System76 es el protagonista involuntario de la semana. La compañía estadounidense daba a conocer un poco de tapadillo que estaban trabajando en la creación de su propio escritorio en Rust, noticia que era rápidamente ofuscada por, atendiendo a la coincidencia temporal, una pataleta por parte del entorno de GNOME, que la acusa de ser un colaborador tóxico.

Así las cosas, mientras que la noticia interesante de verdad era la primera, ha sido la segunda la que ha terminado acaparando la mayor parte de la atención de la comunidad y los medios… porque, ya se sabe, los malos rollos venden más; pero también porque no parece haberse resuelto el conflicto como se anticipaba, esto es, con el supuesto pecador retratado y sentenciado como pretendían sus acusadores.

La historia se entiende mejor recuperando el artículo de marras en el que desde GNOME se acusa a System76 de ser un colaborador tóxico, aportando diferentes ejemplos de esa toxicidad que van, tal y como recogimos, de meros malentendidos a posturas encontradas en materia de usabilidad y diseño que en última instancia chocan contra el muro que manda, que no es otro que el del propio GNOME.

Pero ojo a ese desde GNOME, porque es literal: el ‘ataque’ hacia System76 no está respaldado por GNOME como organización, y de hecho se cuenta en los mentideros del entorno que hubo quien se opuso a su publicación, aun cuando esta se hace a título personal y descargando responsabilidades; sin embargo, nadie lo ha entendido como un ‘ataque’ personal, sino como un ‘ataque’ desde GNOME. Y entrecomillamos lo de ataque por lo obvio.

Lo obvio, en el caso de que se te haya escapado, es que ese ‘ataque’ desde GNOME acusa a System76 de ser un colaborador tóxico, lo cual no equivale por entero a ser un mal colaborador. Es decir, las quejas que recoge el desarrollador de GNOME incluyen algunos malos gestos, pero la mayoría son derivados de discusiones en torno al desarrollos en los que están involucrada una empresa que, no lo olvidemos, es miembro del Consejo Asesor de GNOME Foundation.

Como también dijimos, System76 no suele callarse y la respuesta ha llegado al blog oficial de la compañía, no como réplica directa, sino como un completo repaso a sus contribuciones y colaboraciones con el entorno de GNU/Linux en general, a destacar GNOME, GTK, Coreboot, Rust, el kernel Linux y otros proyectos. Por lo tanto, no han entrado al trapo: simplemente se han limitado a recordar que llevan ahí su tiempo.

Con todo, tampoco parecía que les hiciera mucha falta contraatacar, pues a diferencia de lo que ha ocurrido muchas otras veces, System76 ha aguantado el tirón social con bastante holgura, todo a cuenta de una organización como GNOME, conocida por ser poco transigente con los intereses de quienes dependen de sus tecnologías. O, dicho de una forma más llana, a GNOME le ha pesado más la soberbia pasada que los argumentos presentes.

O así lo he percibido yo en los diferentes foros en los que me he encontrado con este tema de discusión.