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Reglas y consejos para realizar copias de seguridad en Linux

backup, copia de seguridad

Existen muchas amenazas para tus datos. Y aunque el malware no es tan frecuente para sistemas GNU/Linux, eso no significa que no exista riesgo de ransomware. Además de eso, puede haber cualquier tipo de error de software que corrompa los datos, que un disco duro falle, incendios, inundaciones, caídas, cortes del suministro eléctrico, etc. Por eso, deberías pensar en hacer copias de seguridad para que estos problemas no te pillen desarmado y cuentes con un respaldo para poder recuperar toda esa información (o la mayoría de ella).

Más aún cuando estás teletrabajando. Ahora, con la pandemia, todas las personas que trabajan desde casa, seguro que se han visto obligadas a tener datos fiscales, datos de clientes, documentos de la empresa, etc., todo en su PC. En estos casos, los motivos para realizar copias de seguridad son mucho más fuertes que para un usuario doméstico. De hecho, mientras más relevantes sean los datos que manejas, mayor debe ser la frecuencia de las copias de seguridad que haces…

En otros artículos de LxA ya se ha comentado sobre multitud de programas con los que hacer copias de seguridad en GNU/Linux, además de algunos tutoriales para mostrar de forma práctica como se realizaban. Esta vez será algo más teórico, pero no por ello menos importante. Y son una serie de reglas o consejos para realizar los backups de forma segura y correcta.

Regla Backup 3–2–1

Es una regla muy sencilla de recordar y que funciona muy bien para las copias de seguridad. Consiste en:

  • 3: haz tres copias diferentes de la información. A ser posible, que sea en medios fiables. Es decir, evita usar discos ópticos, que se pueden rayar o estropear con los años.
  • 2: almacena dichas copias de seguridad en al menos dos medios diferentes. Es decir, no lo apuestes todo a un mismo medio de almacenamiento, o si ese medio tiene problemas, también lo perderías todo.
  • 1: almacena una de las copias en un lugar diferente. No todas las copias de seguridad deben estar en un mismo lugar guardadas. Imagina que ese lugar se inunda, se incendia, o se produce un robo. En ese caso, siempre tendrás otra copia en otro lugar diferente. Resulta extraño que ese otro lugar también corra la misma suerte…

Esta regla funciona tan bien por simple probabilidad y ubicación:

  • Imagina que un disco duro falla 1 vez cada 100.000 horas, por poner un ejemplo. Pues si tienes dos copias en dos discos diferentes, la probabilidad de que tus datos se vean afectados sería de 1 entre 10.000.000.000.
  • Al separar físicamente los backups, se evitan que problemas de incendios, robos, inundaciones, etc., acaben con todas las copias de seguridad existentes.

Conejos para las copias de seguridad

Además de seguir esa regla, también existen otros consejos que deberías tener presente a la hora de aplicar una buena política de copias de seguridad en tu hogar y trabajo, y así no tendrás que lamentar que tus datos se han perdido cuando algo ocurra:

  • ¿Qué tipo de backups me conviene? Piensa en el tipo de copias de seguridad que más te convienen:
    • Completa: así debería ser la primera copia de seguridad, ya que no tienes nada copiado previamente. Es decir, es u tipo de copia de seguridad que hace una copia integral, con todos los datos. Evidentemente, será un tipo de copia de seguridad que ocupará más espacio, y tardará más en hacerse, por lo que solo se recomienda de forma puntual. Por ejemplo, la primera vez, cuando se cierran las oficinas al terminar la semana, previo a las vacaciones, etc.
    • Incremental: solo se copian los archivos que hayan sido modificados desde la última copia tras una copia completa. Es decir, comparará los datos de la fuente y los datos del destino, y solo copiaría los que hayan cambiado según su fecha de modificación. Por eso, tarda menos tiempo en realizarse, ocupa menos al no crear duplicados de todos los datos.
    • Diferencial: es similar a la incremental la primera vez que se lleve a cabo. Es decir, realizará solo la copia de los datos que hayan cambiado o se hayan modificado desde la última copia de seguridad. En cambio, las sucesivas veces que se ponga en marcha, seguirá copiando todos los datos que hayan cambiado desde la copia completa anterior, por lo que llevará más tiempo y ocupará más que la incremental.
  • Calendario: diseña un plan de copias de seguridad o programa backups automáticos cada cierto tiempo. La frecuencia dependerá del ritmo de creación de nuevos datos y de la importancia de los mismos. Por ejemplo, si eres un usuario doméstico podrías relajar un poco la política. En cambio, si los datos son muy importantes, como los empresariales, entonces las copias deberían ser mucho más frecuentes para evitar que desde la última copia de seguridad hasta que se produjo el problema, haya una diferencia considerable y se hayan perdido datos importantes.
  • Registros: si los has automatizado, no des nada por hecho. Revisa los registros para ver si realmente se están realizando. Puede que algo haya ocurrido y que estés tranquilo de que se realizan y no sea así.
  • Verificación: verifica las copias una vez se completen. No basta con hacerlas, debes comprobar que son correctas y consistentes, que no están corruptas.
  • Cifrado y compresión: dependiendo de cada usuario, puede que se deban comprimir los datos para ocupar menos espacio y cifrarlos para evitar el acceso a terceros. En cambio, estas prácticas tienen sus riesgos y coste de recursos y tiempo. Al cifrar, se podría olvidar la clave, por lo que se te impediría acceder a ellos también, o durante la compresión, se podría corromper el paquete comprimido, etc. Por eso, antes de realizarlo, deberías pensar muy bien si te conviene.
  • Saber dónde están tus datos: lo ideal son copias de seguridad locales, pero en ocasiones se necesita usar los sistemas de almacenamiento en la nube para los backups. Deberías elegir un servicio seguro y de confianza para ello, a ser posible con centros de datos en la UE.
  • Plan de recuperación de desastres: deberías tener una ruta marcada para saber cómo actuar cuando se produce un desastre y necesitas restablecer el sistema de emergencia. Dejar todo a la improvisación no es una buena idea. Más aún cuando se trata de una empresa que debe dar un servicio urgente a sus clientes.

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