Los deseos no cumplidos. Tecnologías que no alcanzaron todo su potencial
Hoy me levanté con ganas de examinar el futuro y revisar el pasado. Ahora llegó el momento de analizar aquellas predicciones de éxito que no se cumplieron. Pero, quiero hacer una salvedad. Que una tecnología o producto tecnológico no haya alcanzado éxito en un momento determinado, no debería llevarnos a descartarlos. Puede que el consumidor no esté maduro para aceptarlo, o que no existan los medios de fabricación adecuados. Incluso, aunque esa tecnología o producto nunca prosperen, pueden ser el punto de partida para otros que si lo hagan.
La lista de deseos no cumplidos
El año de Linux en el escritorio
Lo pongo yo, antes de que algún infiltrado lo haga en el formulario de comentarios y se desate la guerra.
Al principio muchos linuxeros no estuvieron de acuerdo con la idea de una interfaz gráfica. Al creador de KDE llegaron a decirle que si quería gráficos se comprara una Mac. Luego fueron apareciendo Gnome, XFCE y todos los demás.
¿Los motivos de que nunca se lograra más del 2% del mercado? En primer lugar, la estrategia inteligente de Microsoft de hacer la vista gorda ante la piratería de los usuarios domésticos y de usar su fuerza de marketing para imponerlo en empresas, organismos públicos e instituciones académicas.
Para cuando Linux llegó a tener un escritorio razonablemente utilizable por los usuarios domésticos, ya la mayoría no tenía razones prácticas para cambiar de sistema operativo.
A esto hay que sumarle la enorme dispersión de esfuerzos en diferentes proyectos de escritorio y aplicaciones y a algunos desarrolladores que creen saber mejor que los usuarios que es lo que estos necesitan.
El hardware convergente
Existen muchos proyectos interesantes de convergencia por vía de software. Los desarrolladores de KDE y PinePhone tienen algunos logros en ese tema.
Sin embargo, la idea del hardware convergente (terminales que se comportan como smartphone o computadoras según estén conectados o no a un monitor y teclado) parece que no despierta el mismo interés del pasado.
Ubuntu, después de haber fracasado en conseguir financiamiento para construir su propio equipo híbrido, y de no haber conseguido demasiado éxito trabajando con proveedores externos, decidió tirar la toalla. Y las grandes empresas como Microsoft, Apple y Google tampoco siguen apostando al tema.
En mi opinión, el fracaso del hardware convergente se debe a que resulta demasiado caro para el usuario. Es mucho más barato tener el contenido en la nube y utilizarlo en la computadora, tableta, televisor inteligente o smartphone según se necesite.
El uso de la realidad aumentada
Allá por el año 2010 los especialistas aseguraban que la realidad aumentada (capas de contenido virtual que se superponen en el mundo real e interactúan con él) sería una tecnología con la que tendríamos que convivir diariamente. Salvo el fugaz éxito de Pokemon Go y algunos absurdamente caros modelos de gafas, eso no se produjo,
Creo que esto se debe a que la tecnología no está lo suficientemente madura para reemplazar a las alternativas.
Las criptodivisas reemplazando al dinero de papel
Desde la aparición del Bitcoin, la tecnología de cadena de bloques se ha propuesto como la solución a todo, salvo para la calvicie. La realidad es que, aunque hay muchos proyectos interesantes, ninguno ha resultado comercialmente rentable ni ha alcanzado el estatus de masivo.
Con respecto a las criptodivisas, hay mucho en que decir en su favor, pero es ilusorio pensar que los gobiernos van a renunciar al control del volumen de la moneda circulante para cedérselo a un algoritmo. Y, si tienes padres o abuelos que todavía no confían en el cajero automático, imagínate lo que sería convencerlos para que cobren la pensión en Bitcoins.
Los vehículos sin conductor
No puedo hablar por los demás cortos de vista, pero si pudiera pedir un solo deseo relacionado con la tecnología, sería tener un vehículo de autoconducción. Me salvaría del insufrible transporte público de Buenos Aires y no tendría que aguantarme la insoportable charla política de los taxistas. Lamentablemente voy a tener que seguir caminando por un largo tiempo.
Aunque se reportaron grandes avances en este tema (y la mayoría de los accidentes producidos en este tipo de vehículos parecen ser por falla humana) todavía no es una tecnología lo suficientemente madura para dejar que funcione sin supervisión humana por las calles.