La sombra del helicóptero Enrique Bravo  

Volver a disfrutar

Dentro de algo más de una semana, este blog cumplirá cinco años en la red. Que el tiempo pasa y todo cambia es una de las pocas verdades universales de nuestra realidad y pretender negarlo es absurdo. Este espacio nació como un blog personal, sin más pretensiones que las de compartir con otras personas mis gustos, aficiones o pensamientos, pero la temática se fue centrando paulatinamente en GNU/Linux, de ahí que, con contadas excepciones, la gran mayoría de los artículos publicados versen sobre el sistema del pingüino y el software libre. No obstante, nunca se alejó del todo de ser aquello que ideé en un principio, una bitácora de contar historias, algo que sucedió porque yo mismo me resistía a que perdiera su esencia.

Con el inexorable paso de los meses, esa característica a la que me refería ha ido engullendo al blog, lo que algún bloguero vino en llamar “amateurismo” – una palabra muy de moda entre los que profesamos la fe balompédica palangana, por cierto. Mezcolanza de opiniones políticas, artículos de apoyo a ciertas distribuciones, contadas colaboraciones de redactores invitados, desahogos y reflexiones como la que estáis leyendo ahora… todo ello rematado con un nombre que contribuye en buena medida a crear confusión sobre la temática del sitio. Esto es tan cierto como que en no pocas oportunidades he visto publicados aquí anuncios de Adsense relativos a helicópteros. Algo que tiene su lógica, obviamente.

En todo este lapso de tiempo he hecho un par de amagos de abandonar y cientos de veces he renunciado en mi cabeza. ¿Sabéis lo que siempre me saca de esas ideas? Releer lo escrito en mis etapas más animosas, cuando yo mismo percibo en los textos ilusión y ganas de probar distribuciones, alegría ante los buenos resultados y optimismo cuando los fallos son tan groseros que no se pueden pasar por alto. Y, por supuesto, lo principal: el contacto cercano con los lectores, el intercambio sosegado de opiniones, que es con diferencia la parte que más disfruto de esta tarea de mantener un blog. Disfrutar, ésa es la palabra clave aquí.

Mi intento de aglutinar a los principales blogueros que tratan sobre software libre en un único espacio no tuvo muy buena acogida que digamos. En el fondo – y en la superficie también, qué diantres – sabía que no iba a funcionar, que “cada uno es cada uno” y que tampoco la centralización tiene que ser buena por definición. Nada de malo hay en escribir cada mochuelo en su olivo, aquellos que desean encontrar todo en un mismo espacio ya cuentan con la genial iniciativa de Jesús Camacho en Planet Libre. Y luego está Lignux, donde se puede contribuir de diversas formas. Todo lo que no fuese una revolución, del estilo de juntar a blogueros de mucho peso, sería reinventar la rueda. No hay ganas, de veras que no.

Cogiendo todas estas reflexiones y mezclándolas en mi cabeza, aderezando con el tiempo libre y la tranquilidad de mi retiro vacacional ya concluido, sale esto: quiero comenzar un nuevo proyecto. Uno que seguirá siendo colaborativo, porque el software libre va de éso precisamente, de compartir y ayudar. Donde escribir por disfrute, por el placer de juntar letras y que alguien las lea, comente e inicie un interesante debate, en lugar de mirar por las limosnas de Google Adsense. En el que prime la calidad de los textos sobre la popularidad de los temas a tratar. Y revisar distribuciones, por supuesto, que hace ya tiempo que no me pongo a ello. Este espacio actual está, para colmo, mal optimizado desde su traslado a WordPress desde Blogger, de manera que hace aguas por muchos sitios. El ingente trabajo de chapa y pintura que precisa no me llama en absoluto.

A efectos de SEO, posicionamiento y demás zarandajas, esto es un auténtico suicidio virtual. Por eso me gusta tanto la idea. No tener tanta presión por mantener lo conseguido es lo que necesito en este momento. “Lo conseguido”. ¿Y eso qué será? Ya os digo yo que no es dinero, prestigio o miles de seguidores. La búsqueda de todo eso a mí – lo recalco – solamente me trae sinsabores, me aleja de la diversión de los inicios. Mata la razón de ser que dio origen a todo esto. Me gusta GNU/Linux, me gusta escribir y me gusta la correspondencia con los lectores. Fuera de estas tres cosas, me sobra el resto.

La sombra del helicóptero va a seguir “online”, creo que es lo que debe suceder, pues todavía alberga tutoriales y revisiones que pueden ser de alguna utilidad, amén de servir para enlazar al nuevo sitio y no perder contacto con demasiados lectores, que es de lo que se trata. Al SEO, que le den.

Salud

PD1: la imagen de cabecera aparece por cortesía de Shutterstock.

PD2: la idea es que en el nuevo proyecto solamente se trate sobre GNU/Linux y software libre. No tendrá cabida un artículo como este.

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