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Vivaldi, el navegador para usuarios exigentes que invita al cambio con sus funciones especiales

Vivaldi

Últimamente, no son o sois pocos los usuarios que dicen o decís que Mozilla debería centrarse en mejorar su navegador antes que meterse en ninguna polémica. Firefox es un gran navegador, es un hecho, y sigue siendo la única alternativa de código abierto a Chromium, pero puede quedarse corto en funciones con respecto a otros navegadores. Uno muy popular por todo lo que ofrece es Vivaldi, navegador que llevo un tiempo usando y, si no me falla, creo que Firefox lo tiene difícil para volver a ser mi navegador por defecto.

Vivaldi es un navegador joven. Su primera versión estuvo disponible en 2015, pero no fue hasta abril de 2016 que lanzó su primeva versión estable. Por lo tanto, estamos ante un navegador que tiene 5-6 años, dependiendo desde cuándo empecemos a nombrar. Es una opción para lo que se conoce como «power users», es decir, para usuarios exigentes, y esto es algo que entiendes cuando empiezas a usar todo lo que tiene para ti.

Lo malo

Pero no todo es bueno. Tiene un par de cosas malas, como que:

  • No es 100% de código abierto. Vivaldi no es Brave, ni tampoco lo pretende. Pero, tal y como explican en su blog, tampoco es «closed-source» en su totalidad. Vivaldi usa Chromium, y esa parte es de código la mantienen abierta. Luego tiene una parte propia que es principalmente lo que le da una imagen y unas funciones propias, entre lo que están las notas, el cliente de correo o el bloqueador de anuncios. También incluye código de terceros, y se pueden ver los créditos en la página vivaldi://credits. Pero podemos dejarlo en que es privativo.
  • Usa el motor Chromium, y esto significa que, si decidimos pasarnos a Vivaldi y Firefox desaparece, ya sólo habrá dos opciones reales (los motores de Google y Apple).

A mejorar

Lo peor que he notado en Vivaldi en estas últimas semanas es que hay cosas que aún se tienen que pulir. Por ejemplo, estuve probando su Pop Out y, no sé por qué, abre una ventana aparte, no como en Firefox que en el panel de KDE, por ejemplo, sólo vemos que hay una ventana aunque sigamos viendo la ventana flotante. Que haya dos ventanas no es el fin del mundo, pero sí lo es que la del vídeo a veces no se queda encima del todo.

También he visto como algunas animaciones no funcionan 100% fluidas en un equipo con Intel i3 y 4GB de RAM, pero esto es sólo un problema estético. Confío en que todo esto mejore en el futuro, pero no quería dejar de mencionarlo, aunque las animaciones se pueden desactivar.

Vivaldi, la mejor opción para usuarios exigentes…

… si no nos importa usar Chromium. Vivaldi es un navegador especial por muchos, muchísimos motivos, como:

  • Notas (captura de cabecera). De hecho, este artículo lo he escrito en una nota de Vivaldi en un par de semanas. Hay muchas opciones para escribir notas, pero la de este navegador es 100% compatible con el código de Worpress, servicio en donde está alojado Linux Adictos. Cabe mencionar que están sincronizadas, siempre y cuando activemos la sincronización y usemos el navegador en más de un aparato.
  • Correo y Calendario (junto a Contactos y RSS). Hasta empezar a usar Vivaldi, en Linux y Windows usaba Thunderbird para gestionar mi correo y mis calendarios. Yo, cuando uso mis ordenadores, la mayoría del tiempo tengo el navegador abierto, y tener estas funciones me facilita las cosas. En el momento de escribir estas líneas, esto se activa desde vivaldi://experiments.
  • Pantalla dividida (captura de cabecera). Aunque en Firefox se puede hacer instalando extensiones, no son ni parecidas a la opción nativa de Vivaldi. Para un editor como yo, como cualquier estudiante o en muchos trabajos, es necesario tener un texto a una parte y un editor a la otra. En Firefox yo solía usar dos ventanas, pero para minimizar la acción tenía que hacerlo dos veces, y lo mismo para hacer el camino de vuelta.
  • Panel. A la izquierda (por defecto) tenemos el panel en donde está el historial, las descargas y el correo y calendario, pero también podemos añadir servicios como Twitter, Telegram o Spotify. Podemos hacer que el panel sea flotante: aparece al hacer clic y desaparece al hacer clic fuera de él.

Inoreader en el panel lateral

  • Doble fila de pestañas. He de confesar que es algo que no uso mucho, pero merece la pena que exista la opción. Cuando abrimos muchas pestañas, otros navegadores suelen acortar el tamaño de las mismas hasta que no vemos nada. En Vivaldi podemos apilar dos en la pila de abajo con tan sólo mover una encima de otra (hay que acostumbrarse), pero también podemos apilarlas por dominios.
  • Personalización. Vivaldi tiene unos ajustes con muchas opciones, tantas que puede llegar a confundir, pero prácticamente todo es personalizable, como dónde poner la barra de URL o la posición de las pestañas.
  • Gestos. Esto es algo que uso más en Safari con su Trackpad, pero Vivaldi también nos permite usar gestos. Son más cómodos con un ratón, ya que se usa el clic derecho para activarlos. Por ejemplo, podemos avanzar o retrasar páginas deslizando a la izquierda o derecha manteniendo el clic derecho.
  • Su propio «Spotlight» (captura de cabecera). Si presionamos (Fn)F2 aparecerá una ventana similar al Spotlight de Apple o el KRunner de KDE. Desde ahí podemos lanzar comandos, como crear pilas de pestañas, una nota o hacer cálculos matemáticos.
  • Función Toma un descanso. Esto no es algo definitivo, pero sí digno de mención. Abajo a la izquierda, o con el Ctrl+. (punto), podemos pausarlo todo, incluidos vídeos y música. Puede servir para desconectar y también como fondo de pantalla.

Toma un descanso

Vivaldi es compatible con las extensiones y apps de Chrome

También es un punto positivo que sea compatible con la Chrome Store, lo que significa que se pueden instalar extensiones y aplicaciones compatibles con Chrome Browser. Esto no es algo que le haga diferente, sino todo lo contrario, pero que esto se mantenga como en otros navegadores es algo positivo.

Al final, es una opción más y tenemos que valorar si lo que tiene que ofrecer nos va a servir y si va a merecer la pena el cambio, porque la interfaz es diferente y tiene mucho que configurar. Yo estoy disfrutando de sus funciones, y es más que probable que se convierta en mi navegador por defecto, o por lo menos lo hará seguro si Firefox pierde el norte.

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