La comunidad de GNOME tendría que ceder ante Ubuntu
La publicación de los resultados de la encuesta sobre la “humanización” de GNOME Shell para Ubuntu reveló una cosa, que Canonical está dispuesta a aceptar las condiciones impuestas en el entorno de escritorio, pero esperando recibir algo a cambio.
En un principio parecía que Ubuntu iba a ofrecer un GNOME Shell repleto de extensiones, cosa nada nueva si vemos que otras distribuciones como Antergos y Manjaro ofrecen por defecto una experiencia bastante personalizada, con varias extensiones habilitadas por defecto y ciertas modificaciones realizadas desde Tweak Tool.
Sin embargo, las verdaderas intenciones de Canonical son otras, siendo concretamente la de aportar a la implementación estándar de GNOME ciertas opciones adicionales que puedan mejorar la experiencia de cara a los usuarios de Ubuntu. En la publicación de los resultados de la encuesta se puede ver cierto hincapié en dash-to-dock, lo que deja entrever que el dash es posiblemente el punto que más incomoda a los encargados de la distribución más popular. Esto a mi no me sorprende, porque sin lugar a dudas es el gran “punto flaco” del entorno, al menos en mi opinión.
¿Por qué la comunidad de GNOME tendría que ceder ante las pretensiones de Ubuntu?
De sobras es conocido que GNOME funciona casi como un satélite de Red Hat, la compañía más grande de las que tienen a GNU/Linux como centro de su negocio, y este detalle no fue ocultado por Mark Shuttleworth en una discusión que mantuvo en Google+. Tampoco es ningún secreto la aparente rivalidad que mantienen Red Hat y Canonical, lo que ha llevado a choques tecnológicos como los de systemd frente Upstart y Mir frente Wayland (cierto que systemd y Wayland no pertenecen a Red Hat, pero todos conocemos que esta empresa es la principal o una de las principales impulsoras de ambas tecnologías).
Viendo la situación, me temo que habrá otro choque de trenes por las proposiciones de los desarrolladores de Ubuntu para GNOME. Sin embargo, pienso que en esta ocasión la comunidad de GNOME tendría que ceder y aceptar al menos las propuestas más sensatas que vengan de Ubuntu, y razones no faltan para ello:
- Ubuntu es prácticamente la cara de GNU/Linux en el escritorio. Que GNOME pueda adaptarse a lo que demandan los usuarios de la distribución más popular podría ayudar a su expansión. El peso de la distribución de Canonical en este segmento es muy superior al de RHEL y Fedora.
- Si GNOME es bien recibido por los usuarios de Ubuntu, el entorno llegaría a millones de usuarios, lo que se transformaría en una mayor contribución a este, tanto a la hora de reportar errores como en el desarrollo de parches.
- Adaptarse a más perfiles de usuario significa un mayor índice de satisfacción: Esto es una perogrullada, pero que GNOME Shell sin extensiones pueda dejar satisfechos tanto a los fans de Unity como a los que preferimos su configuración por defecto sería todo un win-win para el entorno. Sinceramente, la comunidad de GNOME se tendría que plantear esto muy seriamente.
Llegados a este punto, me gustaría recordar unas palabras de Mark Shuttleworth en las que denunciaba el “odio a lo mainstream” profesado por parte de la comunidad del software libre, y es que pesar de la bienvenida de GNOME a Ubuntu, los usuarios de GNU/Linux tenemos que vivir con el miedo a ser ignorados por culpa de los constantes choques de trenes presentes en el FLOSS, siendo estas unas situaciones en las que los egos muchas veces terminan enterrando los intereses y la satisfacción de los usuarios, que es a fin de cuentas lo que da sentido al desarrollo del software (al menos que se trate de un proyecto muy personal, que no es el caso de GNOME).
La comunidad de GNOME tiene que ver las posibles propuestas de Ubuntu no como torpedos contra la línea de flotación de Red Hat, sino como una oportunidad para que todos los usuarios de GNU/Linux, sobre todo los de GNOME (independientemente de la distribución) y Ubuntu, podamos salir ganando gracias a la mejora del producto.