Linux Adictos Diego Germán González  

Algunas criaturas terroríficas linuxeras

Enumeramos algunas pesadillas linuxeras
Hoy es Halloween, una buena época para enumerar algunas terroríficas criaturas linuxeras que son partes de las pesadillas que acechan a los amantes del software libre y de código abierto. Porque, puede que lo de pedir caramelos sea una costumbre yanqui, pero, en todas las épocas y culturas hubo fechas para reconocer y enfrentar lo que nos asusta.

En nuestro caso no se trata de monstruos deformes ni gente con poderes tenebrosos. Pero, la maldad adopta otras formas como la de quienes hacen pactos con el Mal vendiendo sus datos o quienes condenan a los usuarios para toda la eternidad al uso de tecnologías caras y de calidad inferior.
Si eres una persona impresionable, no sigas leyendo.

Breve catálogo de criaturas terroríficas linuxeras

El bobizón

A diferencia del lobizón no ataca solo los viernes de luna llena. Tenemos que sufrirlo todos los días. Tampoco afecta solo a los séptimos hijos varones ya que no hace distingos entre sexo o ubicación en el árbol genealógico.

El bobizón probó Linux durante diez minutos en el año 95 y como la impresora no le anduvo a la primera, decidió que no servía para nada. Que buscando en Google hubiera podido solucionar el problema y que Linux tuvo un cuarto de siglo para evolucionar no se le pasa por la cabeza. Lo inviten o no aprovecha cualquier foro, blog o grupo de WhatsApp para explicar por qué Windows es mucho mejor y las razones por la cual nunca podrá instalarle Linux a su tía.

De más está decir que de ninguna manera incluyo en esta categoría a quienes habiendo probado ambos sistemas operativos decidieron que Windows es mejor y expresan su opinión con respeto.

El zombi

Tiene características comunes con el bobizón pero se diferencia de este en que su motor es la pereza en vez de la necedad. El zombi aprendió a hacer las cosas de una manera y no hay manera de que la cambie.

Hay dos categorías de zombis, los profesionales y los usuarios domésticos. Los profesionales se pueden encontrar en los servicios de reparación de ordenadores, en los soportes técnicos y entre los diseñadores web.

En el primer caso, si les llevas un ordenador con Linux lo primero que harán es instalarle Windows para hacer las comprobaciones. Comprobaciones realizadas por un software pirateado y publicado en 2007.

Tuve un encontronazo con un zombi en el soporte técnico de mi proveedor de Internet. Como no le quise decir que usaba Linux le contesté que mi sistema operativo era Windows 10 (Llevaba un año de publicado). Su respuesta fue que instalara Windows 8 y volviera a llamarlo. (En Windows 10 el procedimiento se hacía igual que en Windows 8.

El zombi diseñador web tuvo una mutación. En el comienzo, como no quería tomarse la molestia de aprender los estándares web solo hacía sitios compatibles con Internet Explorer y, si intentabas entrar con otro navegador te salía un aviso de que cambiaras a Explorer.

Un caso famoso fue el de un fabricante de servidores que quiso venderle uno a la empresa desarrolladora del navegador Opera.  Cuando los responsables de la compra quisieron acceder a la interfaz web no pudieron. Revisando el código se encontraron con una instrucción que bloqueaba específicamente ese navegador.

El cambio de hábitos en los consumidores los obligó a una adaptación y hoy solo hacen sitios compatibles con Google Chrome.

Tenemos zombis también entre los usuarios domésticos de Linux. Odian la distribución o el software que usan, pero, les da pereza buscar algún otro que se adapte a sus necesidades.

El vampiro

Nuestros vampiros no consumen sangre, pero drenan recursos ya sea emocionales o digitales. En este caso hay dos clases de vampiros, los humanos y las aplicaciones.

El mejor ejemplo de vampiro humano es el que en otro artículo definimos como el niño mimado.  En cuanto uno le presta un poco de atención la exigirá en forma completa. Si tiene un problema hay que responderle enseguida y si es posible ir a su casa y hacer todo por él.

Con respecto a los vampiros digitales, afortunadamente en Linux no tenemos algo parecido al Norton Utilities cuya toma de posesión de discos rígidos completos hace palidecer al más curtido de los exorcistas. Sin embargo, el uso de RAM del navegador Google Chrome o de aplicaciones basadas en Electrón los hace ingresar de lleno en la categoría.

En mi opinión, también hay que incluir al gestor de Contenidos WordPress. La manía de los desarrolladores de exigir el uso de complementos no estándares para instalar temas ocupan cada vez más recursos de los servidores.

La viuda negra

La viuda negra primero te seduce con promesas de llevarte al paraíso, pero, cuando te das cuenta terminaste en los infiernos. Algunas viudas negras son:

    • Redes sociales que te prometen contactarte con amigos y terminan vendiendo o permitiendo que se filtren tus datos personales,
    • Portales de compraventa que aseguran conectarte con millones de clientes, pero terminan cobrándote por todo y dándole prioridad a quienes contratan publicidad o pagan mayores comisiones.
    • Sistemas operativos que te aseguran compatibilidad, pero terminan el soporte sin aviso y si quieres actualizarte te obligan a comprar nuevo hardware.

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