regular sacarán partido a los canales de voz y cursores compartidos. Si te queman los ventiladores y la batería vuela, notarás el cambio.
Para quienes viven de un ecosistema extensísimo y workflows muy a medida, VS Code sigue siendo la base sólida y conocida. La buena noticia es que no es una decisión binaria: puedes quedarte con Zed como tu editor principal y reservar VS Code para esos momentos donde su ecosistema te salva. Lo importante es que la herramienta no te frene.
Tras ver datos, historias y comparativas, queda claro que Zed no pretende “ganar por K.O.” en el terreno del ecosistema, sino en la experiencia diaria: arranca al instante, consume menos, colabora mejor y trae una IA que suma sin molestar. VS Code conserva su corona donde la amplitud de extensiones manda. Elegir no va de dogmas, va de cómo trabajas: si priorizas ritmo, silencio del ventilador y edición compartida, Zed te hará sonreír; si tu día depende de complementos muy específicos, VS Code seguirá siendo tu red de seguridad. Ambos pueden convivir inteligentemente en tu flujo.