Guía de supervivencia básica para Ubuntu 17.10
Ya está disponible Ubuntu 17.10. En esa breve nota os adelantábamos ayer la descarga de este lanzamiento tan esperado. No nos extendimos porque la verdad es, ¿qué os podemos contar que no os hayamos contado ya? Prácticamente nada, así que nos repetiremos con especial énfasis en quienes están por dar el salto y no las tienen todas consigo.
No esperéis por lo tanto el típico parte de novedades que solemos publicar con cada versión, porque esta no es una versión cualquiera. Aunque parezca contradictorio Ubuntu 17.10 viene con novedades históricas, pero lo fugaz de su soporte y los cambios que se avecinan para su próximo lanzamiento hacen de Artful Aardvark un trámite necesario, como en su momento lo fue Ubuntu 11.04. Poco más.
Este mismo lunes hacíamos repaso a lo que significa Ubuntu 17.10 Artful Aardvark. Un hito que comienza con el reinicio del abecedario para el nombre en clave de la versión, que continúa devolviendo al escritorio GNOME a una posición de la que no gozaba desde hace años y que termina introduciendo dos cambios de calado para los usuarios de PC: imágenes de instalación en vivo solo para 64-bit y Wayland por defecto como compositor gráfico.
Por lo demás el resto de novedades a destacar serían el kernel Linux 4.13 y GNOME 3.26, además de las escuetas modificaciones que le han hecho al escritorio los desarrolladores de Ubuntu, de las cuales también hemos comentado por aquí las más señaladas: panel visible a la izquierda, botones de ventana a la derecha, iconos de sistema en la barra superior… Tal y como dijeron, querían respetar la experiencia GNOME Shell en todo lo posible, y con cambios mínimos, así ha sido.
Entonces, ¿a qué viene una guía de supervivencia? Es solo un titular, cuya importancia reside en comentarios y consejos muy especícficos, destinados, cabe repetir, a quienes no las tengan todas consigo. Que nadie se engañe, porque Ubuntu sigue siendo la distro facilona de siempre. Sin embargo, hay ciertos puntos a los que hay que prestar atención.
Nuevos usuarios y usuarios de Ubuntu LTS
Vamos a comenzar acogiéndonos a nuestro lema: mejor LTS. Así que la primera recomendación para nuevos usuarios que no necesiten del último kernel por motivos de soporte de hardware es, mejor idos a por Ubuntu 16.04.3 LTS (Linux 4.10, tampoco es viejo) y disfrutad de una experiencia realmente estable y duradera. Y los que ya estáis ahí, quedaos, como muy pronto hasta que a finales del año que viene se lance Ubuntu 18.04.1 LTS, porque ese será el momento ideal para dar el salto con las mayores garantías.
Usuarios de Ubuntu 17.04
En este caso la actualización sí es pertinente porque el soporte se le acaba en breve a Ubuntu 17.04. El proceso, el de siempre: el sistema ofrecerá la actualización a través del gestor de software y si no se ha revuelto mucho con los repositorios, no debería ocasionar problemas. Aun así, es más recomendable instalar de cero y en cualquiera de los dos supuestos, con copias de seguridad por delante.
Según explicó uno de los desarrolladores de Ubuntu, la actualización desde Ubuntu 17.04 con Unity dará como resultado un sistema con GNOME con sesiones para X.Org y Wayland, pero se respetan los paquetes ya instalados y todavía presentes en los repositorios, por lo que Unity seguirá disponible en el menú de sesión (solo para X.Org, claro).
Nuevas instalaciones de 32-bit
No tiene ningún sentido instalar Ubuntu 17.10 en un sistema de 32-bit, porque el resto de familia -del que no hemos comentado apenas nada porque los cambios se reducen a actualizaciones de sus respectivos escritorios- conserva el soporte y sin duda es más lógico instalar algo acorde a la potencia de la máquina, como Ubuntu MATE o Xubuntu, a instalar Ubuntu con GNOME que es el que más consume por mucho.
No obstante, si las ganas superan a la razón es posible instalar Ubuntu en 32-bit con la imagen Netboot (descarga directa para 32-bit) y a partir de ahí construir el sistema que se desee, por ejemplo con Unity como entorno de escritorio. Otra posibilidad es instalar un sabor oficial en 32-bit e instalarle encima GNOME o Unity. La cuestión es si merece la pena.
Nuevas instalaciones con Unity
Vuelta a lo mismo: no hay medio de instalación con Unity, pero con la imagen Netboot de 32 o 64 bits es posible hacerlo. El proceso de instalación es algo más complejo que el estándar de Ubuntu y requiere de buena conexión para que no se demore en exceso, pero está al alcance de cualquiera que le dedique unos minutos.
Una alternativa más accesible es instalar por ejemplo Lubuntu, espartano donde los haya en lo que a basurilla se refiere, y encima Unity. Con un comando basta:
sudo apt install unity lightdm
Instalación y configuración básica
A ojo de buen ubuntero pocas cosas han cambiado en lo que respecta a instalar y configurar en lo básico Ubuntu 17.10, de manera que los consejos de siempre siguen valiendo en su mayoría, con una excepción destacada: GNOME Tweak se convierte en la herramienta indispensable para quienes gustan de personalizar su escritorio (en los repositorios lo encontraréis).
¿Wayland o X.Org?
Terminamos con un dilema, pues Wayland es el futuro y con él GNOME Shell se mueve con la elegancia de un bailarín. El problema es que no todas las configuraciones de hardware reaccionarán igual, ni todas aplicaciones están adaptadas al nuevo estándar. Y muchas nunca lo estarán. Un ejemplo doloroso, al menos por el momento, es el gestor de paquetes Synaptic. Olvidaos de usarlo con Wayland.
Y con los juegos aún está más crudo el tema. Pero la solución está en el mismo menú de sesión y es tan sencilla como elegir la sesión que mejor funcione.
Hasta aquí nuestra “guía de supervivencia básica para Ubuntu 17.10”. Si queréis complementarla los comentarios son vuestros, pero tenemos que advertir que fiel al viejo dicho de aunque la mona se vista de seda, mona se queda, Ubuntu ha cambiado mucho menos de lo que tanta palabra da a entender, y eso es positivo.
Ahora a poner a prueba al “cerdo hormiguero ingenioso” (algo así se supone que significa Artful Aardvark). Otra historia, que os contaremos otro día.