¿Distribuciones comunitarias o comerciales? No es tan sencillo
¿Distribuciones comunitarias o comerciales? ¿Con cuáles te quedas? No respondas todavía, porque el tema tiene más miga de la que parece a simple vista. De hecho, la línea que separa a las unas de las otras es tan fina que se desdibuja a menudo y no solo eso: es fácil confundir unas con otras, porque ni siquiera todas las que se sitúan en las mismas categorías, son iguales.
El debate lo encuentro en Reddit, en el canal de openSUSE, donde un usuario lanza la cuestión: distribuciones corporativas vs comunitarias. Cono se ve, ahí está ya la primera diferencia entre su planteamiento y el mío, ya que considero que el término «corporativo» no engloba bien el significado que se le quiere dar. Al fin y al cabo, nos referimos a distribuciones dirigidas y gestionadas por comunidades y o por empresas ¿no?
Siguiendo con el comentario en Reddit, se sustenta en el clásico argumento de que las empresas solo buscan beneficios, lo cual es cierto, y que por eso conviene usar distribuciones comunitarias, donde se le da más importancia a los usuarios, lo cual… no es tan cierto, o no es tan sencillo de despachar. ¿Las empresas anteponen sus intereses a los de sus usuarios? Pues sí y no, porque desairar a los usuarios tampoco parece la mejor estrategia para retenerlos. Pero de todo hay. No cabe duda de ello.
De hecho, el comentario de este usuario viene a cuento de los últimos y controvertidos movimientos de Red Hat con la licencia GPL y, por ende, con el código abierto, y que enfadaron a muchos usuarios. Entre otros, a usuario de Fedora, alguno de los cuales con amago de espantada incluido… ¿hacia dónde? Pues hacia distribuciones «comunitarias» como Arch Linux, Debian, Linux Mint… Y así es como abrimos un poquito más este particular melón.
En primero lugar, introduciendo las distribuciones comunitarias bajo el ala de empresas, como Fedora u openSUSE, que sí, son distros comunitarias, pero en última instancia dependen de empresas. A razón de este ejemplo, Red Hat y SUSE no solo proveen de infraestructura y pagan sueldos de gente que trabaja en Fedora y openSUSE, sino que se que suelen reservar asientos en los órganos de dirección de estos proyectos e incluso la prerrogativa de aplicar decisiones inapelables de carácter estratégico.
Otros ejemplos que ilustran esto último incluirían el que dio original a todo el follón en el que se ha metido Red Hat, como fue acabar con la trayectoria de una distribución considerada también como comunitaria, como fue CentOS; o algo más sencillo y reciente, como fue la prohibición por parte de Canonical de preinstalar el soporte de Flatpak y Flathub en ediciones oficiales de Ubuntu como Kubuntu, Xubuntu y cía, consideradas de igual modo iniciativas comunitarias.
Y en este punto entra alguien a decir que esas distribuciones, dependientes de empresas como Fedora, openSUSE, Ubuntu y familia, etc, no son en realidad distribuciones comunitarias, o no lo son con todas las atribuciones que uno esperaría encontrar en un proyecto que se denomina como comunitario, como dirigido por una comunidad de usuarios. ¿Qué distribuciones comunitarias nos quedan, entonces?
El comentario del usuario este de Reddit que inicia la conversación menciona a Arch Linux y Debian, posiblemente los dos proyectos comunitarios más importantes del ecosistema Linux: por su organigrama y por cómo se eligen los cargos que lo componen, pueden considerarse así, como proyectos comunitarios, aunque incluso entre ellos hay diferencias. Sin ir más lejos, quiénes gestionan los derechos de la marca en uno y otro caso. Por otro lado, no se va mucho de cómo funcionan otras distribuciones como Fedora u openSUSE.
¿Es Linux Mint una distribución comunitaria, como dice también ese usuario? No. No lo es. Como si lo dice la propia distribución, que no lo es. No importa que el proyecto se describa a sí mismo como «It’s community-driven. Users are encouraged to send feedback to the project so that their ideas can be used to improve Linux Mint». Yo por lo menos no conozco a ninguna distribución Linux que no «anime a los usuarios a enviar comentarios al proyecto para que sus ideas puedan utilizarse para mejorar».
Incentivar la colaboración en torno a un proyecto no lo convierte en algo dirigido y gestionado por la comunidad. Ubuntu tiene comunidad de usuarios, como la tiene Red Hat… como la tiene macOS o Windows. Tener una comunidad de usuarios en torno a tu actividad, tener en cuenta a esta comunidad, no lo convierte en un proyecto comunitario. Linux Mint tiene una comunidad muy potente y es un proyecto bastante transparente con lo que ganan y lo que hacen, pero en términos prácticos funciona como una empresa liderada desde sus inicios por Clement Lefebvre.
Hay más ejemplos de distribuciones que aparentemente son comunitarias, porque cuentan en parte importante con el impulso de la comunidad para su desarrollo o promoción, que en realidad no lo son. ¿Manjaro es una distribución comunitaria? ¿Zorin OS? ¿elementary OS? ¿Slackware? No voy a entrar en los pormenores de cada una de estas y de otras porque este artículo no terminaría nunca, pero desde luego que parece que se alineen por completo a lo que se supone que significa el término.
Si una distribución Linux está dirigida por una única persona o por un grupo reducido de personas durante toda su trayectoria, esas personas son inamovibles de su posición, controlan los ingresos generados por el proyecto -aunque sean transparentes con ellos- y además tienen la última palabra en la dirección del mismo -aunque tengan en consideración las opiniones de su entorno- … ¿eso es un proyecto comunitario? Si lo es, convienen matizar más las cosas porque no está nada claro.
¿Es más comunitaria una distribución como Linux Mint que una como Fedora, que tiene por encima a una gran empresa que la mantiene? ¿Es menos comercial una distribución como Zorin OS que una como Ubuntu porque el dinero que ingresa es mucho menor? Por supuesto que unas tienen más en cuenta la opinión de la comunidad que otras, por supuesto que hay proyectos pequeños que son los que son y hacen lo que pueden o que, como se indica en el titular, es todo un poco más complicado que poner una etiqueta y echar a correr.
Es más, de carecer de intervención económica de una u otra manera por parte de empresas, ni Arch Linux ni Debian estarían donde están, y ojo que de lo que ingresa una a la otra hay un trecho importante en favor de la segunda (es cierto que de unos años a esta parte los ingresos directos de empresas se han reducido. Ingresos directos, repito). Aunque justo en estos dos casos el problema no es tanto el dinero que reciben como la falta de contribuciones altruistas que necesitarían, algo que puede sonar contradictorio en un principio, pero que no lo es.
Pero no es este último el tema del artículo, aunque tenga su relevancia. La cuestión de fondo es la fina línea que separa las distribuciones comerciales de las comunitarias, cuando la separa, que esa es otra. Si solo Arch Linux y Debian son distribuciones puramente comunitarias, porque Fedora y openSUSE están vendidas… Si Linux Mint es una distribución comercial, como lo es Red Hat Enterprise Linux… No es tan sencillo ¿eh?
Imagen: Pixabay
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