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Waterfox vs LibreWolf: diferencias reales y cuál te conviene si Firefox se pasa a la IA

Waterfox vs. LibreWolf

Cuando empiezas a mirar navegadores basados en Firefox, es fácil perderse entre tantos nombres: Waterfox, LibreWolf, Mullvad, Floorp, forks por todas partes. Si vienes del Firefox “de toda la vida” y estás buscando algo más rápido, privado u optimizado, es normal que te preguntes cuál de todos elegir.

Además, hay mucho ruido alrededor: que si Librewolf es lo más privado, que si Waterfox tiene funciones extra como Oblivious DNS, que si usando forks perjudicas a Firefox frente al monopolio de Chromium… En medio de tantas opiniones, lo lógico es querer una explicación clara, ordenada y en buen castellano que te ayude a decidir con cabeza.

Waterfox vs LibreWolf: contexto y filosofía de cada proyecto

Aunque ambos son forks de Firefox, Waterfox y LibreWolf no nacen con el mismo objetivo. Comparten base (el motor Gecko y buena parte del código de Firefox), pero su filosofía y forma de gestionarse es muy distinta.

LibreWolf es un proyecto impulsado por la comunidad cuyo foco principal es la privacidad y seguridad por defecto. Su idea es que el usuario no tenga que ir tocando mil ajustes, instalando listas, leyendo guías tipo arkenfox, etc. Te lo dan todo ya endurecido para minimizar fugas de datos y conexiones innecesarias, incluso aunque eso implique sacrificar comodidad.

Waterfox, en cambio, nació con un enfoque más cercano a rendimiento, compatibilidad y control del usuario. Con el tiempo ha ido incorporando mejoras de privacidad y características extra (como soporte para ciertas funciones antiguas, decisiones distintas en cuanto a telemetría o motores de búsqueda), pero no se vende como el fork “paranoico” sino como una variante de Firefox más respetuosa y flexible.

Un matiz importante es que en Waterfox hay una entidad legal clara detrás del proyecto, mientras que LibreWolf funciona como proyecto comunitario clásico. Esto, como veremos, tiene implicaciones en la cuestión de la confianza, el soporte y la responsabilidad legal.

Interfaz y experiencia de uso diaria

A nivel de apariencia, los dos se parecen mucho a Firefox. No vas a encontrarte un cambio radical de diseño, más bien pequeños ajustes pensados para limpiar distracciones o mejorar el flujo de uso.

En el caso de LibreWolf, la interfaz es prácticamente la misma que la de Firefox, pero con algunos toques sutiles: se han eliminado cosas como el acceso a la web de Firefox en los marcadores por defecto o el botón de “Añadir a Pocket”. En muchos casos verás el espacio un poco más limpio, sin referencias a servicios de Mozilla que no interesan a un perfil muy orientado a la privacidad.

También es habitual encontrar atajos más directos, como el icono del gestor de descargas visible junto a la barra de direcciones, sin tener que ir al menú. Son detalles pequeños, pero se nota que LibreWolf intenta que la experiencia sea “Firefox sin relleno extra”.

Waterfox, por su parte, mantiene una interfaz muy familiar para quien viene de Firefox, aunque según la edición y versión que uses, puede conservar soporte para funciones más clásicas o ciertas opciones que Mozilla ha ido eliminando. El objetivo es que no te sientas perdido, pero con un plus de control sobre funciones avanzadas.

Buscadores por defecto y repercusión en la privacidad

Un punto donde se ve clara la diferencia de enfoque es en el motor de búsqueda por defecto. En Firefox, como sabrás, el predeterminado suele ser Google, porque hay un acuerdo económico importante detrás que financia al proyecto. Sí, puedes cambiarlo fácilmente a DuckDuckGo, Startpage u otros, pero la realidad es que la mayoría de gente se queda con lo que viene de serie.

En LibreWolf, el motor que viene activado de fábrica es DuckDuckGo, precisamente porque es una de las opciones más populares cuando se busca un buscador más respetuoso con la privacidad. Eso encaja con su filosofía: todo lo que pueda evitar rastreo adicional se ajusta desde el minuto uno.

En cuanto a Waterfox, históricamente ha probado diferentes acuerdos y combinaciones de buscadores, según la etapa del proyecto. La clave aquí es que, en cualquier caso, tanto en Waterfox como en LibreWolf puedes cambiar el buscador sin esfuerzo. La diferencia está en qué recibes por defecto: con LibreWolf, la opción inicial ya apunta a un servicio centrado en la privacidad, mientras que en Firefox la prioridad es el acuerdo comercial con Google.

Conviene recordar que, para determinados usos profesionales o búsquedas muy concretas, Google sigue ofreciendo resultados más completos o refinados. Si priorizas productividad pura sobre privacidad absoluta, quizá el buscador por defecto no sea un drama para ti. Pero si quieres minimizar tu huella digital desde el primer arranque, LibreWolf parte con ventaja.

Privacidad endurecida: qué hace realmente LibreWolf

Uno de los grandes argumentos de quienes recomiendan LibreWolf es que viene ya “hardened” o endurecido, sin que tengas que ponerte a estudiar listas de preferencias internas. Todo lo que podrías lograr ajustando Firefox con proyectos como arkenfox, aquí viene ya hecho de serie.

LibreWolf incluye por defecto uBlock Origin (o un bloqueador de contenidos equivalente), configurado para filtrar anuncios, scripts y una buena parte de los rastreadores habituales. Esto reduce la exposición a seguimiento entre sitios y, de paso, acorta tiempos de carga en muchas páginas llenas de scripts de terceros.

Además, en la configuración de la protección de seguimiento, LibreWolf activa de entrada el modo “Estricta” de la Protección mejorada frente al rastreo de Firefox. Eso significa que bloquea de forma mucho más agresiva todo tipo de trackers, fingerprinting y elementos incrustados, lo cual aporta más privacidad pero también puede romper algunas webs que dependen de scripts de terceros o cookies cruzadas.

Otro detalle relevante es que por defecto LibreWolf borra cookies y datos de sitios al cerrar el navegador. Esto es ideal si quieres que al terminar sesión todo rastro local se limpie, pero puede ser muy incómodo si te gusta tener inicios de sesión persistentes y reabrir pestañas tal y como las dejaste. La idea de los desarrolladores es clara: mejor molestia que rastro permanente.

Por último, LibreWolf desactiva todo lo que suponga telemetría, conexiones automáticas a servidores de Mozilla o servicios anexos. No hay sincronización vía cuenta de Firefox, ni Pocket, ni carga automática del catálogo oficial de temas y extensiones como ocurre en el Firefox original. Esto encaja con un perfil que quiere minimizar por completo las comunicaciones con proveedores centrales.

Con todo esto, es cierto que podrías replicar casi lo mismo en Firefox manualmente, pero LibreWolf ahorra todo ese trabajo de ajuste a cambio de perder ciertos extras de comodidad.

Google Safe Browsing, phishing y seguridad práctica

Aquí entra un matiz interesante: privacidad no siempre va de la mano de seguridad percibida. Firefox, al igual que la mayoría de navegadores, emplea el sistema de Google Safe Browsing (rebautizado como “Protección frente a fraudes y software malicioso”) para avisar de webs sospechosas, intentos de phishing o contenido potencialmente peligroso.

Esto implica que, de un modo u otro, tu navegador consulta listas o bases de datos vinculadas a Google para saber si una URL es problemática. Firefox intenta hacerlo de forma que se minimiza la exposición, pero la conexión con la infraestructura de Google existe.

En el caso de LibreWolf, esta función viene desactivada por defecto. Los motivos son coherentes con su filosofía: evitan cualquier comunicación automática con Google salvo que tú la actives conscientemente. Puedes entrar en la configuración y habilitar esta protección si te interesa, pero muchos usuarios no suelen toquetear esa parte tras instalar el navegador.

Desde un punto de vista práctico, si eres un usuario que no se fía de su propia capacidad para detectar webs fraudulentas, o sueles navegar por terrenos menos seguros, puede que prefieras la situación por defecto de Firefox. En cambio, si tienes claro lo que haces, mantienes buenos hábitos y prefieres cortar al máximo la dependencia de Google, el enfoque de LibreWolf te resultará más atractivo.

Extras, telemetría y servicios asociados

Otro punto donde se nota la diferencia es en los llamados “extras”. En Firefox estándar tienes telemetría activada en mayor o menor grado, servicios integrados como Pocket, sugerencias de Mozilla, sincronización mediante cuenta de Firefox, acceso directo a su VPN, etc. Para la mayoría de usuarios, todo eso suma comodidad y funcionalidades sin tener que pensar demasiado.

Sin embargo, hay quien ve esos extras como canales innecesarios de comunicación o capas de complejidad que no aportan nada si solo quieres navegar con el menor ruido posible. LibreWolf corta por lo sano: no hay cuenta de Firefox Sync, no hay botón de Pocket, no hay conexión predeterminada a los servidores de Mozilla para estadísticas ni recomendaciones. El navegador se limita a lo esencial.

En cuanto a Waterfox, su postura ha sido más intermedia: reduce o elimina telemetría respecto al Firefox oficial, ha incorporado en diferentes etapas sus propios acuerdos de búsqueda y servicios auxiliares, y trata de ofrecer una experiencia con cierta comodidad pero sin llegar al nivel de integración de Mozilla con todo su ecosistema.

Aquí también entra el tema de la confianza en el proveedor. Mozilla ha mantenido, en general, una reputación bastante buena en cuanto al trato de los datos de usuario, aunque algunas decisiones de negocio hayan generado críticas. Brave, por ejemplo, se menciona a veces como alternativa pero arrastra polémicas por prácticas discutibles en el pasado, lo que hace que muchos sigan confiando más en Mozilla que en otros actores del sector.

Actualizaciones, binarios firmados y cadena de confianza

Una parte del debate menos visible para el usuario medio, pero muy relevante, es cómo se distribuyen las actualizaciones y qué garantías de autenticidad tienes con cada proyecto.

En LibreWolf, la actualización automática no está integrada de la misma forma que en Firefox. Depende bastante de la plataforma: en Linux suele llegar a través de repositorios de terceros, flatpaks, etc.; en otros sistemas puedes tener que actualizar manualmente. No hay un sistema de auto-actualización oficial tan pulido como el de Firefox, y eso puede implicar retrasos o que el usuario no esté siempre al día si no está pendiente.

También se señala a menudo que LibreWolf no ofrece binarios firmados al mismo nivel que otros proyectos, basándose más en checksums y mecanismos de verificación comunitarios. Eso está bien para usuarios avanzados, pero para quien quiere una cadena de confianza más formal, puede quedarse corto.

En el caso de Waterfox, su desarrollador recalca varios puntos clave: los binarios que se descargan están firmados con certificados de código, lo que aporta un nivel adicional de confianza frente a simples sumas de verificación. Además, mantiene un sistema de actualizaciones integrado que simplifica mantener el navegador al día sin herramientas de terceros que rompan la cadena de confianza.

Lo más singular de Waterfox es que detrás hay una empresa legalmente constituida (en su momento Waterfox Limited, después la compra por System1, y actualmente BrowserWorks bajo control de su desarrollador). Esto significa que, a efectos legales, hay a quién exigir responsabilidades bajo marcos como el GDPR, CCPA y demás normativas de protección de datos. En un proyecto comunitario puro como LibreWolf, la responsabilidad se diluye entre colaboradores y no hay una entidad central fácilmente demandable si se produjera alguna violación grave de privacidad.

Por otro lado, Firefox oficial se beneficia de la estructura de la Mozilla Foundation y Mozilla Corporation, que llevan años manteniendo un proceso de actualizaciones muy rápido. Cuando sale un parche de seguridad, lo normal es que llegue antes a Firefox que a cualquier fork, simplemente porque disponen de más recursos.

Rendimiento, compatibilidad y uso del motor Gecko

En cuanto a rendimiento puro, los forks tipo Waterfox o LibreWolf no suelen ofrecer ventajas abismales en benchmarks respecto a Firefox, porque todos comparten el mismo motor Gecko y la mayor parte del código base. De hecho, en algunas comparativas, ciertas pruebas sintéticas como Basemark o Speedometer ni siquiera funcionan correctamente en LibreWolf debido a la configuración endurecida que bloquea scripts o recursos externos.

En el día a día, la diferencia se nota más en compatibilidad con webs y servicios concretos que en milisegundos de carga. Un navegador con protección estricta, cookies que se borran al cerrar y bloqueo agresivo de rastreadores puede romper inicios de sesión persistentes, paneles de control cargados de scripts o funcionalidades avanzadas de algunas plataformas.

LibreWolf, por tanto, puede exigirte más paciencia ajustando excepciones o desactivando temporalmente bloqueos para que determinadas webs funcionen bien. Está pensado para usuarios que aceptan ese peaje en pro de la privacidad.

Waterfox suele ser algo más permisivo y flexible, intentando mantener una buena compatibilidad con la mayoría de páginas modernas sin irse al extremo de enviar tanta telemetría o integrar tantos servicios adicionales como Firefox. En muchos casos, el rendimiento percibido dependerá más de las extensiones que instales, el perfil de usuario y el hardware que del fork concreto.

En cualquier caso, lo importante a nivel de ecosistema es que tanto Firefox como sus forks suman usuarios al motor Gecko, que es la verdadera alternativa a la hegemonía de Chromium. Las estadísticas de cuota de mercado suelen agruparlos por motor, de forma que un usuario de Waterfox o LibreWolf sigue apareciendo como “Firefox/Gecko” a efectos de compatibilidad web.

¿Perjudican los forks como Waterfox o LibreWolf a Firefox?

Esta es una preocupación bastante extendida: si usamos forks en vez de Firefox oficial, ¿no estamos debilitando al único gran competidor de Chromium? La respuesta es matizada y depende de qué aspecto mires.

Por un lado, desde el punto de vista de cuota de mercado del motor, lo que la mayoría de estadísticas web registran es básicamente el motor de renderizado. Es decir, se cuentan navegadores Chromium frente a navegadores Gecko, sin separar demasiado entre Chrome, Edge, Brave o Vivaldi, ni entre Firefox, Waterfox, LibreWolf, Tor Browser o Mullvad. En ese sentido, usar un fork de Firefox sigue sumando al bando de Gecko, lo cual es positivo.

También se puede hacer un paralelismo con el mundo de GNU/Linux: hay incontables distros derivadas de Debian o Ubuntu, y lejos de hacerlos irrelevantes, han ayudado a ampliar su ecosistema, aportar parches, descubrir bugs y mejorar el código base. Cuantos más ojos revisan y reutilizan el código, más oportunidades hay de que se detecten problemas y se aporten mejoras.

Dónde sí puede haber un impacto es en la parte económica y de recursos. Si en lugar de donar a Mozilla decides apoyar solo a un fork, ese dinero deja de estar disponible para el desarrollo directo de Firefox. Elegir financiar proyectos pequeños no es algo negativo en sí mismo, pero hay que tener claro que Mozilla sigue siendo el bastión principal que mantiene vivo Gecko a gran escala.

Al mismo tiempo, hay usuarios que prefieren forks precisamente porque Mozilla ha tomado decisiones de diseño, negocio o integración con las que no están de acuerdo. Algunos permiten parte de la telemetría en su Firefox para ayudar a mejorar el navegador; otros optan por forks como LibreWolf o Mullvad para priorizar la privacidad absoluta. En todos los casos, el código base de Firefox sigue siendo la piedra angular.

Oblivious DNS (ODoH) y funciones avanzadas de privacidad

En las comparativas suele mencionarse que Waterfox incorpora “Oblivious DNS” u ODoH. Conviene entender qué es esto realmente para no pensar que es una “magia” exclusiva del navegador.

ODoH, u Oblivious DNS over HTTPS, es un desarrollo pensado para hacer que las peticiones DNS (la traducción de nombres de dominio a direcciones IP) no revelen tan claramente quién pregunta qué a qué servidor. En lugar de que tu navegador consulte directamente el resolver DNS, se introduce una capa intermedia de cifrado y separación entre cliente y servidor. De este modo, la entidad que resuelve las peticiones no ve quién eres, y la que te ve a ti no sabe qué dominios estás consultando.

Este tipo de características no son algo que un navegador “tenga o no tenga” como un módulo cerrado, sino funcionalidades que puede soportar si el ecosistema alrededor las ofrece: resolutores compatibles, proxies, configuración adecuada, etc. Waterfox ha destacado la integración o soporte de estas tecnologías antes que otros, pero Firefox también ha ido incorporando soporte experimental para ODoH y está pendiente de la evolución de estándares relacionados como OHTTP (Oblivious HTTP).

En resumen, ODoH no es una exclusividad eterna de Waterfox, sino una pieza más del puzle de la privacidad en la red que poco a poco irá llegando o consolidándose en más navegadores y servicios según madure el estándar y haya infraestructura suficiente.

Mullvad Browser, Tor y el papel de LibreWolf en el día a día

En muchas conversaciones sobre privacidad se mete en la ecuación a Mullvad Browser e incluso al navegador Tor. Ambos están basados en Firefox/Gecko y utilizan configuraciones extremas de anti-fingerprinting y anonimato.

Mullvad Browser, por ejemplo, está pensado para ser usado con la VPN de Mullvad y orientado a una navegación lo más anónima posible. Esto implica que rompe muchas más cosas que LibreWolf: no guarda inicios de sesión, busca que todos los usuarios parezcan iguales a ojos de las webs y reduce al mínimo la huella identificable. Es fantástico para tareas muy concretas, pero es un dolor para usarlo como navegador de uso diario.

Muchos usuarios que prueban este tipo de soluciones acaban concluyendo que, para el día a día, LibreWolf ofrece un punto de equilibrio interesante: mucho más privado por defecto que Firefox estándar, pero sin llegar al nivel de rotura constante de Mullvad o Tor Browser en un uso normal (banca online, correo, redes sociales, paneles internos, etc.).

En la práctica, un escenario bastante razonable es combinar navegadores según el tipo de tarea: por ejemplo, usar Firefox o Waterfox como navegador principal más cómodo y, cuando necesitas anonimato fuerte, tirar de Mullvad Browser o Tor para sesiones puntuales.

Compatibilidad multiplataforma y ecosistema

Otro aspecto clave para decidirte es en qué dispositivos vas a usar el navegador. Firefox oficial tiene una clara ventaja aquí: está disponible en Windows, macOS, Linux, Android e iOS, y su sistema de sincronización permite llevar marcadores, contraseñas e historial de un dispositivo a otro de forma sencilla.

En el caso de LibreWolf, por ahora se centra en plataformas de escritorio: Windows, macOS, Linux y OpenBSD; si usas Linux, puedes consultar una comparativa de navegadores web ligeros para Linux. No dispone de versiones móviles oficiales, por lo que si tu ecosistema incluye smartphone y tablet, tendrás que combinarlo sí o sí con otro navegador en esos dispositivos.

Waterfox, por su parte, se orienta principalmente a escritorio, aunque a lo largo de su historia ha experimentado con diferentes plataformas. Su objetivo principal sigue siendo el PC tradicional, donde puede controlar mejor el rendimiento y la integración de sus características propias.

En términos de ecosistema, Mozilla juega con ventaja: su cuenta Firefox Sync, sus versiones móviles y servicios asociados hacen que Firefox sea más atractivo para usuarios que quieren una experiencia continua entre dispositivos. LibreWolf renuncia deliberadamente a esa sincronización en la nube, y eso forma parte de su apuesta por la privacidad, pero implica que tendrás que ingeniártelas con soluciones locales o servicios de terceros si quieres algo parecido.

A la hora de elegir entre Waterfox, LibreWolf y el propio Firefox, lo que realmente marca la diferencia es qué valoras más: si priorizas comodidad, sincronización en la nube, actualizaciones ultrarrápidas y compatibilidad máxima, Firefox oficial sigue siendo la apuesta más equilibrada; si te atrae tener un Firefox preconfigurado con privacidad muy dura, sin servicios extra, asumiendo posibles roturas y menos soporte móvil, LibreWolf encaja mejor; y si buscas un fork con años de trayectoria, binarios firmados, entidad legal detrás y una mezcla de privacidad razonable con buen soporte de funciones clásicas, Waterfox se coloca en un término medio interesante para usuarios que quieren más control sin irse al extremo.

1 Comment

  1. has

    Estupenda publicación.
    Análisis super interesante. Muchas gracias.

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