Linux Adictos Diego Germán González  

¿Deberíamos dar por muerta a OpenOffice?

Aunque todavía cuenta con muchos usuarios, hay quién cree que debemos dar por muerta a OpenOffice

En el apartado de borradores de este blog hay uno mío sobre cómo instalar un determinado software, no me decido a borrarlo porque se trata de uno de los títulos más emblemáticos del código abierto, pero tampoco a escribirlo porque su desarrollo va a paso de tortuga. Así, les traslado la pregunta ¿Deberíamos dar por muerta a OpenOffice?

Los desarrolladores de LibreOffice parecen pensar que sí y no se privan de decirlo en su cuenta de Twitter.

Hoy se cumplen nueve años desde la última gran actualización de OpenOffice (4.1). Si todavía lo está usando, pero quiere algo más actualizado, ¡eche un vistazo a LibreOffice! Está basado en OpenOffice y también es gratuito y de código abierto, pero con grandes mejoras y muchas correcciones:

Un poco de historia

OpenOffice tiene una larga historia en el mundo del software. Sus orígenes se remontan al año 1985 cuando una empresa alemana llamada StarDivision liberó una suite ofimática llamada StarOffice. Una década después, StarOffice se había convertido en la alternativa económica a Microsoft Office.

Cuando Sun Microsystem adquirió StarOffice decidió liberar el código fuente bajo el nombre de OpenOffice.org.  El proyecto pronto formó una comunidad de desarrolladores y aparecieron versiones para otros sistemas operativos como Mac o Linux. StarOffice se basaba en el código de OpenOffice pero incluía mejoras implementadas por Sun.

La mayoría de las distribuciones Linux incorporaban una versión de OpenOffice con mejoras realizadas por Novell conocida como OpenOffice Go. Tiempo después IBM lanzó su propio fork con una interfaz mejorada y el agregado de un navegador. Se conoció como Lotus Simphony.

En el año 2011 Oracle adquirió Sun Microsystem y puso en dudas su apoyo a distintos proyectos de código abierto hasta ahora apoyados por Sun. La mayor parte de los desarrolladores de OpenOffice decidió independizarse y crear un fork conocido como LibreOffice. Posteriormente crearían una entidad bajo las leyes alemanas conocidas como The Document Foundation. La primera versión de LibreOffice incorporó al desarrollo principal las mejoras de OpenOffice Go.

Bajo la influencia de IBM, Oracle cedió el código a The Apache Foundation donde fue continuado por aquellos desarrolladores que no se pasaron a LibreOffice.

¿Deberíamos dar por muerta a OpenOffice?

Durante mucho tiempo, como bloguero, cubrí los lanzamientos de ambos proyectos. Sin embargo, cada vez me resulta más difícil juntar el mínimo de palabras que deben tener los artículos de LinuxAdictos. Los mails de anuncios de actualizaciones son cada vez más espaciados y cada vez menos relevantes.

Les dije al principio que estaba escribiendo un tutorial de instalación, no lo terminé porque para instalarla y hacer capturas de pantalla teníaque desinstalar LibreOffice, y, francamente no encontré razones para tomarme la molestia.

Con respecto a la pregunta del título, desde LibreOffice sostienen que Apache OpenOffice no cuenta con los desarrolladores suficientes como para garantizar la corrección de problemas de seguridad. Sin embargo, desde OpenOffice reivindican que siguen teniendo un número de usuarios de varios millones lo que sigue justificando la continuidad del proyecto.

Las cosas no quedaron bien entre ambas comunidades, aunque me consta que, al menos al comienzo, colaboraban en la detección y corrección de errores.

En lo personal creo, que ya no se justifica su existencia. No solo por sus propias carencias sino porque existen muchas alternativas a LibreOffice que podemos instalar sabiendo que tenemos actualizaciones. Estas alternativas son tanto de software libre como privativo.

Algunas de ellas son:

  • Calligra Suite: Bajo el paraguas del proyecto KDE tenemos esta suite ofimática y de diseño gráfico que incluye un procesador de textos, una planilla de cálculo, un gestor de base de datos y un programa de presentaciones. Además ofrece un gestor de proyectos y un editor de gráficos vectoriales.
  • Abiword/Gnumeric: En los repositorios de Linux encontramos a un procesador de textos y una planilla de cálculo desarrolladas por el proyecto GNOME. Se instalan de manera independiente.
  • Documentos de GNOME: No es una suite ofimática, sino un visor que permite mostrar, organizar e imprimir documentos creados y alojados con Google Docs y Microsoft 365

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