Manjaro Cinnamon cambia a Firefox por Vivaldi como navegador web predeterminado
Hay pocas distribuciones Linux que den este tipo de sorpresas y Manjaro es una de ellas. Hablamos de cambiar los defaults habituales, por lo general tótems del software libre, por alternativas más discutibles e incluso privativas, como es el caso que nos ocupa: Manjaro Cinnamon pone a Vivaldi como navegador web predeterminado y aunque no deja de ser una anécdota por la nula importancia de este sabor concreto…
En efecto, es una decisión polémica por lo que supone: reemplazar software libre por software privativo, cuando no es algo imprescindible. Como sabéis, es muy común que las distribuciones Linux incluyan complementos privativos para ofrecer la funcionalidad básica o deseada, es decir, tanto para que determinados componentes de hardware funcionen, como para que lo hagan con las mejores garantías. Esto se hace por lo general a través de controladores.
Pero también es común que las grandes distros Linux faciliten la instalación de aplicaciones privativas populares, como Steam, Spotify, VSCode u otras tantas. Lo que resulta del todo inusual es encontrarse con una distribución que preinstale alguna de estas aplicaciones, mucho menos con una que reemplace una aplicación de software libre con una de software privativo, cuando la libre cumple con una exigencias de calidad contratadas.
El por qué se actúa así, es obvio: la mayoría de las grandes distribuciones aspiran a ofrecer solo software libre, pero anteponen la experiencia de usuario y por eso preinstalan o facilitan la instalación de software privativo. No lo hacen por gusto. Y luego está Manjaro.
Como recordaréis, Manjaro ya tuvo su polémica con este asunto hace un par de años, cuando cerró un acuerdo con FreeOffice para incluir su suite ofimática como opción por defecto. FreeOffice es una interesante alternativa a LibreOffice con una mejor compatibilidad con Microsoft Office, pero atendiendo a criterios como calidad y libertad, el cambio no tenía sentido. Manjaro lo hizo por dinero, pero el escándalo fue tal que terminaron reculando y dejando elegir al usuario qué usar durante el proceso de instalación.
Pues bien, si el cambio de LibreOffice por FreeOffice fue controvertido, el de Firefox por Vivaldi no lo es menos, habida cuenta de que se tropieza con la misma piedra: cambiar software libre por privativo, cuando el libre cumple con su función con todas las garantías. De hecho, el caso de Firefox es más sangrante, pues a diferencia del plus que supone ofrecer una mejor compatibilidad con Microsoft Office, con los navegadores no se da esa ventaja.
O sea, es cierto que los navegadores basados en Chromium ofrecen un mejor rendimiento que Firefox, y que su compatibilidad con los sitios de Google puede ser mejor, pero no se justifica en el mismo grado el cambio. Y no solo eso: a diferencia de lo sucedido con FreeOffice, Vivaldi no ha pagado nada -o no lo han dicho, aunque tampoco parece el caso- y el cambio se da únicamente en Manjaro Cinnamon, una de las ediciones comunitarias de la distribución, y no en las oficiales.
Por lo que cuentan en el blog de Vivaldi, donde le han dado más importancia de la que cabría esperar a este tema, Manjaro ya ofrece en sus repositorios a Vivaldi, además, con un tema personalizado incluido para que su integración con el escritorio sea óptima; y ahora dan el paso en Manjaro Cinnamon para hacer de este la opción predeterminada (en los comentarios de ese artículo se cuenta que FerenOS fue la primera distribución Linux en poner a Vivaldi como navegador por defecto).
¿Qué os parece la noticia?
A mí, como usuario de Vivaldi, no me gusta. Si quiero Vivaldi me lo instalo yo, pero no me metas software privativo en la imagen de instalación a menos que sea imprescindible, que no lo es. Y si reniegas de Firefox, que razones hay unas cuantas para hacerlo, vete por una alternativa libre, como son Chromium o Brave. Que sí, que Vivaldi está muy chulo, es fiable y tal, pero no es de código abierto y no hay excusas que valgan, por más que se crean que sí las hay.