Kubuntu también da el paso: adiós a los 32-bit
No hay dos sin tres, se suele decir, y después de los anuncios de Ubuntu MATE y Budgie llega el de Kubuntu, que también dice adiós a los 32-bit.
Lo confirman en la lista de correo de la distribución y lo cierto es que no debería sorprender a nadie, porque si el año pasado fue la edición oficial de Ubuntu la que se despidió de la vieja arquitectura, este 2018 se han sumado al cambio, de momento, tres de los sabores oficiales de la distribución de Canonical. Ubuntu MATE y Budgie fueron los primeros en anunciarlo y ahora hace lo propio Kubuntu.
En plata, la próxima versión de Ubuntu, la 18.10, con lanzamiento previsto para el octubre que viene, no ofrecerá instaladores para 32-bit en el caso de Ubuntu, Kubuntu, Ubuntu MATE y Ubuntu Budgie, por lo que solo faltan Xubuntu y Lubuntu -esta última ya con el escritorio LXQt al frente- por pronunciarse. ¿Lo harán en el mismo sentido? No se sabe, porque precisamente estas dos ediciones suelen ser las más recomendadas para equipos con menos recursos, pero puede pasar de todo en los meses que restan.
Menos del 10% de los usuarios de Ubuntu MATE ejecutan las imágenes i386 (Intel de 32 bits). De los que sí lo hacen, gracias a la reciente introducción de un informe de telemetría durante instalación, muchos eligen instalar las imágenes i386 en el hardware amd64 (Intel de 64 bits).
Con estas palabras justificaban los desarrolladores de Ubuntu MATE su decisión, que con toda probabilidad es extrapolable al resto de sabores que están dando el paso. Tanto en el caso de Ubuntu Budgie, que usa las aplicaciones y servicios de GNOME, como en el de Kubuntu, que a pesar de su ligereza para tratarse de un sistema tan moderno y potente, está más bien enfocado a equipos actuales.
No obstante, que no cunda el pánico. Aquellos usuarios que todavía utilicen hardware obsoleto dispondrán de versión de 32-bit hasta 2023, todo lo que dure el ciclo de vida de Ubuntu 18.04 LTS. En este tiempo, además, se lanzarán hasta cinco actualizaciones de mantenimiento, de manera que las nuevas instalaciones tienen el soporte asegurado. Por otra parte, quienes se empeñen en seguir con los 32-bit y no deseen abandonar el paraguas de Ubuntu es muy probable que en la instalación por red encuentren la solución.
Pero haceos a la idea: los 32-bit están en vías de extinción.
Vía OMG! Ubuntu!